La moda quiere aprender a patinar
El estilo skater seduce a los diseñadores y abandona los espacios minoritarios para subirse a las pasarelas.
¿Quieres cambiar tus machacadas All Star por unas Vans? ¿Te arrepientes de haberte deshecho de una camiseta DC que cayó en tus manos en algún momento de tus años mozos? ¿Sientes un irrefrenable deseo de bajar cuestas sobre una tabla? El diagnóstico apunta a que te dejas llevar por las tendencias más de lo que crees.
Olvídate de patinadores merodeando por las calles y desafiando la autoridad, hoy la cultura skater es una presencia habitual en las ...
¿Quieres cambiar tus machacadas All Star por unas Vans? ¿Te arrepientes de haberte deshecho de una camiseta DC que cayó en tus manos en algún momento de tus años mozos? ¿Sientes un irrefrenable deseo de bajar cuestas sobre una tabla? El diagnóstico apunta a que te dejas llevar por las tendencias más de lo que crees.
Olvídate de patinadores merodeando por las calles y desafiando la autoridad, hoy la cultura skater es una presencia habitual en las pasarelas. Lo que una vez fue considerada actividad para adolescentes y 'outsiders' es hoy una industria influyente que se codea con la alta moda. El año pasado, el conglomerado francés PPR que incluye marcas como Gucci y McQueen compró la marca californiana de surf y skate Volcom por casi 500 millones de euros. Una marca, ojo, cuyo lema es “Juventud contra lo establecido”.
Por otro lado Supreme, una de las firmas más conocidas del movimiento y que más se ve entre los profesionales de la moda, empapeló las calles de Londres con posters en los que mostraba a Kate Moss cigarro en mano y luciendo -tan lánguida como siempre- el logo de la marca. Esta foto promocional se materializó en una camiseta que se agotó el primer día que se puso a la venta en la tienda de la capital británica.
Desfile Topman P/V’13
Imaxtree
La lista no acaba ahí. Para su colección de primavera-verano 20013 Topman sacó a sus modelos cargando con tablas y Céline en su campaña de hace dos temporadas convirtió a la top Darya Werbowy en una skater de lujo. Incluso la reciente obsesión con el longboard (a pesar de que no sea exactamente lo mismo) confirma que el interés va en alza. Sólo hay que ver el gran seguimiento internacional que tiene la agrupación de patinadoras afincado en Madrid Longboard Girls Crew , una plataforma que ha animado a crear iniciativas semejantes por todo el mundo. Recientemente han grabado el documental Endless Roads, que recoge su viaje en furgoneta que hicieron por España, en el que muestran sus habilidades con la tabla.
Endless Roads (Trailer) from Juan Rayos on Vimeo.
“No es un fenómeno tan nuevo. Pull & Bear, por ejemplo, lleva años promoviendo una estética cercana al patín, entre otras razones porque muchos de sus diseñadores patinaban”, afirma Luis Sánchez, skater y director comercial de la distribuidora Dwindle en España.
Es fácil imaginar a la moda como la sangrienta Condesa de Báthory, que sacrifica sin piedad subculturas para mantenerse eternamente joven. Sin embargo, como apunta Sánchez, en esta relación el skate también puede verse favorecido. “Me molestaba ver a bakalas con camisetas de Powell-Peralta, pero la ampliación del mercado ha supuesto que muchos puedan vivir de ello”, explica. “En la década de los noventa era más complicado encontrar patrocinadores, hoy marcas de gafas de sol, bebidas energéticas, telefonía e incluso de electrodomésticos o coches patrocinan a patinadores”.
El monopatín es el protagonista de una de las últimas campañas de Roxy.
Roxy
Entre los adeptos al skate, donde se ven cada vez más vaqueros pitillo (por lo visto son cómodos para patinar) y camisetas de rayas marineras, también se hacen guiños a la moda. Jayne Min, por ejemplo customiza tablas con estampados de firmas conocidas. Otros, en cambio, reinventan formatos fashion. Es el caso de Sam Ashley, skater, fotógrafo de 33 años y autor del blog Skartorialist, una versión en clave patín de los blogs de estilo callejero. “Quería hacer retratos en los que se reflejase el estilo skate contemporáneo y se apreciase la ropa y los zapatos porque los que patinan están obsesionados con el calzado. Pero mi punto de vista no está relacionado puramente con la moda. A menudo elijo a gente que viste de manera bastante discreta para lo que es la escena”.
A Ashley no le irrita la popularidad de la cultura con la que está implicado desde mediados de la década de los ochenta: “Sí, todo el mundo lleva Vans y las camisetas de Palace Skateboards salen en Vogue. Antes si veías a alguien con zapas de skate le saludabas, ahora la mayor parte de la industria depende de una audiencia mainstream. El caso es que siempre que no se basa en horteradas o negocios sin escrúpulos y que el dinero revierta en la escena skate, me parece algo positivo”.
La irrupción de los monopatines en el universo ‘fashion’ coincide con la nostalgia noventera que nos invade esta temporada. Natalia Colom, diseñadora del dúo Des Moines es una de las que se siente atraída por la estética skate de los 90. “Me interesa el rollo riot grrrl de marcas como XGirl, de Kim Gordon de Sonic Youth y la estilista Daisy Von Furth”.
Las tendencias, al fin y al cabo recogen aquello que está en el aire y este viraje connota una voluntad de simplicidad, de autonomía estética y espontaneidad. De vestirse sin envaramientos. Colom defiende esta idea: “Lo que más me gusta del movimiento skate es el aspecto de libertad y pelo al viento, el hazlo tú mismo de los inicios, el tener que crear una pieza funcional por necesidad y sobre todo el mensaje de rebeldía que tiene que ver con la ruptura de normas sociales, la destrucción metafórica de la propiedad y la caída de barreras que no la diferencian tanto de otros movimientos como el punk”. Poco que ver con Avril Lavigne.
Los pantalones, cada vez más estrechos
Sam Ashley (skartorialist.blogspot.com)