Zahia Dehar: del escándalo de Benzemá a protagonizar la película feminista que arrasa en Netflix
La película que protagoniza sobrevuela algunos de los temas más candentes de la actualidad como las relaciones entre el dinero, el sexo, la raza y la clase social.
Hace unos días se estrenó en Netflix la película Una chica fácil (Une fille facile), una producción dirigida por Rebecca Zlotowski, una joven directora francesa a la que algunos recordarán por su película de 2013 Grand Central. Su nuevo film se colocó de forma fulminante en el Top 10 de Netflix en España. Y todavía sigue allí después de casi dos semanas.
La historia transcurre durante unos días de verano en Cannes. Allí, Naïma (Mina Farid), una chica que acaba de cumplir los 16, vive con su madre (interpreta...
Hace unos días se estrenó en Netflix la película Una chica fácil (Une fille facile), una producción dirigida por Rebecca Zlotowski, una joven directora francesa a la que algunos recordarán por su película de 2013 Grand Central. Su nuevo film se colocó de forma fulminante en el Top 10 de Netflix en España. Y todavía sigue allí después de casi dos semanas.
La historia transcurre durante unos días de verano en Cannes. Allí, Naïma (Mina Farid), una chica que acaba de cumplir los 16, vive con su madre (interpretada por Loubna Abidar), que es camarera de piso en un elegante hotel de la ciudad. Naïma lleva una vida humilde, moviéndose entre los bastidores del lujo habitual de la Costa Azul: a pesar de vivir rodeada de yates en una de las ciudades más exclusivas de Francia, nunca ha ido en uno de ellos. Aunque está a punto de hacerlo.
Por sorpresa, Sofia (Zahia Dehar), su exuberante prima de 22 años, acaba de llegar de París para pasar unos días con ellas. Nadie sabe muy bien a qué se dedica en la capital, pero parece que le va muy bien: viene cargada de joyas, ropa cara, un maletín Louis Vuitton lleno de maquillaje y dos bolsos de Chanel idénticos. Uno de ellos será un regalo para Naïma.
Tras encontrarse con Andrés (Nuno Lopes) y Philippe (Benoît Magimel), dos hombres adinerados que pasan sus vacaciones en el barco del primero, Naïma accede a un mundo ajeno para ella pero no para su prima, que parece conocer bien sus reglas; aceptando las atenciones de Andrés y disfrutando del sexo con él sin ningún tipo de inhibiciones. A sus 16 años, el mundo de dinero y poder, de cortesía y crueldad en el que se mueve Sofia es todo un descubrimiento para Naïma que se ve, por un lado, tentada de seguir los pasos de su prima y, por otro, siente que debería hacer algo con su vida y formarse para ser chef en el hotel donde trabaja su madre.
La película ha tenido una repercusión internacional considerable con artículos en medios tan importantes como The New Yorker o The New York Times; algo no muy habitual para una película francesa, aunque el año pasado ya había recibido el premio SACD en la Quincena de Realizadores del Festival de Cannes.
¿Quién es Zahia Dehar?
Uno de sus atractivos indiscutibles, sobre todo para el público francés, es la actriz que interpreta el papel de Sofia, Zahia Dehar, una mujer de 28 años que hace diez protagonizó uno de los escándalos sexuales más sonados del fútbol francés.
Dehar, nacida en Argelia en 1992, emigró a París a los 10 años y creció en un barrio de la periferia de París. No llevó precisamente una vida fácil, pero su físico espectacular hizo que a los 16 ya estuviera trabajando como prostituta de lujo en el Zaman Café, un pomposo local de París. Según informó en su día Le Monde, en aquellos días Zahia ganaba unos 20.000 euros al mes y cobraba entre 1.000 y 2.000 por servicio.
Pero la Brigade de répression du proxénétisme de la policía francesa comenzó a investigar el local, fijándose especialmente en Zahia cuando descubrieron que había comenzado a trabajar allí siendo menor de edad. En el curso de la investigación, ella confesó a la policía que en 2008 se había acostado a cambio de dinero con el jugador de fútbol del Real Madrid Karim Benzema y que un año después había sido “entregada como regalo de cumpleaños” al también futbolista Franck Ribéry en un hotel de Múnich, ciudad donde este residía, ya que por entonces militaba en el Bayern.
