La guerra de los calcetines: dime a qué altura los llevas y te diré qué edad tienes

Los calcetines se convierten en indicador de edad y relevancia estética. ‘Millennials’ y ‘zoomers’ no se ponen de acuerdo en cuál es el largo aceptable.

Detalle de los calcetines que lució el influencer Yoyo Cao durante la Semana de la moda de París.Christian Vierig (Getty Images)

Se dice que la manera de conocer a una persona es mirándole los zapatos. Hoy podemos asegurar que se puede ir más allá simplemente fijándose en los calcetines que lleva. Esta humilde prenda, en lo más bajo del escalafón del armario, está tomando un inesperado protagonismo en la división generacional.

La teoría que arrasa en TikTok afirma que se puede adivinar la edad de una persona simplemente anotando el largo del calcetín. Si son cortos, prácticamente escondidos y quedan bien con pantalones ajustados, se trata de un millennial (nacidos entre 1981 y 1996, aproximadamente). Si suben hasta los gemelos estamos frente a un miembro de la joven generación Z (desde 1997 hasta 2012). La tesis suele tener puntería y además es bastante adictiva: esta redactora ha de confesar que se ha pasado viajes enteros de metro analizando el largo de las calzas de los otros pasajeros. En el ámbito digital la hipótesis ha tomado vida propia, volviéndose un desdén, una especie de ‘OK boomer’ de las redes sociales, al igual que lo fueron los vaqueros pitillo y la raya al lado. Tanta mofa online ha provocado que los treintañeros hayan terminado sacando sus bolas de calcetines del cajón para evaluar cuáles tienen que enviar a la Siberia de la moda. Aunque muchos, como es el caso de la actriz Jennifer Lawrence, se resisten a aparcar el modelo corto, algo que corroboran en las redes sociales: “Sufrí un ‘bullying’ horrible por llevarlos largos y los tenía que enrollar y doblar. Los zoomers no van a arrebatarme los vaqueros skinny ni los calcetines tobilleros”, confiesa una usuaria en los comentarios de este vídeo.

Paul Mescal en la Semana de la Moda de MilánDaniele Venturelli (Getty Images for Gucci)

“Nadie que conozco lleva calcetines por los tobillos. Se consideran algo de persona mayor”, explica Milo, de 17 años. “Yo los suelo llevar siempre blancos, y los más populares entre la gente de mi edad son los de Nike. En general prestamos más atención a los calcetines de marca de la misma manera que hacemos con otro tipo de prendas”, añade. Según la página de datos Statista, Nike, Adidas y Uniqlo son por este orden las marcas más vendidas en la categoría, aunque la mayoría de las transacciones vienen de otro tipo de establecimientos.

Chiara, 20, coincide en que Nike es la marca favorita de los zoomers: “Es la que está más de moda para los calcetines”, apunta. “Cuando vas de corto te los pones más largos, pero con pantalones estrechos solemos elegir los cortos. Los más buscados son unos de Nike que tienen el logo justo en el tobillo, pero son difíciles de conseguir, están prácticamente descatalogados”.

Detalle de cómo lleva los calcetines la generación Z.Jeremy Moeller (Getty Images)

En una sección del mercado en pleno crecimiento a nivel global, este producto abarca tanto el sector deportivo como en el de la moda premium. Los pares de firmas de alta gama como Balenciaga o Ralph Lauren, se han posicionado como el nuevo perfume, es decir, un buen punto de entrada al lujo. Por algo Gucci no se olvidó de sacar varios pares de estilo tribanda durante su colección Crucero 2025 que se presentó en Londres.“Son una fantástica manera de elevar un outfit”, opina la estilista Caterina Ospina. “Los uso a menudo en editoriales para hacer el look más único e interesante. Personalmente me gustan, y me causan intriga en los demás, me fijo en ellos cuando voy por la calle. Dicen mucho sobre la personalidad de quien los lleva, y creo que no se les da la importancia que se merecen.”

Sus virtudes son de sobra conocidas por los insiders de la moda, pero han sido los famosos los que han masificado la tendencia. Hailey Bieber, Paul Mescal combina sus micro shorts con calcetines que le llegan a la pantorrilla, e incluso Carlos Alcaraz, un improbable referente de estilo, que durante el Roland Garros de 2024 llevó con sus bermudas amarillas unos de color azul oscuro casi negro que desafiaron al protagonismo de los típicos en blanco.

Aunque no lo parezca, los modestos calcetines tienen amplio bagaje como indicador, si bien altamente variable, de edad y de procedencia social. Los pijos de los ochenta confiaban en el combo con mocasines como pieza clave de su uniforme, en parte inspirados en los estudiantes ‘preppy’ de Ivy League, las universidades de élite estadounidenses. En cambio, las discotecas de la siguiente década prohibían la entrada a cualquiera que osara presentarse con esas ‘escayolas’ en los pies. Los modelos estampados o de colores han disfrutado tradicionalmente de un cierto estatus entre los hombres. Se veían como un toque de distinción, una finura propia de un dandy, hasta que las marcas de calcetines ‘divertidos’ los dejaron al nivel de regalos del amigo invisible. Si se quería identificar a un turista del norte de Europa sin ningún interés por la moda, no había nada más infalible que las sandalias con calcetines, pero recientemente se ha visto a David Beckham con esta misma combinación en la primera fila del desfile de su mujer Victoria. Aunque, claro, también se puede alegar que Becks es un británico de tomo y lomo, que encajaría perfectamente en un pub ‘brit’ de la Costa del Sol. Y mientras que antes los calcetines largos eran patrimonio de los abuelos y del catálogo de Damart, ahora te distinguen como alguien que se entera de qué va la vaina. Todo esto puede confundir a cualquiera.

Hailey Bieber y Justin Bieber en Nueva York en junio de 2023.Raymond Hall (GC Images)

Pero si este fetiche de los Zeta tuviera que tener un referente histórico, el antecedente perfecto serían las ‘Bobby Soxers’ de la década de los 40, una subcultura de chicas estadounidenses que pertenecían a la primera generación definida como adolescente. Las bobby soxers adoraban a Frank Sinatra, se adornaban el pelo con lazos y se gastaban la paga en soda, el equivalente del matcha contemporáneo. Como los jóvenes actuales, crecieron en un entorno complicado económicamente y puntuado de conflictos bélicos; y por supuesto, se convirtieron en el público objetivo de marcas que buscaban vender productos específicos (¿suena conocido?). La tribu se denomina así por los calcetines en inglés conocidos como ‘bobby socks’ que combinaban con calzado plano como la manera de diferenciarse de sus madres y sus sempiternos tacones.

En un mundo progresivamente uniformado hacia lo casual, en el que padres e hijos llevan los mismos pantalones cortos y las mismas zapatillas, esta prenda actúa como distintivo entre diferentes primaveras. Ya es inútil fijarse en la gorra o en la camiseta de skate: el largo de las prendas o la amplitud de los bajos son las nuevas microseñales que desenmascaran al viejóven.

Calcetines blancos con zapatos planos negros vistos en las calles de París durante la última semana de la moda.Edward Berthelot (Getty Images)


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