¿Qué pasa con Matthew McConaughey? La estrella renacida vuelve a fracasar en taquilla
El ganador del Oscar sufre el peor estreno cinematográfico de su carrera con el thriller ‘Serenity’, el último de una serie de descalabros consecutivos.
Hace justo cinco años era el gran protagonista de la prensa cinematográfica. Titulares como ¿Quién se ríe ahora de Matthew McConaughey?, publicado en febrero de 2014 en esta web, intentaban hacer justicia a la trayectoria de un actor que en un par de años había renacido de las cenizas del galán romántico casi paródico hasta convertirse en una fuerza interpretativa perseguida por cineastas de la talla de Christopher Nolan y Martin Scorsese. McCon...
Hace justo cinco años era el gran protagonista de la prensa cinematográfica. Titulares como ¿Quién se ríe ahora de Matthew McConaughey?, publicado en febrero de 2014 en esta web, intentaban hacer justicia a la trayectoria de un actor que en un par de años había renacido de las cenizas del galán romántico casi paródico hasta convertirse en una fuerza interpretativa perseguida por cineastas de la talla de Christopher Nolan y Martin Scorsese. McConaughey dejó atrás los filmes en los que lo único brillante era el bronceado de su tableta abdominal y se afeó para bordar papeles consecutivos en Mud, El lobo de Wall Street, True Detective o Dallas Buyers Club, que le hizo perder 21 kilos y le otorgó su primer y único Oscar. Con el éxito de crítica y público en 2014 de Interstellar, los medios llegaron acuñar un término que definiera un renacimiento sin precedentes para un actor de su edad y experiencia: el McConaissance. Sin embargo, el estreno del filme de ciencia-ficción también supuso el comienzo de una serie de malas decisiones profesionales que ahora amenazan la tan alabada resurrección artística. ¿Volverán a reírse de Matthew McConaughey?
Delante de la cámara, dos ganadores del Oscar archiconocidos por el gran público. Detrás, el responsable de una de las series más aclamadas de la actualidad. Estas deberían ser credenciales suficientes para, al menos, garantizar un viaje placentero por la taquilla para cualquier película. Pero no ha sido ese el caso de Serenity, thriller protagonizado por Matthew McConaughey y Anne Hathaway y dirigido por Steven Knight (Peaky Blinders), que ni siquiera podría calificar como sereno su paso por la cartelera. El filme –sin fecha de estreno en España– debutó en Estados Unidos con unos miserables cuatro millones de recaudación, el peor estreno histórico en la carrera de sendos actores. Según afirma la web Deadline, los intérpretes están “furiosos” con la distribuidora del filme, Aviron Pictures, por no haber invertido el dinero suficiente en una campaña promocional que pasó prácticamente desapercibida en los medios. Los distribuidores se defendieron sosteniendo que era casi imposible darle la vuelta a las pésimas críticas que había recibido la producción.
“Estúpida”, “ridícula” o “caricaturesca” son algunas de las lindezas con las que la crítica ha despachado este drama adulto, en el que McConaughey interpreta al capitán de un barco pesquero que recibe una insólita petición por parte de su exmujer (Hathaway): el asesinato de su actual marido. Una pobre estrategia de comunicación puede ser sin duda una causa factible del descalabro taquillero de un filme, pero en el caso de Serenity se intuyen algunas más. Una de ellas es intrínseca a la propia industria, que en los últimos años asfixia a las películas de medio presupuesto en su modelo de negocio. La polarización del público ha provocado que los estrenos se dividan entre grandes blockbusters con vocación de multisalas y trabajos indies de escaso presupuesto y pantallas de exhibición, con un público limitado y definido. En el nuevo paradigma, los productores no apuestan por filmes de entre 50 y 100 millones de presupuesto. Un hecho certificado por estrellas como Matt Damon, protagonista de ejemplos del género como El indomable Will Hunting, Syriana o El talento de Mr. Ripley: “El drama de presupuesto medio ha desaparecido, ya no hacen esas películas para el cine. Muchas están teniendo que migrar a la televisión”. Plataformas como Netflix, Amazon o HBO se antojan ahora como el último y más acertado reducto para obras como Serenity.
En este panorama, la figura de la estrella de Hollywood ha sido la principal devaluada. La meca del cine ya no necesita grandes nombres en sus carteles para sentar espectadores en sus butacas, sino marcas comerciales de cómics, juguetes, libros o series. Hace años que los George Clooney, Will Smith o Brad Pitt de turno no protagonizan un taquillazo autoritario y lo mismo puede decirse de McConaughey, que encadena fracasos de cartelera desde 2014. Su siguiente película tras Interstellar, Los hombres libres de Jones, no recuperó ni la mitad del presupuesto invertido. La esperada reunión con un director de culto como Gus Van Sant en El bosque de los sueños fue masacrada por la crítica, calificada de “suicido creativo” y abucheada sin miramientos en el festival de Cannes. Con Gold y La Torre Oscura empalmaría sendos descalabros de taquilla consecutivos, siendo especialmente doloroso el caso de la adaptación de la novela de Stephen King que aspiraba a convertirse en el germen de una franquicia millonaria. Ni White Boy Rick, que aspiraba a llevarlo de nuevo a la temporada de premios tras debutar en el prestigioso festival de Toronto, le ha granjeado una sola nominación.
“Cómo perder una carrera en tres años”, escriben medios como The Guardian, elaborando un malvado juego de palabras con el título de una de las comedias románticas más icónicas del tejano. Teniendo en cuenta que la misma crítica que bromea sobre su involución profesional también sostiene que la interpretación del actor es lo mejor en cada uno de los vapuleados trabajos, quizás sea el momento de que McConaughey se busque un nuevo agente. Porque el responsable de hacer célebre la expresión ‘alright, alright, alright’ no ha llegado hasta aquí para volver a jugar seguro. Así lo demuestran estimulantes próximos proyectos como The Beach Bum, lo nuevo de Harmony Korine (Spring Breakers) en el que interpretará a un poeta rebelde y fumeta y cuyas psicodélicas primeras imágenes pronostican una experiencia digna del pagar la entrada. O Toff Guys, dirigida por Guy Ritchie, dando vida a un traficante de drogas británico que intenta vender su imperio a una familia acaudalada de Oklahoma; con Charlie Hunnam, Hugh Grant y Colin Farrell en el reparto. La segunda venida del McConnaisance está más cerca de lo que pensamos. Alabada sea.