La investigación salió a la luz pública en 2010, justo antes del comienzo del Mundial de Fútbol de Sudáfrica, pero los jugadores no tuvieron que declarar hasta que la competición terminó porque los investigadores no querían interferir en su preparación. El juicio se celebró a principios de 2014 y ambos jugadores resultaron absueltos ya que, según ellos (y Zahia lo corroboró), en ningún momento fueron conscientes de que ella era menor.
Para cuando se conoció la sentencia, Zahia ya era una celebridad en su país: en abril de 2010, poco después de que saltara el escándalo, concedió una entrevista exclusiva a Paris Match, salió en portada y explicó todos los detalles del caso y de su propia vida. Eso la puso en boca de todos, lo que la convirtió en una celebridad instantáneamente y preparó el terreno para iniciar su carrera como modelo. Durante 2011 aparece en publicaciones como V o Vanity Fair y sus fotos recorren internet, multiplicando su fama. En 2012 lanza una colección de lencería diseñada por ella con un catálogo que fotografía Karl Lagerfeld (que la adora y la reivindica como una “cortesana” del siglo XXI). Desde entonces, su trayectoria siempre ha estado ligada al mundo de la moda.
¿Por qué Zahia?
El casting de Dehar para interpretar el papel de Sofia es sin duda algo premeditado, un golpe de efecto por parte de la directora. Están claras las similitudes entre el oficio de la prima de la protagonista y el pasado de la celebrity, que interpreta su papel de una forma sincera, con una aparente facilidad y con la tranquilidad de alguien que conoce el poder de su belleza y lo administra sabiamente, sin alardear.
Zahia se incorporó al proyecto tras conocer a su directora, Rebecca Zlotowski, a través de Instagram, y participó en el desarrollo de algunas partes del guión y de la construcción del personaje que interpreta. Por ejemplo, en una escena de la película, Sofia le explica a Naïma que siempre es bueno comer antes de ir a cenar con un hombre, así después puedes olvidarte de la comida y prestar atención a cosas más importantes. Esa enseñanza era de la cosecha personal de Zahia.
Una película con múltiples capas
La directora, Rebecca Zlotowski, ha comentado en diversas entrevistas que Una chica fácil es una película simple pero que trata temas complejos, con muchas capas que pueden pasar desapercibidas si no se presta la atención necesaria. La película podría verse como una simple fábula moral, el coming-of-age de una chica en el verano en el que decide poner rumbo a su vida, pero va mucho más allá.
Se podría decir que el tema dominante del film es el poder, ya sea este sexual, cultural o económico. El sexo es el pasaporte que Sofia utiliza para conseguir las cosas que quiere, sin que el amor se interponga en su camino y eso es lo que de alguna manera intenta inculcarle a Naïma, que es totalmente inexperta en esos temas y que no tiene claro si piensa igual que ella.
La barrera cultural y económica entre los dos mundos que conviven en la película (en medio de una evidente tensión) está representada por un sextante del siglo XVII que Andrés acaba de adquirir. Un bello objeto dorado que ninguna de las chicas entiende muy bien para qué sirve, pero cuyo supuesto robo provoca a la larga su expulsión del paraíso de la riqueza en el que viven inmersas durante unos días.
Otro de los temas que sobrevuela la película son las diferencias de clase y cómo en este caso están absolutamente definidas por el origen racial. Naïma, Sofia y todos sus amigos, son de origen norteafricano y su presencia produce una incomodidad instantánea en el mundo de Andrés y Philippe; como en la escena en la que los amigos de Naïma son expulsados sin muchas contemplaciones por un empleado del barco de Andrés al pararse un momento frente a él para llamar a la chica. Sofia en todo esto representa una anomalía, una especie de híbrido extraño que produce un cortocircuito entre ambos mundos.
Zlotowski ha querido mostrar a una mujer “en el cliché de la superfeminidad”, según ha comentado en una entrevista a Cineuropa. La chica fácil, Sofia, que es en realidad una chica poderosa (o al menos lo intenta), encarna a una fuerza femenina que traspasa fronteras en campos habitualmente dominados por los hombres como el sexo, porque disfruta de su sexualidad igual que uno de ellos y trata de ser libre utilizando las armas con las que cuenta.
“Creo que es hora de que las mujeres abracemos nuestros estereotipos sexys y juguemos con ellos con orgullo y poder”, añadió Zlotowski. “Las mujeres no tienen que ‘virilizarse’ para progresar. Personalmente, he dejado de hacerlo y me siento más libre”.