Menos estrellas, el mismo glamour: cómo el festival de Venecia se sobrepuso a la huelga de actores
El certamen cinematográfico finiquita una edición en la que diseñadores, modelos e influencers han acudido a la llamada de la ciudad de los canales cuando más falta le hacía.
“Increíblemente nerviosa”. Así ha confesado sentirse toda una ganadora del Oscar como Jessica Chastain al desembarcar este pasado viernes en el muelle del hotel Excelsior, el exclusivo complejo que ejerce cada día como puerto de bienvenida para las estrellas que tienen la fortuna de pisar la legendaria alfombra roja del festival de cine de Venecia. La inquietud de la actriz de Interstellar no corresponde ni a la inexperiencia –es ya una cara habitual del certamen– ni a las posibilidades de que la película que presenta –Memory, del director mexicano Michel Franco– consiga el L...
“Increíblemente nerviosa”. Así ha confesado sentirse toda una ganadora del Oscar como Jessica Chastain al desembarcar este pasado viernes en el muelle del hotel Excelsior, el exclusivo complejo que ejerce cada día como puerto de bienvenida para las estrellas que tienen la fortuna de pisar la legendaria alfombra roja del festival de cine de Venecia. La inquietud de la actriz de Interstellar no corresponde ni a la inexperiencia –es ya una cara habitual del certamen– ni a las posibilidades de que la película que presenta –Memory, del director mexicano Michel Franco– consiga el León de Oro, sino a la decisión de acudir a la ciudad italiana en plena huelga de actores y guionistas en Hollywood. Luciendo una camiseta del sindicato, que le ha concedido permiso para acudir al festival, la intérprete ha mostrado su apoyo público a los huelguistas pese a reconocer que incluso “varios miembros de su equipo le han recomendado no hacerlo”.
La honestidad de Jessica Chastain respecto a lo que supone su presencia en el festival es el mejor resumen del impacto que ha tenido la huelga –que lleva activa desde comienzos del verano– en el desarrollo habitual del certamen que ha celebrado este año su 80 edición. La cita preferida anualmente por las estrellas de Hollywood por haberse erigido en el mejor escaparate para las películas con aspiración a conquistar la carrera hacia el Oscar ha visto cercenada este año la presencia de sus protagonistas habituales. Con las contadas excepciones de actores como Adam Driver o Jacob Elordi, que participan en películas independientes, la alfombra roja veneciana se ha visto obligada a reinventar este año su lista de invitados para no perder la relevancia mediática que la caracteriza. Y lo ha hecho centrando su mirada en el mundo de la moda.
A falta de quienes deberían haber sido las grandes protagonistas de la edición, como Emma Stone, Bradley Cooper, Zendaya o Penélope Cruz, el certamen ha apostado por dar todo el protagonismo a modelos, influencers o a un buen número de intérpretes internacionales que no están afiliados a los sindicatos estadounidenses. De tal forma, hemos podido ver a referentes del mundo de la moda como Bar Rafaeli, Olivia Palermo, Georgia May Jagger, Barbara Palvin, Adriana Lima o Georgina Rodriguez bajarse del flamante Lexus que traslada a las estrellas a la alfombra –la marca premium japonesa repite por séptimo año como coche oficial del festival– y brillar con luz propia ante una nube de fotógrafos tan concurrida como de costumbre. La delegación española ha sido una de las más numerosas de la edición, liderada por intérpretes como Milena Smit, Clara Galle o Miguel Ángel Silvestre, además de modelos como Nieves Álvarez y Eugenia Silva y un buen número de creadores de contenido.
En el día a día del certamen o, mejor dicho, en la noche a noche, la carencia de grandes rostros de la meca del cine no ha restado un ápice de la expectación y el ajetreo que rodea cada año al evento. Centenares de curiosos siguen arremolinándose en las vallas que delimitan la alfombra roja en busca del saludo cómplice de quienes pisan el terciopelo, el hall del hotel Excelsior es un ir y venir constante de vestidos de alta costura y las exclusivas terrazas que rodean el recinto riegan la madrugada a base de copas de spritz y música electrónica. La huelga es una realidad en las colinas de Los Ángeles, pero no en la isla de Lido.
La mejor muestra de que en un festival tan prestigioso y consolidado como el de Venecia las películas y sus protagonistas son solo la excusa para la reunión, es el récord de asistencia que han cosechado varias de las exclusivas fiestas que se han celebrado estos días. Una de las más glamurosas sobre la faz del planeta, la organizada por la asociación amfAR para recaudar fondos destinados a la lucha contra el SIDA, reunió a casi 500 invitados el pasado domingo entre los que se encontraban Carla Bruni o Rita Ora. “Lo creas o no, hemos tenido más presencia de celebrities que en cualquiera de los eventos que hemos hecho en el pasado”, confirmó su CEO, Kevin Frost, en una entrevista.
La jornada anterior, nombres como Sophia Loren, Benicio del Toro o Regé-Jean Page asistían al evento One Night Only de Giorgio Armani, en el que el diseñador italiano presentó su colección anual de Armani Privé (con fiesta posterior incluida). También Miu Miu reunió en su proyecto anual Women’s Tales a estrellas como Sydney Sweeney o Emma Corrin, que ocupó los titulares de la prensa especializada gracias a un estilismo protagonizado por el pelo rapado y un conjunto de chaqueta de punto y bragas a juego firmado por la casa italiana. Solo algunos ejemplos de cómo la moda ha colocado a grandes nombres en una edición a la que le hacían más falta que nunca.