Nathalie Seseña: «Se me da bien regatear. Me lo paso bomba comprando en Marruecos»
Su familia posee la marca de capas más famosa del mundo. Sin embargo, el armario de la actriz está repleto de zapatos planos y prendas funcionales.
Hace tiempo que Nathalie Seseña da vida en La que se avecina a doña Berta, la mojigata esposa de Antonio Recio. Dice que los responsables de vestuario de la serie se superan cada temporada con el fondo de armario monjil de una de las actrices imprescindibles de esta ficción televisiva. En su día a día a ella le va la ropa desenfadada y guarda como un tesoro tres capas confeccionadas por la firma familiar de la que ha heredado el apellido.
¿Se puede salvar algo del armario de Berta Recio?
No. Es una ropa que no tiene nada que ver conmigo. Bue...
Hace tiempo que Nathalie Seseña da vida en La que se avecina a doña Berta, la mojigata esposa de Antonio Recio. Dice que los responsables de vestuario de la serie se superan cada temporada con el fondo de armario monjil de una de las actrices imprescindibles de esta ficción televisiva. En su día a día a ella le va la ropa desenfadada y guarda como un tesoro tres capas confeccionadas por la firma familiar de la que ha heredado el apellido.
¿Se puede salvar algo del armario de Berta Recio?
No. Es una ropa que no tiene nada que ver conmigo. Bueno, no sé, a lo mejor alguna chaqueta… pero en general todo es espantoso.
¿Qué se lleva la palma en esa galería de los horrores?
Creo que una blusa que me trajeron esta temporada. Me la pongo y parezco mi abuela. Además, Berta está atravesando un momento difícil, y eso se nota en su indumentaria. Cada vez se cuida menos.
¿La veremos algún día con vaqueros y camiseta?
Deja que siga la historia, prefiero no anticipar nada.
¿Y usted, cómo se viste?
Soy una mujer muy normal. Primo la comodidad y la sencillez por encima de todo. Ni siquiera creo tener un estilo muy definido.
¿Qué se compra más a menudo?
Zapatos, especialmente botas y deportivas. Y gorras.
¿Tacones?
Suelo ir con zapato plano, pero tengo algún de tacón. Eso sí, siempre cómodos.
¿Cuál ha sido su última adquisición?
Un chaleco de plumas para el frío.
Recuerde una prenda que se comprase con mucha ilusión.
De adolescente, unos zapatos de color rosa. Ahora no los llevaría. Quizá, incluso, me parecerían espantosos. Pero entonces estaba encantada con ellos.
¿Y algo que conserve por motivos sentimentales?
Una gorra con la que viví momentos muy felices.
¿Qué le sienta mejor?
Los vestidos con leggins por debajo.
¿Y lo más extravagante que se ha puesto?
Cuando presentaba Vídeos de primera me ponían en la cabeza unos lazos gigantes. Creo que no he llevado nada más raro.
¿Algo que se haya comprado por impulso?
Unas botas de cuero. Las vi en el escaparate de una tienda y me enamoré. Pero no suelo comprar así. Enseguida me canso de la ropa, así que prefiero hacerme con cosas no muy caras.
Una adquisición de la que se sienta satisfecha.
Un quimono de seda que encontré en China. Volví con muchas cosas preciosas y baratísimas. Se me da bien regatear, y allí eso está bien visto. Es como un juego que tiene que satisfacer a las dos partes. Por eso me lo paso bomba comprando en lugares como Marruecos o Egipto.
Hábleme de la firma familiar, Capas Seseña.
Eso de llevar el apellido de las capas más famosas del mundo tiene que marcar de alguna manera. Para mí es un orgullo apellidarme Seseña y saber que son un referente. Yo crecí entrando y saliendo de la tienda. A menudo observaba a mi abuela montar el escaparate, bajaba al taller para ver cómo trabajaban… hasta me ponía detrás del mostrador más de una vez.
Recuerde una escena vivida en la tienda.
Es precioso contemplar cómo enseñan a ponerse la capa a todo aquel que nunca ha llevado una. Es un momento muy teatral, todo un ritual que tiene sus trucos y su solemnidad.
¿Tiene usted alguna?
¡Tres! Una de terciopelo rojo con capucha; otra verde, más sencilla, que se puede usar como poncho; y otra bordada. Me recuerdan el trabajo de generaciones y es un privilegio llevarlas.