Rose Byrne: «La fama y el éxito no revelan quién eres, sino cómo eres»

En casi tres décadas de carrera, Rose Byrne ha hecho de todo: de ‘La boda de mi mejor amiga’ a ‘Mrs. America’ ‘. Su nueva serie, ‘Physical’, es la prueba final de su versatilidad y su éxito silencioso.

Rose Byrne.

A Rose Byrne (Balmain, Australia, 41 años) le entra la risa cada vez que la pregunta gira un poco hacia lo personal, a querer saber más sobre ella y sus opiniones para salir de las cuestiones sobre sus personajes y proyectos. Le da una risilla nerviosa y amable al otro lado del Zoom (sin cámara) que responde desde Sídney. Si en las casi tres décadas que lleva trabajando en cine y televisión ni su nombre ni su rostro gozan de una popularidad avasalladora es porque ha sabido permanec...

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A Rose Byrne (Balmain, Australia, 41 años) le entra la risa cada vez que la pregunta gira un poco hacia lo personal, a querer saber más sobre ella y sus opiniones para salir de las cuestiones sobre sus personajes y proyectos. Le da una risilla nerviosa y amable al otro lado del Zoom (sin cámara) que responde desde Sídney. Si en las casi tres décadas que lleva trabajando en cine y televisión ni su nombre ni su rostro gozan de una popularidad avasalladora es porque ha sabido permanecer fuera del foco, dando pocas entrevistas y acudiendo a las alfombras y fiestas justas y necesarias. Mantener la intimidad y el misterio, siendo además pareja de otro actor, Bobby Cannavale (con quien tiene dos hijos, Rocco y Rafa), es un logro difícil de desbloquear en Hollywood para alcanzar la versatilidad soñada por cualquier intérprete. Byrne aprendió a la fuerza. «Tienes que ser agresiva en este negocio», sostiene. Sus primeros trabajos fueron intensos dramas que la encasillaron en dramas aún más intensos. Después de sufrir lo insufrible con su personaje en la serie Damages, les dijo a sus representantes que solo quería comedias. Y ahí fue ella, «una actriz muy buena, pero muy seria», al casting de Todo sobre mi desmadre (2010). No solo logró el papel, sino que en el rodaje consiguió matar de la risa al desquiciado Russell Brand. Su compañero de reparto en Malditos vecinos (2014) y su secuela (2016), Seth Rogen, dice que la inesperada capacidad de improvisación de Byrne es la clave de su sentido del humor. Cualidad que también se podría aplicar a su carrera, los giros que ha ido dando, sin pensar, sin estrategias, asegura. Su último proyecto, la ochentera Physical (que acaba de estrenarse en Apple TV+), parece hecho a medida de esa adaptabilidad inesperada. Byrne interpreta a Sheila, un ama de casa frustrada que encuentra su poder y retoma el control de su vida a través del aeróbic y el VHS. «Una pionera de las influencers y las gurús de estilo de vida actuales», resume.

Rose Byrne en el personaje de Sheila en la nueva serie ‘Physical’.Getty Images

¿Es o era tan fanática del aeróbic como Sheila?

Supongo que como muchas adolescentes, a los 13 o 14 años me ponía los vídeos de Cindy Crawford, aquellas mallas. Pero no, para Physical estuve tres meses entrenando vía Zoom con una coreógrafa y entendí que esa energía resulta adictiva.

Pasa del drama a la comedia en segundos.

Es una historia oscura que habla de una mujer con una enfermedad terrible, una adicción, ya sea a la comida o al aeróbic, atrapada en un matrimonio disfuncional, y según avanza el show va encontrando las piezas de su vida. Es muy oscura, pero muy divertida. Eso me gustó, para mí la comedia nace casi siempre de algo trágico.

Tiene sentido con el giro que dio a su carrera después Damages, ¿es Physical la prueba de que ha pasado ese momento en el que la encasillaran como «una actriz intensa» o «la actriz de reparto más demandada en comedias»?

Este es un negocio curioso, tienes éxito en un género y solo te ofrecen eso. Sigo intentando navegar esas aguas, pero tener una familia lo cambia todo, porque tus prioridades se transforman por completo. Y sigo estando muy orgullosa de Damages.

¿Cuándo empezó a poder controlar su carrera?

Me gusta mucho una frase: «El éxito o la fama no cambian quién eres, revelan quién eres». Creo que es totalmente verdad. Me parece que he empezado a tener control… bueno, quizá es solo una ilusión. Es caótico. Ya me gustaría tenerlo, al menos en casa, pero con dos niños pequeños [se ríe]… Llevo tanto tiempo en esta industria, he visto todos sus lados, oído muchas historias, fracasos, éxitos… Tienes que seguir trabajando y trabajando con la cabeza baja.

«Los perdedores no pueden elegir» es una de las muchas frases estrella de Sheila en Physical. Es una mujer cuya voz interior habla más claro y alto que lo que acaba saliendo por su boca. No es el caso de Rose Byrne. A pesar de las escasas entrevistas es siempre muy directa con sus posturas políticas, sociales y feministas. Se matriculó en estudios de género en la universidad. Y también ha reflejado su compromiso en papeles –hasta al más superficial le ha aportado algo «para que pudiera ser tan interesante como el personaje masculino»– y en la fundación de una productora, The Dollhouse Collective, con un grupo de amigas australianas del sector, centrada en narrativa femenina. «Se trata de buscar un lugar en la mesa, hacer tú las llamadas, no esperar a que el teléfono suene», explica. Acaban de rodar su primera película, Seriously Red, en la que vuelve a coincidir en la pantalla con su pareja.

