Lorenzo Caprile: «Me llena de satisfacción que tantas actrices eligieran mis diseños»
Menos de 24 horas después de la ceremonia de los Goya, Lorenzo Caprile comparte con S Moda su visión de la gala (y del vestuario) del cine español
Del traje de satén flocado de color guinda de Aitana Sánchez Gijón al esmoquin de terciopelo y crepé de Mar Regueras. Lorenzo Caprile vistió a ocho de las actrices que vimos en el patio de butacas del Hotel Auditorium. "Que todas estas actrices, tan estupendas y guapísimas, confíen en tu taller, te llena de satisfacción", cuenta Caprile a S Moda.
"No vi la ceremonia", reconoce el modisto. "He preferido ver la prensa por la mañana. Primero porque no tengo televisión –lo sabe todo el mundo–. Y segundo porque los lunes son días fuertes en el taller. Además, tengo muchos amigos en ese m...
Del traje de satén flocado de color guinda de Aitana Sánchez Gijón al esmoquin de terciopelo y crepé de Mar Regueras. Lorenzo Caprile vistió a ocho de las actrices que vimos en el patio de butacas del Hotel Auditorium. "Que todas estas actrices, tan estupendas y guapísimas, confíen en tu taller, te llena de satisfacción", cuenta Caprile a S Moda.
"No vi la ceremonia", reconoce el modisto. "He preferido ver la prensa por la mañana. Primero porque no tengo televisión –lo sabe todo el mundo–. Y segundo porque los lunes son días fuertes en el taller. Además, tengo muchos amigos en ese mundillo. Entre ellos, Paco Delgado, que se que se ha llevado el Goya al vestuario [por su trabajo en la película Las Brujas de Zurragamurdi]. Y como me conozco, sabía que, si me quedaba despierto, alguien podía llamarme y decirme que estaban celebrando lo que sea… Y pensé, me van a liar. Así que me fui a la cama enseguida".
Sin embargo, sus diseños no se quedaron en casa. Todo lo contrario. Se pasearon por la alfombra roja. Sin duda, el mejor escaparate para un modisto como Caprile. "Con los Goya hago un esfuerzo especial", admite. "Yo no desfilo. De hecho, no estoy en Cibeles. Podríamos decir que funcionamos al margen del calendario oficial de la moda española. Para nosotros, esta ceremonia es una mini pasarela. Y digo “mini” no porque no tenga repercusión mediática. Sino porque en lugar de presentar 30 looks, preparamos solo cuatro o seis", argumenta.
Son siempre piezas únicas, de las que (tras la entrega de premios) el taller confecciona variaciones para aquellos clientes que desean tener uno vestido como el que ha lucido alguna de las actrices. El trabajo empieza poco después de Navidad, cuando se publica la lista de nominados. "Nathalie Pozas –que llevó uno de los trajes más arriesgados que hemos hecho para esta edición– me llamó porque la vestí en Fuego [un montaje que se presentó en la última edición del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida]. Hubo química desde el minuto uno. Nos llevamos fenomenal; y fue enterarse de su nominación por la mañana; y por la tarde ya estaba hablando conmigo para encargarme el estilismo". El número de pruebas depende de cada traje. "Normalmente son dos o tres; el de Nathalie precisó cuatro", cuenta en voz alta.
Aunque por la alfombra roja de estos Goya ha desfilado la costura parisina, lo cierto es que este año la balanza se ha decantado a favor del diseño made in Spain. "Ha habido trajes preciosos, de muchos compañeros, españoles y extranjeros", cree Lorenzo. "Que se decanten por unos u otros no me parece ni bien ni mal. Vivimos en un mundo globalizado, cada vez más cosmopolita. Los actores son todos mayores de edad y están vacunados. Así que cada uno que se vista dónde quiera y cómo quiera. Jamás he creído que porque sean los Goya haya que hacer patria", defiende.