Marcos Giralt: «Prefiero un jersey de cachemir con agujeros que media docena de mezclillas»

Crecido entre libros y pinceles, este escritor y crítico literario acumula varios premios, y entre ellos destaca el Nacional de Narrativa por Tiempo de vida.

Marcos Giralt Torrente empezó su carrera literaria hace casi dos décadas. Ahora ya nadie le pregunta por su abuelo, el gran Torrente Ballester, pero él reconoce que guarda un par de corbatas suyas y muchos recuerdos.

¿Tiene ropa que se ponga para escribir?


No tengo prendas fetiche. Si voy a salir, escribo con ropa de calle; si no, con pijama. Por lo general, no diferencio mi forma de vestir según la actividad o el contexto social.

Entonces, de fondo de armario ni hablamos.


Mi armario es solo fondo. Mis gustos ...

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Marcos Giralt Torrente empezó su carrera literaria hace casi dos décadas. Ahora ya nadie le pregunta por su abuelo, el gran Torrente Ballester, pero él reconoce que guarda un par de corbatas suyas y muchos recuerdos.

¿Tiene ropa que se ponga para escribir?

No tengo prendas fetiche. Si voy a salir, escribo con ropa de calle; si no, con pijama. Por lo general, no diferencio mi forma de vestir según la actividad o el contexto social.

Entonces, de fondo de armario ni hablamos.

Mi armario es solo fondo. Mis gustos no han cambiado, son los mismos desde hace años. La verdad, no dedico mucha atención a los dictados de la moda.

¿Sus imprescindibles?

Americana lisa o de tweed. Tejanos. Camisas de popelín, lisas antes que de rayas. Algún jersey de lana de cuello de pico. Y zapatos de cordones.

Quédese con una sola prenda.

La americana, que es muy versátil y te la puedes poner de la mañana a la noche.

¿Alguna manía con la ropa?

Prefiero poco y bueno que mucho y malo. No me gusta comprar, me aturde entrar en una tienda, y, cuando me lanzo a ello, intento adquirir cosas que me duren. Prefiero un jersey de cachemir viejo y con agujeros que media docena de mezclilla y nuevos.

Vamos, que le gusta la ropa con solera.

Me gusta la que gana con el tiempo. El uso, si la prenda es buena, ennoblece. En ese sentido, entiendo a esos aristócratas británicos que daban la ropa a sus criados antes de utilizarla para que pareciese vieja.

¿Su última adquisición?

Un impermeable de pescador que compré en una ferretería gallega. Es de color verde y tiene capucha.

Piense en su armario y recuerde algo que guarde aunque ya no se lo ponga.

Una chaqueta de lino que heredé y que ya no me sirve. Me cuesta desprenderme de ella, aunque no soy muy amigo de guardar. Quizá un día me dé por hacer limpieza… a no ser que mi hijo crezca rápido y la quiera.

¿Conserva alguna prenda de su abuelo Gonzalo Torrente Ballester?

Dos corbatas: una de lana y otra de punto.

Hablemos de corbatas. ¿Qué tal le sientan?

No las uso demasiado, pero me gustan. Además, padezco de la garganta y son una excelente protección contra el frío.

Sin embargo, no la llevó cuando recogió el Premio Nacional.

No lo recuerdo. Llevé un traje oscuro, eso sí, y creo que camisa blanca. Quizá la corbata me pareció excesiva.

Así que usted utiliza la ropa para marcar distancias.

Tampoco es eso. Algunas convenciones sociales son necesarias: sería totalmente absurdo acudir a una ceremonia con mono de trabajo o con unos pantalones cortos. Pero me parece que está bien mantener cierto grado de transgresión.

Su idea de la elegancia masculina es:

Nada afectada y con un punto de secreta excentricidad.

Nunca se pondría:

Unos mocasines con borlas, algo con un logo muy visible y, en general, cualquier cosa ostentosa o recargada.

Reconozca que tiene en el armario alguna prenda así.

No que yo recuerde. Tengo una que es muy lujosa, un abrigo de pelo de camello que me regaló un tío mío hace 25 años, pero no es nada pomposo.

¿Lo utiliza?

Pues lo uso de vez en cuando, porque me sienta bien.

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