De su pasión por Cayetano Rivera a su carrera frustrada en medicina: ocho cosas que no sabías de Giorgio Armani
El diseñador italiano recibió anoche el galardón ‘Outstanding Achievement’ en los Fashion Awards, el premio que reconoce los logros excepcionales en la industria. Repasamos algunos de ellos.
Giorgio Armani pisó anoche el Royal Albert Hall de Londres. Lo hizo a los 85 años para recoger un premio en honor a los logros excepcionales que ha conseguido en su carrera. Los Fashion Awards, antes conocidos como British Fashion Awards, honraron al diseñador italiano entregándole el Outstanding Achievement Award, el galardón que merece por «su visión atemporal del estilo» y «su capacidad para liderar un camino que otras firmas han seguido», según...
Giorgio Armani pisó anoche el Royal Albert Hall de Londres. Lo hizo a los 85 años para recoger un premio en honor a los logros excepcionales que ha conseguido en su carrera. Los Fashion Awards, antes conocidos como British Fashion Awards, honraron al diseñador italiano entregándole el Outstanding Achievement Award, el galardón que merece por «su visión atemporal del estilo» y «su capacidad para liderar un camino que otras firmas han seguido», según decía Caroline Rush, CEO del British Fashion Council.
El presidente y CEO del grupo Armani se suma así a la lista de talentos honrados con este premio después de Muccia Prada, Ralph Lauren o Karl Lagerfeld. Repasamos a continuación los datos más desconocidos del hombre que sacudió la industria de la moda contemporánea y los motivos por los que merece este reconocimiento:
Cambió la medicina por la moda. Aunque desde siempre fue un apasionado de la fotografía, Armani estudió Medicina en la Universidad de Milán durante tres años. Tras cumplir el servicio militar empezó a trabajar en los grandes almacenes La Rinascente como diseñador de escaparates y terminó trabajando como diseñador en Cerruti.
Tan tardío como pionero. Cuando decidió fundar su firma de moda ya tenía 40 años. Era mediados de los 70 y decidió embarcarse en la aventura junto a su pareja en aquel momento, el arquitecto y diseñador Sergio Galeotti, que le convenció para crear su propia enseña. En aquel momento la moda francesa, que había dominado el mercado mundial, estaba de capa caída, anclada en la alta costura, y diseñadores italianos como Armani y Versace le tomaron el relevo con colecciones adaptadas al momento y mediáticos desfiles.
Transformó la alfombra roja para siempre. Aunque en un principio solo diseñaba para hombre, pronto amplió su marca a la moda femenina. Y no tardó en convertirse en uno de los creadores más omnipresentes en los grandes eventos de Hollywood. Diane Keaton recogió su Oscar a mejor actriz por Annie Hall (1978) con una americana del diseñador combinada con falda, un look icónico que situó a Armani por primera vez en la alfombra roja de la gran noche del cine. No sería la última. El italiano prefirió no casarse con una única actriz (como hizo Givenchy con Audrey Hepburn, por ejemplo) y ha vestido a numerosos rostros a lo largo de su carrera. Entre sus looks más recordados figura el traje de aires masculinos con el que o el vestido de alta costura con el que Cate Blanchett hizo lo propio en 2014 por su papel protagónico en Blue Jasmin. La lista es infinita: Sharon Stone, Salma Hayek, Michelle Pfeiffer o Penélope Cruz son otros de los nombres asiduos a sus diseños.
Convirtió el traje desestructurado en su seña de identidad. Armani fue el responsable de transformar el rígido uniforme de negocios del momento en un dos piezas más suave, bien cortado y desestructurado. Experimentó con los cuellos, los puños o los tejidos creando un icono que lo ha hecho reconocible el resto de su carrera. Algunos se quejarían después de que Armani no hace nada nuevo, pero su aportación al armario femenino en un momento en el que la mujer empezaba a incorporarse a un mercado laboral dominado por los hombres fue impagable.
Colaboró en el vestuario de más de 200 películas. Cuando el cineasta Paul Schrader, cliente de Armani, le pidió que diseñara el vestuario de su siguiente película, American Gigolo, el diseñador no se lo pensó dos veces. En un principio aceptó el proyecto diseñando para John Travolta, que iba a ser el protagonista, y después tuvo que arreglar las prendas para adaptarlas a Richard Gere. Ver al actor del momento, desnudo de cintura para arriba, probándose trajes de Armani supuso una publicidad sin igual para la marca. Y volvió a lograr repercusión y aplausos en muchos otros filmes más: Uno de los nuestros, Malditos Bastardos o El Caballero Oscuso son algunas de las grandes cintas en las que se han dejado ver sus creaciones.
Se obsesionó con Cayetano Rivera Ordóñez. Según publicaba El País en 2007, el torero y el diseñador se conocieron fugazmente en la tienda Emporio Armani de Valencia cuando, a finales de 2006, el italiano acudió a la ciudad a recoger un premio. El resultado de aquel encuentro se saldó con una campaña publicitaria de la marca protagonizada por el torero. En un principio iba a ir dirigida al mundo latino, pero acabó siendo global. El torero incluso desfiló para la marca en Milán cerrando el show ataviado con un esmoquin negro y, por supuesto, tiempo después apareció con un traje de luces firmado por el italiano.
Fue el primer diseñador vivo en tener su propia retrospectiva. En el año 2000 el museo Guggenheim de Nueva York realizó una exposición con más de 400 diseños que repasaban sus 25 años de carrera en la moda, así como su influencia en la indumentaria del siglo XX. Ningún diseñador había presenciado nada igual en vida.
Es uno de los diseñadores italianos más ricos del mundo (y uno de los pocos que sigue al mando de su empresa). La revista Forbes estima su patrimonio en 10800 millones de dólares, unos 9751 millones de euros. El creador ha logrado crear su propio ‘Emporio’ diversificando sus productos y logrando posicionarse en la cara y la cruz del mercado: desde la línea más económica, Armani Jeans, a la alta costura con Armani Privé. También ha ampliado horizontes en la decoración (Armani Casa), los cosméticos o los hoteles de lujo. Por no hablar de su fundación y hasta una línea dedicada a los arreglos florales. Fuera de la industria incluso tiene su propio equipo de baloncesto: desde 2008, el diseñador es el dueño del Olimpia Milano. Todo ello siendo uno de los pocos nombres que siguen al frente de su negocio, uno que creó hace 45 años y que ahora le ha valido un merecido reconocimiento.