«¿Cuántos amigos negros tienes?»: así es Ziwe, la humorista que arrasa criticando el racismo
Con apenas 29 años, esta hija de inmigrantes nigerianos ha logrado establecerse como todo un fenómeno viral y estrenar su propio programa de televisión gracias a una serie de comprometidas e hilarantes entrevistas con el racismo como hilo argumental.
No hace falta esperar más que unos pocos segundos para que el espectador que llega por primera vez a un vídeo de Ziwe Fumudoh comprenda perfectamente el espíritu del humor insolente, sarcástico y provocador de su autora: “Mi nombre es Ziwe y soy como unas zapatillas New Balance: los hombres blancos siempre están pisoteándome”. En apenas unos meses, esta joven cómica estadounidense se ha erigido en la “gran sensación de Instagram”, gracias a una serie de entrevistas publicadas en su cuenta de la red social. Con el tabú del racismo en Estados Unidos como hilo argumental, ha convertido en un arte...
No hace falta esperar más que unos pocos segundos para que el espectador que llega por primera vez a un vídeo de Ziwe Fumudoh comprenda perfectamente el espíritu del humor insolente, sarcástico y provocador de su autora: “Mi nombre es Ziwe y soy como unas zapatillas New Balance: los hombres blancos siempre están pisoteándome”. En apenas unos meses, esta joven cómica estadounidense se ha erigido en la “gran sensación de Instagram”, gracias a una serie de entrevistas publicadas en su cuenta de la red social. Con el tabú del racismo en Estados Unidos como hilo argumental, ha convertido en un arte su capacidad para comprometer a sus invitados con una pregunta, estirando los límites de la incorrección política y el sentido del ridículo de sus invitados. Un puñetazo de insolencia y sátira a los poderosos con tanto impacto cultural que le ha valido incluso la oportunidad de dirigir y protagonizar su propio programa de televisión.
Ziwe nació hace 29 años en Lawrence, Massachusetts, una ciudad de 70.000 habitantes a media hora en coche al norte de Boston. Una localidad conocida, aparte de por ver nacer al legendario director de orquesta Leonard Bernstein, por tener una alta población inmigrante de clase media-baja. Su realidad cambió cuando consiguió una beca para matricularse en un prestigioso instituto de una ciudad vecina, despertando en ella el germen de su activismo. “Hay mucha política intrínseca en ser una estudiante becada en una escuela muy pija, y en ser una alumna negra en un colegio predominantemente blanco”, contó en Into The Gloss. Estudió primero la carrera de Matemáticas en la universidad, pero explica que el escrutinio y la crítica cargada de machismo de sus compañeros de clase le hizo querer cambiar su futuro. Se matriculó en estudios universitarios en poesía, filme y cultura afroamericana y cuando una profesora les puso en clase un vídeo de Stephen Colbert su vida dio un vuelco.
Su proyección entrará en una nueva dimensión este próximo 9 de mayo con el estreno de Ziwe, un formato humorístico guionizado de seis capítulos en el que contará con estrellas invitadas, entrevistas, números musicales o sketches y que se estrenará en el canal de pago Showtime. “¿Me lo estás preguntando de verdad?”, le responde una –insólitamente– desconcertada Fran Lebowitz en un adelanto del programa, cuando la cómica le interroga sobre si le molesta más el racismo o los viandantes que andan muy despacio. En 2022 también estrenará su primera obra literaria, The Book of Ziwe, una amalgama de ensayos que prometen convertirse en todo un best seller.
Si ya impresiona la precocidad del éxito de la joven, sus méritos se multiplican si tenemos en cuenta que ha conseguido el hito de convertirse en la gran promesa del humor internacional mientras estaba confinada en su apartamento de Brooklyn, gracias a sus hilarantes directos de Instagram. Una evolución de su programa de entrevistas de Youtube, Baited, en el que lanzaba anzuelos a sus invitados, muchos de ellos algunas de las figuras más activistas y controvertidas del país como Rose McGowan, para que picaran en su intento de evidenciar el racismo intrínseco de la sociedad. Pero en sus entrevistas a través de la red social no ha hecho falta ningún truco predefinido, Ziwe les indica dónde está el jardín y sus invitados se meten gustosos por sí mismos, dotándolas de una tensión genuina y clave en su éxito. Preguntas a priori tan inofensivas como ‘¿Cuántos amigos negros tienes?’, ‘¿Has tenido alguna pareja de otra raza?’ o ‘¿Podrías decirme el nombre de cinco personas de origen asiático?’ se convierten en incómodos misiles de insolencia para quienes no son capaces de contestarlas con garantías. “De niños aprendemos que Martin Luther King era muy bueno y que el racismo es muy malo… y eso es todo lo que nos enseñan sobre la raza en Estados Unidos”, expone.
Hija de inmigrantes nigerianos, creció en el seno de una familia profundamente estricta y religiosa. Sus padres solo concebían que fuera abogada o doctora y la joven sostiene que, pese a ser la gran sensación de Instagram y haber protagonizado artículos en medios tan prestigiosos como The New York Times o el Washington Post, ellos todavía no saben a qué se dedica realmente su hija. “Hace poco le dije a mi madre que iba a hacer un monólogo de comedia en un bar y me contestó, ‘¿A qué te refieres? Tú no eres humorista, tú eres una hija de Dios’. Hay una gran diferencia cultural”. Ziwe no pensó en dedicarse a hacer reír –del ingenio o de los nervios, eso va a gusto del cliente– hasta que consiguió una beca en el canal de televisión Comedy Central, en el mismo programa de inclusión para minorías que le dio una oportunidad al estelar Donald Glover.
“No persigo la controversia”, se defiende Fumudoh en una entrevista en Deadline. “Lo que trato es golpear a los poderosos. Pero una parte de eso es ser responsable de mis palabras y saber cuando quizá he podido fallar el tiro en ciertas bromas porque no soy perfecta. Soy falible, y estoy dispuesta a correr el riesgo. No puedes tener un show que empuja los límites sin acercarte al filo. A veces los sobrepaso, y, otras veces, consigo cabalgarlos. El objetivo es no sobrepasarlos demasiado”. En los últimos años ha trabajado como guionista en la mítica revista satírica The Onion, programas de televisión como The Daily Show o The Colbert Report y ha hecho carrera como monologuista en los clubs de comedia más prestigiosos de Nueva York. El tema racial está presente en cada uno de sus trabajos. “Quiero que mis espectadores se miren a sí mismos y se pregunten, ‘¿Cómo respondería yo a esas preguntas?’, ¿Por qué me siento incómodo hablando sobre razas?”, alegó en la revista Time.
Su motivación, repite insistente en cada entrevista que ha ofrecido, no es la de dejar mal a sus invitados para su lucimiento personal, sino la de tratar de iniciar una conversación productiva que ayude a sanar el trauma del racismo sistémico, compartiendo la tensión y desazón que sufren a lo largo de sus vidas las mujeres negras. “Esta es mi forma de decirle a la sociedad, ‘Eh, no voy a salir la única que navegue por la vida sintiendo esa incomodidad”, relató a The New York Times. A tenor de sus cientos de miles de seguidores, parece que lo está consiguiendo.