Desde el humor negro, Physical es una serie muy política y se estrena después de su Gloria Steinem en Mrs. America.

Yo creo que van de la mano. De hecho, Mrs. America acababa en el 79, y Physical arranca en 1981. Es una continuación de esa conversación sobre el lugar de la mujer. Es emocionante ver historias de mujeres y de nuestras luchas interiores lejos de tópicos. Esa cosa autodestructiva a veces. Es importante hablar de cómo las mujeres pueden sentirse personalmente. Esa sensación que vive Sheila de que para una mujer no siempre es seguro decir lo que piensa todavía ocurre en muchas ocasiones.

Este año se ha hecho historia en los Oscar con Chloé Zhao y Emerald Fennell, ¿cómo de lejos ha llegado la industria en la carrera por la igualdad?

Veo series como Mrs. America o Physical y sé, es un hecho, que no se habrían hecho hace 10 años o menos. Y ya era hora. Son un reflejo de lo que estamos viviendo. Todos estos movimientos, MeToo, Time’s Up, impulsaron los cambios en esta industria, están cambiando los números. Ahora al menos nos preguntamos: ¿cuántas mujeres están representadas en los Oscar?, ¿cuánta población negra? Antes ni siquiera nos preguntábamos eso. Mi vida es diversa. Y quiero ver eso en pantalla también. Physical no se habría hecho hace 10 años y a la vez estamos siguiendo los pasos de otras pioneras. No hay Time’s Up sin Una habitación propia, de Virginia Woolf, o sin La mística de la feminidad, de Betty Friedan, el libro con el que me adentré en el feminismo de joven. Estamos construyendo sobre sus hombros. Ellas nos enseñan lo lejos que hemos llegado y todo el camino que aún nos queda por recorrer.

¿Basó al personaje de Sheila en una pionera del fitness, como Jane Fonda? En España teníamos a Eva Nasarre.

¿Sí? Hay tantas, creo que cada país tiene la suya… Es una serie más personal de lo que parece, Annie Weisman, su creadora, la basó en su madre y mujeres como Suzanne Somers. Ahora ves a emprendedoras como Gwyneth Paltrow, que se han convertido en marcas de estilo de vida en sí mismas. Physical muestra el principio de todo ese movimiento con el boom del VHS. Ahí empezó, con la generación de las mujeres del autodescubrimiento, del bienestar, de la salud, del cuidar de ti misma.

¿Sigue a alguna de estas gurús del estilo de vida actuales?

Como cualquiera, a veces me meto en internet y acabo atrapada en un agujero negro de información, influencers… Pero sí, Tracy Anderson, por ejemplo… Fui una vez a una de esas clases de Nueva York casi de culto y recuerdo pensar: «Voy a morir, esto es demasiado para mí». Varío, pero en general creo que soy escéptica por naturaleza. Como hija de dos padres increíblemente escépticos, creo que alguien se pueda aprovechar de ti en algún tipo de esquema piramidal. Aunque a veces caigo…

Son caminos de empoderamiento también. ¿El suyo lo encontró a través de su trabajo, de la interpretación?

La interpretación ha sido un gran recurso, sin duda. De pequeña era terriblemente tímida, no era una adolescente fácil y actuar fue como un refugio. Me encantaba, aunque no sabía cómo ganarme la vida con ello porque no venía de una familia de actores ni nada parecido. He ido construyendo mi carrera paso a paso. No ha sido de la noche a la mañana. Creo que llevo actuando toda la vida… «Hola, soy yo otra vez». No os libráis de mí.

Paso a paso, ¿y un plan b?

No, nunca lo tuve. Debería haberlo pensado. He tenido mis momentos de dudas, de miedos. Pero esta es mi forma de presentarme en el mundo, de moverme en él. De todas formas, el empoderamiento para mí es algo más silencioso, es algo que sucede en tu interior, un trabajo interno. Es un espacio tranquilo. Encontrar ese espacio es lo importante.

¿Ha sido más fácil hallar esa calma este año?

Tengo dos niños pequeños [suelta una carcajada], así que nos rodea el caos siempre. Quizá por eso anhelo el silencio más que nunca. Pero esta pandemia ha sido, entre otras cosas, una lección de paciencia. Mi compañero y yo somos actores, así que estábamos siempre de aquí para allá y, de pronto, todo se detiene. Ha sido una lección.

Conciliar vida creativa y profesional con la vida familiar no es fácil.

Como cualquier madre trabajadora siempre me estoy preguntando: «¿Estoy dedicando bastante tiempo a mis hijos?». «¿Paso mucho tiempo en casa?». Y esto, al tiempo que intentas seguir trabajando. El equilibrio no es posible. Existen momentos mejores y peores, siempre lo estás intentando, es una conversación que tengo todo el día conmigo misma. Y, por otro lado, veo que esto no ha cambiado nada: como ha demostrado este año también, sigue siendo más difícil para las mujeres. Y la culpa viene de todas partes.

Rose Byrne junto a su pareja, el también actor Bobby Cannavale.Getty Images

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