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20 (preciosas) razones para recuperar el amor por el gorro de baño

Miu Miu y su colección primavera-verano son las culpables del regreso de los gorros de baño. Recopilamos ideas para atrevernos con el accesorio.

La responsable de que el gorro de baño vuelva a estar en el punto de mira este verano es Miu Miu y su colección estival 2017. Vivos colores y una estética que huele a vintage ha conquistado portadas de revista y campañas.
Tanto que incluso ha llegado al low-cost. Firmas como Sfera no han dudado en incluirlo en sus editoriales más veraniegos.
Editorial del número de mayo 2017 de S oda. En la imagen, gorro de piscina de MIU MIU (c. p. v.) y bañador de CALZEDONIA (59 €).
La propuesta de Miuccia Prada no es nueva. En 2011, la diseñadora italiana ya incluyó esta versión con diferentes acabados como el pelo en su colección de otoño de Prada. La campaña, en la imagen, fue fotografiada por Steven Meisel.
Sobre la pasarela, otras firmas también han tomado este accesorio como base para experimentar con diferentes resultados. En este caso, Tod's lo hizo para su colección primavera-verano 2014.
El uso del gorro de baño está íntimamente a la invención de la goma, a finales de s. XIX. Los años 20 traerían consigo un mayor uso: suponían la mejor manera de proteger ese nuevo peinado ondulado tan difícil de conseguir como eran las ondas al agua.
Uno de los diseños más comunes de esta época fue el de inspiración "aviador", llamado precisamente así por esa correa que recordaba al casco de un piloto. Un ejemplo visual perfecto lo encontramos en Keira Knightley y la película 'Expiación' (2007).
Su elegancia pronto tendría cabida en páginas de revistas de moda como Glamour o Vogue.
Con la Segunda Guerra Mundial, la producción de goma se destinó a material bélico, y debido a carencias el uso del gorro descendió notablemente.
La nadadora Esther Williams y sus musicales acuáticos cinematografiados como La hija de Neptuno (1949) o La reina del mar (1952) contribuirían al boom que le sucedió durante dos décadas después.
A partir de los años 50, los gorros de baño se empiezan a llenar con motivos, texturas y colores. Las flores son uno de los principales elementos decorativos.
Imagen de una jovencísima Cameron Díaz en bikini y gorro de baño de estética 'vintage' en amarillo.
Sus diseños eran una delicia para reportajes fotográficos de cabeceras como Picture Post (1954) o la revista Life (1959).
La firma Kleinerts dio un show en 1958 en el hotel Waldorf para presentar sus gorros de baño con nombres tan oníricos como "Flor marina" o "Reina de los mares".
Los años 60 siguieron siendo un festín decorativo para estos gorros de baño, concebidos no solo para proteger el cabello, sino como un complemento de moda más a juego con el bañador.
Sus formas acabaron tomando diseños complejísimos, como estos inspirados en un cometa (izquierda) y una piña (derecha).
Sin embargo, los pétalos y las flores son el diseño que ha pasado a la historia y que sigue sirviendo de referencia para firmas como Miu Miu.
Con los años 70 fueron decayendo los gorros más ornamentados en favor de una versión mucho más pulida y apta para el uso deportivo. La goma dio paso a materiales como la silicona.
Una de las portadas más mítica con un gorro de baño fue la que protagonizó Jerry Hall para Vogue en 1975 (su primera portada para la edición inglesa de la cabecera). Inmortalizada por Norman Parkinson en Jamaica, el gorro lo firmaba Britmarine.
Fotograma de la película Pulp Fiction.