Marchesa, la firma de la ex mujer de Weinstein, elige España para redimirse
Silvia Abascal y Paz Vega cuelan dos de sus vestidos en la alfombra roja de los Premios Goya. No es la única prueba de su idilio con nuestro país: la marca elige Barcelona para el primer desfile desde que se destaparan los abusos sexuales del productor.
“La alfombra roja de los Premios Goya es la más importante del año en España”, reconoce el estilista de Silvia Abascal, Victor Blanco. “Tengo muy buena relación con la marca Marchesa y quería apoyarles. Así que le mandé varios looks a Silvia y nos enamoramos de este: un vestido de tul, en tonos malvas en degradé. Envié sus medidas al equipo en Nueva York y una de sus costureras se encargó de adaptarlo”. El de Abascal ha sido uno de los dos vestidos Marchesa que han pasead...
“La alfombra roja de los Premios Goya es la más importante del año en España”, reconoce el estilista de Silvia Abascal, Victor Blanco. “Tengo muy buena relación con la marca Marchesa y quería apoyarles. Así que le mandé varios looks a Silvia y nos enamoramos de este: un vestido de tul, en tonos malvas en degradé. Envié sus medidas al equipo en Nueva York y una de sus costureras se encargó de adaptarlo”. El de Abascal ha sido uno de los dos vestidos Marchesa que han paseado por el Palacio de Congresos y Exposiciones de Sevilla. Paz Vega también se ha decantado por la marca, ella con un modelo de la colección Resort.
Abascal y Vega han sido las encargadas de que vuelva a brillar la firma Marchesa, que había desaparecido de cualquier entrega de premios como secuela de la caída de Harvey Weinstein. Cuando en octubre del 2017 The New York Times destapó las atroces prácticas y los abusos con los que el productor reinaba en Hollywood, la marca de moda se desplomaba como ‘daño colateral’: Georgina Chapman, la exmujer del productor (se divorciaron a raíz del escándalo), era cofundadora junto a Keren Craig y recuerdo demasiado aledaño a las prácticas de Weinstein.
Desde que detonara el goteo de abusos, germen del movimiento MeToo, los hasta entonces omnipresentes vestidos de Marchesa desaparecieron de las alfombras rojas. Ni un solo modelo de la firma hizo acto de presencia en las muchas citas de la pasada temporada de premios cinematográficos. La mano negra del propio Weinstein había estado detrás del auge de la casa de moda. La práctica, que podía intuirse, no se confirmó hasta el ocaso del magnate. Lo contó la propia Jessica Chastain en una entrevista con The Wall Street Journal: el productor había presionado para que la actriz vistiera un diseño de Marchesa en el estreno de su película La desaparición de Eleanor Rigby, casualmente distribuida por Weinstein Co. Chastain se negó (apareció con un modelo azul eléctrico de Versace) y él aprovechó su intervención en el estreno para parodiarla.
“El rápido crecimiento de Marchesa podría ser objeto de estudio para los historiadores de moda que quieran entender cómo funcionó la industria en la primera década del siglo XXI. Lanzada en 2004, esta etiqueta especializada en vestidos de alfombra roja, disfrutó casi inmediatamente de un grado improbable de éxito […] Sí, había algunos vestidos bastante bonitos dentro de su extravagancia, pero la verdadera razón por la que el show recibió tanta atención fue porque Weinstein era el novio de una de las diseñadoras, Georgina Chapman”, escribía en 2006, contundente, la crítica de moda de The Guardian, Hadley Freeman. Si existió alguna duda sobre el meteórico ascenso de la empresa de Chapman, que poco después de su creación ya vestía a Anne Hathaway, Sienna Miller, Penelope Cruz o Jennifer Lopez, la causa de su derrumbamiento estaba clara: los delitos de creador de Miramax.
El vestido de Abascal es el último de una serie de tímidos gestos solidarios que varias celebridades han tenido con la marca en los últimos meses: Scarlett Johansson en la gala del Met -“vestí de Marchesa porque su ropa hace a las mujeres sentirse seguras y guapas y es un placer apoyar una marca creada por dos diseñadoras increíblemente talentosas”-, Cindy Crawford en la ceremonia de entrega de los Fashion Awards en Londres o Priyanka Chopra en su despedida de soltera: “Georgina es mi amiga y no tiene la culpa”, señalaba en una entrevista con WWD. Una opinión que han compartido varias personalidades y que hace hincapié en el machismo de la situación: de nuevo una mujer expiando los pecados de un hombre. “Es hipócrita culpar y excluir a la mujer por los horribles actos de su compañero”, escribía en Instagram la estilista de Hollywood Ilaria Urbinati.
La veda la había abierto la mismísima Anna Wintour, directora de la edición americana de Vogue y la mujer más poderosa en los medios según Forbes. En su carta del número de marzo de la revista y en un extenso reportaje, dejaba claro que estaba orquestando el regreso de Marchesa a la primera línea. “Estoy firmemente convencida de que Georgina no tenía idea del comportamiento de su esposo; culparla por algo de eso, como muchos han hecho en esta era digital de gladiadores, está mal”, decía Wintour. Blanco coincide y señala: “Es muy falso todo y muy injusto que ellas paguen por los problemas de Harvey. Yo no creo en eso, adoro la firma, sus diseños y sobre todo al equipo”.
El siguiente paso en este reingreso, la firma lo dará curiosamente de nuevo en España. Marchesa desfilará en la pasarela nupcial de Barcelona el próximo mes de abril. La cita levanta expectación: tras cancelar sus desfiles en Nueva York por los escándalos, sus profusiones de tules y brillos no han vuelto a pisar una pasarela. Chapman y Craig manifiestan sentirse “muy emocionadas por presentar en Barcelona Bridal Fashion Week nuestra colección Bridal Spring 2020, y tener así la oportunidad y el honor de desvelar en exclusiva en la Barcelona Bridal Night nuestras creaciones de una forma muy cercana y directa”.
Un éxito para la pasarela, que se asegura los focos de la prensa internacional. “Con la participación de Marchesa damos un paso más allá en nuestro compromiso por la moda, el diseño y la creatividad de impacto internacional, posicionando nuevamente Barcelona en el centro de las miradas mundiales. Poder compartir nuestro escenario con Georgina y Keren representa una apuesta por dos mujeres protagonistas de su marca y de su vida que, con valor y determinación, siguen desarrollando un proyecto con gran futuro”, declara la directora de BBFW, Estermaria Laruccia.
Damnificada por los crímenes de Weinstein, Marchesa no proyecta su clausura. “No quiero ser vista como una víctima. Solo soy una mujer en una situación de mierda que no es excepcional”, declaraba Capman en el número de mayo de Vogue.