Imperator Furiosa: así pisotéo Charlize Theron la testosterona en el cine de acción y lo cambió todo
Después de que George Miller haya confirmado que dirigirá una precuela de la historia de Furiosa, analizamos por qué su aparición en un contexto pre-MeToo fue tan significativa como necesaria.
En 2015 todavía no había estallado el MeToo, pero ya se palpaba en el ambiente que algo estaba cambiando. Los debates feministas comenzaban a acaparar los focos de atención mediáticos para poner de manifiesto las desigualdades de las mujeres en un mundo dominado por el orden masculino heterosexual al mismo tiempo que la cuarta ola tomaba impulso para denunciar la violencia machista. En Hollywood muchas estrellas iniciaron sus pasos para convertirse en símbolos reivindicativos, pero todavía no se había acelerado un...
En 2015 todavía no había estallado el MeToo, pero ya se palpaba en el ambiente que algo estaba cambiando. Los debates feministas comenzaban a acaparar los focos de atención mediáticos para poner de manifiesto las desigualdades de las mujeres en un mundo dominado por el orden masculino heterosexual al mismo tiempo que la cuarta ola tomaba impulso para denunciar la violencia machista. En Hollywood muchas estrellas iniciaron sus pasos para convertirse en símbolos reivindicativos, pero todavía no se había acelerado una transformación del sistema. Fue entonces cuando los grandes estudios comenzaron a percatarse del potencial económico del asunto y se apresuraron a situar a la mujer en el centro del relato y a producir productos hechos a la medida de los nuevos tiempos, incluyendo en ellos discursos feministas, aunque fueran prefabricados y metidos con calzador.
Hasta ese momento, las heroínas del cine de acción siempre habían sido representaciones idealizadas. Cuerpos esculturales que parecían obedecer a las necesidades del público masculino a través de una hipersexualización evidente, abstracciones repletas de virtuosismo y perfección ante las que resultaba imposible sentirse identificado. Por supuesto, siempre hubo excepciones que se convirtieron en referentes: Sigourtney Weaver liderando la saga Alien, Jamie Lee Curtis al frente de blockbusters a principios de los noventa, Linda Hamilton como Sarah Connor en Terminator en clave anabolizada, Uma Thurman en Kill Bill y, como representación millennial, Jennifer Lawrence en Los juegos del hambre.
Pero en ese año de 2015 aparecería una figura destinada a cambiarlo todo. Un personaje que, visto con perspectiva, rompió con muchos de los estereotipos dentro del tradicionalmente testosterónico cine de acción para liderar una revolución que estaba a punto de comenzar. El personaje de Imperator Furiosa encarnado por Charlize Theron en la película de George Miller Mad Max: Furia en la carretera tenía algo de subversivo. Era una guerrera, con el pelo rapado, a la que le faltaba un brazo y que no se movía por la venganza hacia un hombre en concreto como ‘La novia’ de Quentin Tarantino: lo suyo era un motín en toda regla contra todo el patriarcado. Al fin y al cabo, los hombres habían sido los causantes de llevar al mundo hacia el apocalipsis, y había llegado el momento de pararles los pies para instaurar un nuevo orden alejado de la tiranía, de la violencia y el miedo que habían ejercido con total impunidad sobre las mujeres, convirtiéndolas en recipientes reproductores o máquinas generadoras de leche. Puede que fuera una distopía, pero el discurso teórico estaba bien claro.
El director australiano dio con esta película un giro radical a lo que había sido su saga sobre el guerrero de la carretera hasta el momento y lo hizo, quitándole todo el protagonismo al personaje de Max, en esta ocasión interpretado por Tom Hardy, convertido en un mero aliado de Imperator Furiosa en su suicida misión, ayudar a escapar a las esposas del sátrapa monarca Inmortal Joe, que con sus mentiras mantenía engañado a todo su pueblo. Así, Max, tomará conciencia de la situación de explotación en la que se encuentran estas mujeres y se unirá a su causa luchando junto a ellas para derrotar al antiguo régimen opresor.
Además de contar con el apoyo de Max, Furiosa no estará sola. Y esto es quizás lo que marca rotundamente la diferencia con respecto a cualquier otra heroína de acción femenina hasta la fecha. Si volvemos a Kill Bill, todas las mujeres terminaban matándose entre sí. En Mad Max: Furia en la carretera, se ayudan y son capaces de sacrificarse las unas por las otras. La sororidad es, sin duda, fundamental en la película, uno de sus grandes temas y sus pilares constitutivos. Al lado de Furiosa estarán las ‘Vulvani’ (en castellano lo tradujeron como ‘las muchas madres’), una tribu de mujeres que han aprendido a vivir de forma independiente en el desierto. Sin hombres. Ellas guardan además las semillas de la vida. No solo pueden engendrar, sino que han recolectado simientes de la era prenuclear que podrían restablecer el equilibrio en un mundo que ha quedado estéril.
En Furiosa se concentran buena parte de las luchas feministas de la historia, frente al abuso, la agresión, el maltrato, la violación y la discriminación. Es una mujer poderosa, que tiene un estatus de guerrera en un mundo de hombres y decide sublevarse frente a toda una tradición de sumisión tomando su propia iniciativa, rompiendo las cadenas porque no se resigna a perder su identidad. Una heroína redentora de la era pre-MeToo, una adelantada a su tiempo. No solo quiere sobrevivir, como Max, quiere construir un lugar mejor para el futuro.
El personaje de Charlize Theron ha quedado incrustado para siempre en el imaginario colectivo de la cultura popular. Quizás por esa razón, George Miller ha confirmado recientemente que dirigirá una precuela que llevara el nombre de su icónica protagonista, Furiosa, para contar sus orígenes y que protagonizaría Anya Taylor-Joy en su versión juvenil. Sin embargo, la imagen de la actriz sudafricana será difícil de reemplazar. Ella misma ha manifestado su decepción al no haber sido convocada para el nuevo proyecto, ya que sin duda es uno de los personajes más importantes de su carrera. Quizás por eso compartió en verano a través de Instagram el momento en el que se rapó el pelo para iniciar un proceso de transformación que la convirtiría para siempre en la verdadera reina de la carretera.