El dilema Sheila Heti: treinteañera y con pareja estable pero, ¿realmente quiero ser madre?

El autoanálisis de la escritora en su último libro Motherhood, explora las diatribas sobre qué camino escoger ante una decisión cada vez más postergada en el mundo occidental.

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Ya son varios los libros que en los últimos años abordan el tema de la maternidad desde perspectivas transgresoras. Orna Donath con Madres Arrepentidas (Reservoir Books) recogiendo testimonios de mujeres que, si ahora tuvieran la posibilidad de planteárselo de nuevo, no lo serían. O No Madres (Plaza & Janés), de María Fernández-Miranda, más mujeres hablando de su experiencia habiendo elegido no serlo, que se suman a otras voces que ya plantearon sus dudas al respecto como Virginia Woolf o Simone de Beauvoir. Todas llegaban a una misma conclusión: la maternidad, por regla general, no ha sido una elección libre y meditada. Ahora Sheila Heti con Motherhood (pendiente de edición en español) plantea serlo o no desde una perspectiva activa, tomando las riendas, con una novela con tintes autobiográficos que recoge el monólogo interno de una escritora con pareja en el final de la treintena preguntándose si dar el paso. Alerta spoiler: no concluye en una respuesta clara, pero como explica la psicóloga experta en salud desde la perspectiva de género Rocío Carmona a S Moda: «Que una mujer se plantee conscientemente si quiere ser madre ya es un gran avance».

«Tengo la sensación de que la vida está ahí, jugando con los dedos, esperando a que tenga un hijo», escribe Heti en el libro. Una situación con la que cualquier mujer se identifica o se indentificará en el algún momento. El planteamiento serio suele llegar entrada la treintena, con la llamada cuenta atrás del reloj biólogico, pero la presión por ser madre está presente desde edades tempranas, es parte de la educación. «Se da por hecho que de mayores nos vamos a casar y, sobre todo, vamos a ser madres. Tener un hijo es un hito que tiene que llegar», explica la psicóloga. Y se alimenta dentro de la sociedad. Desde el ginecólogo que en una revisión pasados los 35 insinúa que qué vas a hacer y pone sobre la mesa opciones a modo preventivo como la congelación de óvulos, a la persona que, si tienes pareja estable, enseguida pregunta ‘cuándo te vas a poner a ello’. Más imposiciones propias de la generación, «a las mujeres de entre 30 y 45 años se les exige ser una especie súper mujer. Trabajadoras de éxito, activistas, buenas amigas y buenas madres», apunta Carmona.

Sheila Heti.Getty (ullstein bild via Getty Images)

Una realidad difícil de abordar que se traduce en cambios en la maternidad. Madres cada vez más mayores y con menos hijos, según datos del INE en 2014, la edad media para ser madre en España es de 30,6 años. Y que además conlleva contradicciones. Como explica la a socióloga experta en género Ángeles Briñón, «a las mujeres que deciden no ser madres se las señala y cuestiona, a las que lo son también se las penaliza en el mercado laboral. Todas acaban siendo discriminadas por la sociedad».

«¿Quiero hijos porque quiero ser vista como el tipo admirable de mujer que los tiene? ¿Porque quiero ser vista como un tipo normal de mujer o porque quiero ser el mejor tipo de mujer, una mujer que no solo tiene trabajo, sino el deseo y la capacidad de cuidar, un cuerpo que puede hacer bebés y alguien con quien otra persona quiere tenerlos?», se pregunta la protagonista sin nombre de Motherhood. A menudo, es una mezcla de todos esos factores a la que se suman otros como el posible arrepentimiento si ‘se te pasa el arroz’ y no los tienes y el supuesto sentimiento de realización (ninguno de ellos presupuestos en los hombres). En El segundo sexo, Simone de Beauvoir ya lo planteaba: «Los hijos no son el juguete de los padres, ni la realización de su necesidad de vivir, ni sucedáneos de sus necesidades insatisfechas. Los hijos son la obligación de formar seres dichosos».

Llegar a estos planteamientos -y más aún, responderlos con claridad- es lo complejo. Como dice Caitlyn Moran en Cómo ser mujer, donde dedica dos capítulos a este mismo debate, «la pregunta es siempre ‘¿Cuándo vas a tener hijos?’, en lugar de ‘¿Quieres tener hijos?». «Que vengan mujeres a la consulta haciéndose este tipo de cuestiones no es lo habitual. Se nos prepara para ser madres a nivel ginecológico, pero no mentalmente. El planteamiento sobre si quieren serlo o no surge, generalmente, a raíz de la dificultad, del ‘no puedo tener hijos», cuenta la psicóloga Rocío Carmona.

Sopesar qué tipo de maternidad se quiere ejercer. Si se va a llevar a cabo sola o en compañía de una pareja. Si es junto a alguien, plantearse cómo es esa persona, qué rol va a ejercer, cómo vamos a repartir los cuidados y acotar claro entre ambos qué tipo de proyecto estamos construyendo juntos. Asegurar con qué red de apoyos, ya sea familiar o de amigos, se cuenta y consultar si estarían dispuestos a participar en ello. Así como chequear la salud mental (¿soy una persona con miedos, con ansiedad, estoy preparada para asumir los cambios que vienen…?), son parte de ese hilo de pensamiento del que la psicóloga recomienda tirar.

Para la socióloga Ángeles Briñón, es importante también que esa mujer que decide libremente y que no quiere renunciar a su trabajo tenga claro que “se va a tener que posicionar frente a la sociedad de manera que diga: la maternidad no me va a perjudicar con respecto a mis objetivos de desarrollo. Y empoderarse en eso”. Desde su punto de vista, “la conciliación, si antes se podía ver como una avance, se ha acabado convirtiendo en una trampa porque solo se aplica a las mujeres. Y es para hombres y mujeres”. Según datos del Instituto de la Mujer, en 2016, de las 40.517 excedencias por hijos concedidas ese año, 37.531 fueron pedidas por las madres y 2.986 por los padres. Hecho que se justifica con las cifras de una brecha salarial del 14,9% en nuestro país, según Eurostat, que también juega a favor de ellos. Y la clave de la solución, apunta la socióloga, “pasa por la igualdad en los cuidados, no pueden recaer solo en las mujeres” (ellas realizan 26,5 horas semanales de trabajos y cuidados domésticos frente a las 14 de ellos). “Cada mujer debe tomar su decisión de manera personal, la sociedad no debe influir en ella, pero sí facilitarla”, añade.

‘¿Quiero ser madre?’ es, sin duda, una pregunta difícil de responder. «He llegado a la conclusión de que nunca se puede cerrar la decisión (…) Ni siquiera cuando tienes un hijo”, cuenta la autora Sheila Heti en una entrevista a Refinery 29.  Pero defiende el valor de ese proceso de pararse a pensarlo y de poner toda la baraja de opciones y realidad sobre la mesa. «Me siento bien por haber escrito esto porque siento que he luchado con el tema de manera consciente. He mirado la cuestión de la maternidad con todo lo que tengo: mi comprensión de mi propia historia, de la cultura, de mis propios miedos, esperanzas, de todo (…) Quería poder mirar a esta época de mi vida en una edad posterior y sentir que no había sido temeraria o superficial respecto a la decisión de ser madre. Este libro es un seguro para un yo futuro, para una felicidad futura, para una satisfacción futura».

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