Multimillonaria, gótica y alérgica al glamour de Hollywood: Rooney Mara, la estrella enigmática que antepuso su carrera a su fortuna
“Soy misteriosa hasta para mí”, admite la actriz de ‘Carol’, que celebra ahora su 37 cumpleaños. Tras interrumpir su trayectoria con motivo del nacimiento de su primer hijo con Joaquin Phoenix, anticipa un regreso triunfal a la meca del cine.
La primera audición que hizo Rooney Mara fue en el instituto, con motivo de un montaje de Romeo y Julieta. Se plantó ante los allí presentes, leyó un monólogo y se marchó sin decir una palabra más. La profesora encargada del casting salió tras ella, cariacontecida después de lo que aquella adolescente “oscura, melancólica y miserable” –como la propia Mara se definía– acababa de hacer. “Ni siquiera sabía que eras capaz de hablar. ¿Qué ha sido eso?”, le ...
La primera audición que hizo Rooney Mara fue en el instituto, con motivo de un montaje de Romeo y Julieta. Se plantó ante los allí presentes, leyó un monólogo y se marchó sin decir una palabra más. La profesora encargada del casting salió tras ella, cariacontecida después de lo que aquella adolescente “oscura, melancólica y miserable” –como la propia Mara se definía– acababa de hacer. “Ni siquiera sabía que eras capaz de hablar. ¿Qué ha sido eso?”, le preguntó a la joven, que siempre había estado a la sombra de su hermana Kate (House of Cards) en lo que a la exhibición de inclinaciones artísticas se refería.
Por supuesto que el papel de la cortejada Capuleto acabó siendo para ella, inaugurando así la que se ha alza como una de las carreras interpretativas más sugestivas y cautivadoras del Hollywood reciente. Una rara avis que celebra ahora su 37 cumpleaños habiendo conservado ese halo de puzle sin resolver pese a sus dos nominaciones a los Oscar, su protagonismo en taquillazos como Los hombres que no amaban a las mujeres y su relación sentimental con uno de los actores más conocidos del globo, Joaquin Phoenix. También nosotros nos hacemos hoy la misma pregunta que aquella maestra desconcertada: “¿Qué ha sido eso?”.
“No tengo ningún plan maestro para parecer enigmática… ¡Soy misteriosa hasta para mí!”, exclamaba Patricia Rooney Mara en una entrevista con S Moda en octubre del pasado año. Imagen de Givenchy desde 2018, su apuesta por el negro y los tonos empolvados ha cimentado esa imagen de heroína gótico-romántica de tez de porcelana, labios rojos, pelo negro y pómulos marcados, siempre sofisticada, que tan bien marida con su impenetrable proyección pública. Califica de “pesadilla” el tener que caminar por la alfombra roja y su timidez congénita la hace ruborizarse incluso en el aplauso general con el que el equipo técnico de una película da por concluido un rodaje. Tanto es así que, durante la grabación de Her, Joaquin Phoenix pensaba que ella le “detestaba” y solo consiguió cultivar una relación íntima tras meses de correspondencia digital. “Me gusta estar sola y necesito tiempo para poder estarlo”, admite.
Tras compartir escenas posteriormente en el filme María Magdalena, en 2017 consolidaron la relación más opaca y excéntrica de entre cuantas pueblan las colinas de Los Ángeles. Ajenos a cualquier tipo de exhibicionismo sentimental, el ganador del Oscar por Joker dejó para la posteridad una insólita excepción al dedicar su premio al mejor actor del festival de Toronto al “sucio dragón” de su compañera de vida, un seudónimo que referenciaba su papel cinematográfico como la hacker nórdica Lisbeth Salander. Siendo una completa desconocida para el espectador medio, se impuso a estrellas de la talla de Scarlett Johansson, Natalie Portman y Jennifer Lawrence para hacerse con su rol más conocido. Musa de cineastas del prestigio de Spike Jonze o David Fincher, acaba de poner fin a tres años de retiro de la industria para centrarse en la crianza de su primer hijo, River, bautizado así en homenaje al célebre hermano fallecido de Phoenix.
Pese a lo misterioso de su perfil, su historial familiar podría calificarse de todo menos de enigmática. Nacida en el seno de la unión entre dos de los clanes más poderosos y multimillonarios del deporte estadounidense, los Mara y los Rooney, propietarios de sendas franquicias de fútbol americano en Nueva York y en Pittsburgh, la joven podía haber optado por seguir el camino de baldosas amarillas –doradas sería más adecuado– que pisaron otras herederas de la opulencia como Paris Hilton o Nicole Richie. Según la web especializada Celebrity Net Worth, la fortuna estimada de su familia ronda los 3.000 millones de dólares.
Criada en la comunidad neoyorquina de Bedford, una de las más ricas de todo el país y que cuenta entre sus ilustres vecinos con estrellas como Michael Douglas, Blake Lively o Ralph Lauren, la joven acudió a un colegio público y terminó la carrera de psicología y organizaciones no gubernamentales –hoy es una activista pluriempleada en varias instituciones de ámbito animalista y medioambiental– antes de dedicarse por completo a la interpretación. Aunque confirma que disfrutó de una infancia “privilegiada”, se revuelve ante la etiqueta de niña rica y asegura que ni siquiera contaban con mayordomo o asistenta en su casa. Su interés por la moda se materializó en 2018 con el lanzamiento de Hiraeth Collective, una firma de ropa y accesorios que, cuatro años después, no ha logrado hacerse un hueco en la industria.
Ella sí lo consiguió en Hollywood. Apenas necesitó un lustro para conquistar a crítica y público con esa mirada distante y atrayente, ilegible y juguetona; alcanzando el estatus de estrella gracias a filmes como La red social, Carol o la mencionada adaptación de la saga Millennium. Tras poner fin al periodo de recogimiento maternal con la recién estrenada El callejón de las almas perdidas de Guillermo del Toro, tiene pendiente de lanzamiento Women Talking (con Frances McDormand y Claire Foy) y su mediático nuevo proyecto seguro que reactivará el interés de todos aquellos que creían dar por amortizado su impacto en la meca del cine.
La neoyorquina volvió a imponerse en el proceso de casting de uno de los papeles más ambicionados del Hollywood reciente. Próximamente la veremos metida en la piel de la inolvidable Audrey Hepburn, en un biopic que dirigirá el cineasta Luca Guadagnino (Call Me By Your Name) para Apple. El hijo de la legendaria estrella, Mel Ferrer, compartió su entusiasmo por la noticia: “Rooney es una delicia, estoy convencido de que habrá mucho amor ahí”. Lo de desayunar con diamantes seguro que le suena de algo a la actriz.