La ciencia es ‘cool’

La televisión o las pasarelas dirigen su mirada hacia el ámbito científico en busca de la difusión del conocimiento o la inspiración que dará como lugar nuevos productos. La ciencia se vuelve tendencia y la consecuencia solo puede ser positiva.

Cortesía de Fox

Quizás hace algunos años no era tan fácil el encontrar a un grupo de amigos en un bar de moda hablando de teorías evolutivas o de la relatividad, pero a día de hoy no sería tan complicado. No solo porque el relacionar los conocimientos científicos con el cliché del nerd con los bolígrafos asomando por el bolsillo de la camisa sea un prejuicio sino porque diversos factores han conseguido que la ciencia –como concepto general– haya traspasado los límites de su nicho de interés tornándose en tendencia.

Uno de los factores mencionados ha sido e...

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Quizás hace algunos años no era tan fácil el encontrar a un grupo de amigos en un bar de moda hablando de teorías evolutivas o de la relatividad, pero a día de hoy no sería tan complicado. No solo porque el relacionar los conocimientos científicos con el cliché del nerd con los bolígrafos asomando por el bolsillo de la camisa sea un prejuicio sino porque diversos factores han conseguido que la ciencia –como concepto general– haya traspasado los límites de su nicho de interés tornándose en tendencia.

Uno de los factores mencionados ha sido el estreno de la nueva versión de Cosmos, serie televisiva que Carl Sagan dirigió y presentó en los años 80. Su Viaje personal (subtítulo del programa) se emitió en más de 60 países y llegó a millones de personas, transmitiéndoles su conocimiento a través de capítulos de una hora de duración. Hace un par de semanas la cadena norteamericana de televisión Fox estrenó la nueva versión de la serie, en esta ocasión con el subtítulo Una odisea del espacio-tiempo causando un gran revuelo, tanto positivo como negativo.

Esta nueva versión, presentada por el astrofísico Neil deGrasse Tyson, está apadrinada nada menos que por el propio presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, quien prologó el primer capítulo de la serie pronunciando frases como: “América siempre ha sido una nación de exploradores intrépidos que han soñado más grande y han llegado más lejos de lo que otros solo son capaces de imaginar”. Y ya desde ese primer episodio su repercusión ha sido notable, no solo por las críticas que suscitó (más buenas que malas), sino también por las iras que levantó entre los sectores religiosos más radicales, como los creacionistas, quienes la ven como una propaganda anti-religiosa. El debate está en la calle.

Aunque en un plano más profano, hay otra serie de televisión que ha contribuido a cambiar el estigma nerd del científico y del geek –también de moda– y ha firmado por tres temporadas más. Se trata –cómo no– de la serie The Big Bang Theory, emitida en Estados Unidos por la CBS y que ya va por su séptima temporada, alcanzando cuotas de hasta 20 millones de espectadores. Sus personajes, presentados en un principio como los típicos empollones con dificultades para interactuar con otros seres humanos, han ido evolucionando (dentro de lo que cabe) convirtiéndose, a ojos del espectador, en personas más 'normales' aunque con intereses concretos relacionados con la investigación, el laboratorio, los juegos de estrategia o la ciencia ficción.

A este último ámbito, relacionado en múltiples ocasiones con las aficiones de los científicos, dirigieron su mirada las hermanas Mulleavy, responsables de la firma Rodarte, en su última colección. Presentada el pasado mes de febrero en la Semana de la Moda de Nueva York incluía varios vestidos inspirados en la saga cinematográfica de Star Wars (preferida de Sheldon Cooper y sus amigos), tanto en el corte de las prendas como en los estampados, en los que se podían apreciar las imágenes de algunos de sus protagonistas como Yoda o Luke Skywalker. No fueron las únicas: en la Semana de la Moda de Londres, celebrada casi al mismo tiempo, la firma Preen también exhibió piezas con motivos de la saga galáctica, aunque en su caso el elegido fue Darth Vader.

Rodarte y Preen son dos de las firmas que apuestan por estampados ‘Star Wars’ para el próximo otoño-invierno.

Getty

El mundo de la moda ha tenido, en más de una ocasión, nombres ligados con la ciencia. Sin ir más lejos, Hussein Chalayan al que se ha definido en más de una ocasión como: “Un diseñador con el corazón de un artista y el cerebro de un científico”. Y otra especialista en explorar las sinergias entre ambos sectores -el de la moda y el de la ciencia- es Iris Van Herpen, diseñadora holandesa que tiene entre sus admiradores a Björk, Daphne Guinness o Lady Gaga.

Su estudio de los volúmenes y los materiales y el uso de las tecnologías aplicadas al vestuario llevan a sus creaciones más allá de los ámbitos convencionales de la moda. Por ejemplo, en su última colección, presentada en la Semana de la Moda de París a principios de marzo, las modelos se mostraron plastificadas como trozos de carne en el supermercado. Otros títulos anteriores de su trabajo fueron Sinestesia, inspirada en la condición neurológica resultante de una combinación de percepciones sensoriales o Cristalización, en la que se intentaba mostrar los diferentes estados del agua y en la que se incluyó la primera impresión en 3D de la diseñadora.

Las creaciones de la diseñadora Iris Van Herpen cuentan con Lady Gaga o Daphne Guinness entre sus admiradores.

Getty/Iris Van Herpen

Acuerdos como el alcanzado por Luxottica (propietaria de firmas como Ray-Ban u Oakley) con Google para el diseño y desarrollo de las Google Glass dan otra pista de la firmeza de dicha tendencia. Si a principios de año ya se preveía que 2014 sería el año en que moda y ciencia se darían la mano definitivamente, el paso de las semanas no ha hecho más que confirmar el pronóstico y hasta ampliarlo a otros ámbitos. Por fin, la ciencia es cool.

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