La escena de violación más célebre del séptimo arte tuvo una parte real

El director Bernardo Bertolucci ha admitido que la legendaria secuencia de ‘El último tango en París’ entre Marlon Brando y Maria Schneider no fue consensuada con la actriz.

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“Quería su reacción como niña, no como actriz. No quería que Maria interpretara su humillación y su rabia, quería que lo sintiera. Los gritos… ‘¡No, no!’. Después me odiaría toda su vida”. Así narra el cineasta Bernardo Bertolucci las ambiciones artísticas detrás de la escena de la violación planeada por él mismo y su ejecutor, el legendario actor Marlon Brando, en El último tango en París, sin el consentimiento ni conocimiento de la actriz. La confesión ha sido recuperada por varios medios estadounidenses a partir de...

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“Quería su reacción como niña, no como actriz. No quería que Maria interpretara su humillación y su rabia, quería que lo sintiera. Los gritos… ‘¡No, no!’. Después me odiaría toda su vida”. Así narra el cineasta Bernardo Bertolucci las ambiciones artísticas detrás de la escena de la violación planeada por él mismo y su ejecutor, el legendario actor Marlon Brando, en El último tango en París, sin el consentimiento ni conocimiento de la actriz. La confesión ha sido recuperada por varios medios estadounidenses a partir de una entrevista del director en la Cinemateca francesa en 2013. El vídeo, traducido al español por el portal de corte social El mundo de Alycia con motivo del Día Internacional contra la violencia de género, cuenta con más de un millón de visitas en Youtube. La que fuera una de las películas emblemáticas de la década de los setenta tardó varios años en poder esquivar a la censura y estrenarse en nuestro país a causa de su alto contenido sexual. En su más recordada secuencia y ahora infame, Brando, que por aquel entonces tenía 48 años, utilizaba mantequilla a modo de lubricante para penetrar a su compañera de reparto, de solo 19.

“Quería que reaccionara humillada. Creo que nos odió a Marlon y a mí porque no se lo dijimos”, afirma el director de películas como Novecento o Los soñadores. La idea se les ocurrió a cineasta y actor la mañana anterior al rodaje, aclarando en la misma entrevista que aunque se sentía “culpable” no se arrepentía de su forma de dirigir aquella escena. “Para obtener algo hay que ser completamente libre”, zanjaba. Aunque los rumores sobre la veracidad de esta escena llevaban años circulando entre los cinéfilos y las declaraciones del director no son nuevas, su confesión ha escandalizado a buena parte de Hollywood. También a estrellas como Jessica Chastain o Chris Evans, que han declarado en Twitter que jamás volverán a ver la película, ni considerarán a Bertolucci o Brando de la misma manera. “Me da asco”, dice la actriz de La noche más oscura. A raíz de tales afirmaciones, se ha iniciado hace unos días una campaña en Change.org que reclama a la Academia de Hollywood condenar públicamente los hechos y al director italiano.

En la secuencia, Marlon Brando usa una barra de mantequilla como lubricante para introducir sus dedos en el ano de la actriz, aunque no llega a existir coito real entre los dos intérpretes. Pero es importante resaltar, antes de cuestionar la veracidad de estos hechos, que una violación no se limita a la penetración con pene. La Organización Mundial de la Salud define violación como “cualquier acto sexual, tentativa de consumar un acto sexual, los comentarios o insinuaciones sexuales no deseados o las acciones para comercializar o utilizar de cualquier otro modo la sexualidad de una persona coaccionándola». Como afirma el diario The Independent, «el hecho de que Bertolucci se sienta suficientemente seguro para hablar de esto en televisión es una muestra de la cultura de violación en la que vivimos. Y la rapidez de la gente en enfatizar la falta de penetración genital, como si eso significara que todo en esta escena es correcto, lo prueba aún más».

Schneider, que murió en 2011 a causa de un cáncer, jamás se recuperó emocionalmente después de este rodaje, viviendo largos periodos de depresión. En una entrevista con el Daily Mail en 2007, la actriz confesaría con pelos y señales el momento de su violación. Unas declaraciones que pasarían de largo en la opinión pública, que durante décadas ha evitado juzgar los hechos. “Debería haber llamado a mi agente o hacer que mi abogado hubiera venido al set porque no puedes forzar a alguien a hacer algo que no está en el guión, pero en esa época no lo sabía. Marlon me dijo: ‘Maria, no te preocupes, es solo una película’, pero durante la escena, aunque lo que hacía Marlon no fuera real, yo lloraba de verdad. Me sentí humillada y, para ser honesta, un poco violada por Marlon y Bertolucci. Al menos solo fue una toma”. La intérprete terminaba añadiendo que una de las cosas que más le dolió fue el comportamiento de Brando una vez terminada la escena, que se negó a consolarla o preocuparse por su estado. Las revelaciones de la violación en El último tango en París coinciden en el tiempo con sendas polémicas sobre el supuesto acoso sexual de dos de los actores favoritos para los Oscar de este año: Casey Affleck y Nate Parker.

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