Jean Paul Gaultier regresa al ‘prêt-à-porter’ de la mano de jóvenes creativos, entre ellos Palomo Spain
La colección cápsula, ajena al calendario, apunta a un nuevo camino en el que las firmas colaboran entre ellas y se ceden sus altavoces para lanzar mensajes de aceptación e inclusión.
El qué hacer con una marca de moda cuando su creador se retira ha sido causa de muchas cavilaciones a lo largo de la historia. Las salidas tradicionales al dilema han pasado siempre o bien por cerrar la casa, o bien por reimaginar el legado –convertido en marca–, en manos de un sucesor más o menos afín al creador primigenio. Pero Jean Paul Galtier explora ahora una tercera vía que atiende a varias demandas del mercado actual: cápsulas, colaboraciones y digitalización. La enseña, propiedad del grupo es...
El qué hacer con una marca de moda cuando su creador se retira ha sido causa de muchas cavilaciones a lo largo de la historia. Las salidas tradicionales al dilema han pasado siempre o bien por cerrar la casa, o bien por reimaginar el legado –convertido en marca–, en manos de un sucesor más o menos afín al creador primigenio. Pero Jean Paul Galtier explora ahora una tercera vía que atiende a varias demandas del mercado actual: cápsulas, colaboraciones y digitalización. La enseña, propiedad del grupo español Puig, acaba de abrir sus puertas a cinco firmas de creativos jóvenes para que reinterpreten, en una colección limitada y junto al equipo de la maison, algunos de los grandes iconos del irreverente diseñador. Ottolinger, Alan Crocetti, Nix Lecourt Mansion, Marvin M’Toumo y Palomo Spain: “Es preciosa esta nueva idea de la moda en la que dos casas se juntan, son amigas y se reinterpretan”, afirma el creador de la última, Alejandro Palomo; “muere esa idea del diseñador ególatra y del cada uno a lo suyo. Ahora vivimos todos en una especie de comunidad global donde bebemos los unos de los otros”.
El francés Gaultier, que abrió su enseña en 1976, anunció su retirada definitiva de las pasarelas a principios de 2020, con un desfile de alta costura que se convirtió en una fiesta de despedida y toda una oda a su archivo. Su prêt-à-porter estaba pausado desde 2015 y la única división que tiraba ya de la marca era la de los perfumes (con mucho brío, eso sí). Pero el interés por sus diseños no ha parado de crecer en estos últimos años: lo vintage ha vivido un importante auge, marcado por un creciente interés por el mercado de la segunda mano como solución al problema de sostenibilidad de la industria y por el apoyo de mediáticas personalidades como Kendall Jenner o Bella Hadid.
Precisamente esta última, fan confesa de Jean Paul Gaultier, es la encargada de poner imagen a la nueva colección que ve la luz hoy, a tiempo para el mes del orgullo LGBTQI+. Un homenaje a las rayas bretonas del marinero de Querelle (1982), la película erótica de Rainer W. Fassbinder que inspiró durante años a Gaultier. El clásico se abre a otras miradas, eso sí, todas afines al francés y supervisadas por él mismo. “He sido admirador de Gaultier toda la vida”, explica Palomo, “parte de mi forma de diseñar o mi estilo beben de la herencia que ha dejado. Él ya propuso en los ochenta y en los noventa la idea de couture masculina que Palomo ha ido evolucionando y trayendo a un tiempo más contemporáneo”.
Los límites del género, tan candentes hoy, ya fueron ensanchados por Gaultier hace treinta años. “Esa libertad absoluta del hombre, ese disfrutar con una ropa que juega con el lado más femenino y atrevido del hombre”, dice el diseñador cordobés. La nueva cápsula hereda ese mensaje: “La maison de Jean Paul Gaultier (re)afirma su compromiso político con el feminismo, el antirracismo, los derechos LGBTQI+ y la tolerancia mutua”, defienden desde la compañía. “La tienda online de la casa no muestra categorías de género, y para cada look se muestran modelos masculinos y femeninos. Y como último corte de mangas a esa clase tan reaccionaria que se opone a la promoción del lenguaje inclusivo, se encargó a las activistas Roxanne Maillet y Marie-Mam Sai Bellier que diseñaran una camiseta con las formas masculina y femenina del icono”.
La nueva colección, que está a la venta exclusivamente en la web de la marca y en Ssense.com, abarca prendas de ropa, accesorios y piezas de joyería con unos precios que oscilan entre los 90 euros y los 3.500 de un corsé customizado, una pieza única que se ha agotado a los pocos minutos de salir a la venta. Es el resultado de un laboratorio creativo que ve la luz a pocas semanas del regreso de la firma a la pasarela de la alta costura parisina el próximo mes de julio (aún sin confirmar si lo hará de manera física o virtual). Será otra colaboración, en este caso en formato residencia: Chitose Abe, de Sacai, se hará cargo de la línea de costura durante un año; dos colecciones que han retrasado su presentación en sociedad por la crisis del coronavirus. Tras ella llegará otro (en WWD apuntan a Glenn Martens), al igual que tras los cinco creativos de esta cápsula llegarán nuevos nombres y nuevas voces, en ediciones limitadas y olvidándose del calendario tradicional. Una nueva filosofía que apuesta por la apertura y el enriquecimiento de la cooperación y por ceder influencia para servir de altavoz a otros. Y si mientras venden perfumes, bienvenidos sean.