Vicki Sparks, la mujer que ha dado un giro a la historia del Mundial
Se ha convertido en la primera mujer británica de la historia del torneo en retransmitir un gol en directo. Lo ha hecho para la BBC.
La periodista británica Vicki Sparks se ha asegurado ya su lugar en la historia. Comentarista de fútbol, ha sido la encargada de narrar el gol de Cristiano Ronaldo con el que la selección portuguesa eliminaba a Marruecos del Mundial celebrado en Rusia. El primero narrado en voz femenina y para Reino Unido en la historia del torneo y primera mujer en desempeñar la labor dentro de esta copa para la televisión británica. Ha sido para la BBC, cadena con la que colabora habitualmente desde que se estrenara en ella como profesional freelance en 2014 a través de un concurso concienzudo de ...
La periodista británica Vicki Sparks se ha asegurado ya su lugar en la historia. Comentarista de fútbol, ha sido la encargada de narrar el gol de Cristiano Ronaldo con el que la selección portuguesa eliminaba a Marruecos del Mundial celebrado en Rusia. El primero narrado en voz femenina y para Reino Unido en la historia del torneo y primera mujer en desempeñar la labor dentro de esta copa para la televisión británica. Ha sido para la BBC, cadena con la que colabora habitualmente desde que se estrenara en ella como profesional freelance en 2014 a través de un concurso concienzudo de búsqueda de talentos narrativos femeninos para la FA Women’s Super League. Desde entonces Vicki se ha convertido en una habitual de sus filas, dispuesta a cambiar el paradigma dentro de ese ámbito dominado por la testosterona.
«Siempre he querido ser comentarista, así que pensé en intentarlo y ver qué pasaba», explicaba Sparks al mismo medio tras conseguir el puesto. Ahora habitual del programa Final Score y de la Radio Five Live (BBC), Vicki ha experimentado un ascenso meteórico en apenas cuatro años. La última demostración ha llegado con este Mundial, en el que ha conseguido formar parte del equipo encargado de hacer la cobertura del evento. En la aventura rusa cuenta también con la compañía de otros dos grandes nombres femeninos, Gabby Logan como reportera y la futbolista inglesa del Arsenal, Alex Scott, comentando desde estudio.
«Estamos encantadas de ver a Vicki Sparks hacer historia», cuenta a S Moda la periodista deportiva Anna Kessel, presidenta de la asociación británica Women in Football, que reivindica el lugar de las mujeres profesionales en este deporte. «Las mujeres brillantes siempre han sido parte del juego, es maravilloso ver que finalmente se les da la plataforma para mostrar su talento», dice Kessel. Un camino más complejo para ellas en el que, como pasa en muchos ámbitos de trabajo, la regla no escrita para las mujeres es no solo hacer el trabajo como ellos, sino mejor para sobresalir y así ser tenidas en cuenta. Lo demuestra el sondeo realizado por la misma plataforma en la que el 70% de las participantes decían estar de acuerdo, o muy de acuerdo, en que «las mujeres deben ser mejores en sus trabajos que sus colegas masculinos para tener éxito en la industria del fútbol». Por eso, explica Kessel, «celebramos las contribuciones de las mujeres pioneras que, como Sparks, han roto barreras en el camino» y cita como ejemplo a la comentarista británica, Jacqui Oatley, de Match of the Day, que también puso voz al Mundial de 2010 para la radio. Otra compañera que, como Nicki, ha hecho historia en este Mundial derrocando estereotipos y barreras machistas ha sido Isabelly Morais. La periodista brasileña retransmitía el partido disputado entre Brasil y Suiza para Fox Sports, en el que cantaba el gol de Philippe Coutinho.
En España esta figura no se da. Sí es cierto que, cada vez más, la lista de mujeres periodistas deportivas en la que destacan nombres de pioneras como María Escario u Olga Viza, se va extendiendo. Aunque lo hace bajo el peligroso mandato tácito de mujeres atractivas que hablan de fútbol y rara vez como cabezas de programa. La propia periodista María Gómez, reportera en este Mundial para Mediaset, lo contaba a S Moda en un artículo: “En los medios se nos sigue viendo a las mujeres como un complemento, un apoyo, la muleta perfecta. Solemos ser copresentadoras maravillosas pero, muchas veces, el peso del programa lo llevan hombres y en pocas ocasiones se piensa en nosotras como primeras espadas».
Además de estas barreras, la respuesta del público de redes sociales es otra de las batallas que las mujeres del deporte tienen que lidiar. Igual que la dificultad, el odio se multiplica. Se explica así que Women in Football cuente con un apartado exclusivo para asesorar legalmente a las mujeres profesionales de fútbol que sean víctimas de acoso verbal y troleo en redes sociales. En el caso de la propia Vicki Sparks, a pesar de haber recibido comentarios positivos por su hazaña, los comentarios negativos en Twitter o Reddit atacando su condición de mujer no se han hecho esperar. «¿Por qué, oh, por qué tenemos que tener mujeres comentando fútbol? Por favor, que alguien le diga a Vicki Sparks que ella está intentando demasiado. Me gusta el fútbol, pero por favor chicas, ¡déjenlo a los hombres!», escribía un usuario.
No es la primera vez que Vicki Sparks se encuentra ante un episodio sexista. Ya el año pasado, el entonces entrenador del Sunderlarnd, el escocés David Moyes, la amenazó tras una entrevista. «Al final (de la entrevista) estabas siendo un poco mala. Así que ten cuidado, puedes recibir una bofetada aunque seas mujer», le decía off the record y riéndose. Le costó no renovar el puesto y una indemnización de 30.000 libras a la periodista.
El reciente caso de la reportera colombiana Julieth Gonzalez Theran, acosada en directo por un aficionado que la besaba y agarraba del pecho en plena conexión es la enésima evidencia de este mismo problema. A pesar de los avances, las mujeres que trabajan en el fútbol no están en igualdad de condiciones, tampoco en cuestión de seguridad, con sus compañeros hombres. «Es un claro recordatorio de la dificultad», dice Anna Kessel, «las mujeres deberían poder ir para trabajar sintiéndose seguras al ser tratadas con respeto, el mismo respeto que todos merecen».