Heroína, alergia a la fama y el sambenito de la ‘novia de’: auge y caída de Elastica y Justine Frischmann
El disco de debut que se vendió más rápido en Gran Bretaña no fue ‘Modern Life is Rubbish’ ni ‘Definitely Maybe’. Fue ‘Elastica’, de Elastica. Justine Frischmann tuvo que lidiar con el fantasma de sus parejas durante años.
Por mucho que pasen los años, en nuestra memoria Elastica permanecerán eternamente jóvenes. Sobre todo, si rescatamos la portada de aquel disco de debut con el que en 1995 se convirtieron en la banda más cool del britpop. En dicha fotografía, tomada por el alemán Juergen Teller, podía verse a Justine Frischmann, Justin Welch, Annie Holland y Donna Matthews posando con una vestimenta andróginamente negra y con un desdén en sus miradas que venía a decir que pasaban olímpicamente de la fama. Aunque precisamente ocurrió todo lo contrario. Sin ir más lejos, a diferencia de...
Por mucho que pasen los años, en nuestra memoria Elastica permanecerán eternamente jóvenes. Sobre todo, si rescatamos la portada de aquel disco de debut con el que en 1995 se convirtieron en la banda más cool del britpop. En dicha fotografía, tomada por el alemán Juergen Teller, podía verse a Justine Frischmann, Justin Welch, Annie Holland y Donna Matthews posando con una vestimenta andróginamente negra y con un desdén en sus miradas que venía a decir que pasaban olímpicamente de la fama. Aunque precisamente ocurrió todo lo contrario. Sin ir más lejos, a diferencia de Oasis, Blur, Suede o Pulp, el cuarteto fue la única formación británica que consiguió conquistar el mercado estadounidense con sus guitarras. Lo tenían todo a su favor, o al menos eso es lo que la mayoría pensaba a mediados de los noventa. Pero como en otras tantas ocasiones ha ocurrido, en tiempo récord terminaron sucumbiendo al éxito, la inestabilidad emocional y los excesos propios de cualquier estrella del rock.
Empecemos por el principio. Justine, hija del prestigioso ingeniero Wilem William Frischmann, en 1989 formó junto a su novio, Brett Anderson, los aún activos Suede. De cara a la galería todo parecía ir estupendamente entre ellos. Sin embargo, un año después, en un concierto en Brighton, se cruzó en su camino un por entonces casi desconocido músico de nombre Damon Albarn, el líder de Blur. El flechazo entre ambos fue tal que a ella no le quedó otra que poner punto final a su relación con Brett, por mucho que ingenuamente pensó que podría seguir tocando en Suede como si nada hubiese ocurrido. Como pueden imaginarse, la situación a los pocos meses se hizo insostenible y, en 1991, nuestra protagonista tomó la decisión de dejar el grupo. “Sólo pensé que era mejor ser Pete Best que Linda McCartney”, ironizó sobre ello en una entrevista que concedió en 2002 a las páginas de The Guardian.
A mediados de 1992, lejos de quedarse de brazos cruzados o ser considerada simplemente la novia de, Justine reclutó al batería Justin Welch. Pronto se sumarían a esta aventura la bajista Annie Holland y la guitarrista Donna Matthews, lo que hizo que, aun teniendo a un hombre entre sus filas, Elastica fuese considerada la única banda propiamente femenina del britpop. Ciertamente, esto último cautivó de inmediato a la prensa especializada. Pero aun con esas, por el simple hecho de ser mujeres, tuvieron que enfrentarse a las acusaciones de que Damon Albarn era quien realmente componía en la sombra todos sus temas. Nada más lejos de la realidad: el cantante de Blur únicamente se limitó a tocar los teclados en algunas canciones. En la industria musical la lacra del machismo viene de lejos.
Frischmann y Albarn fueron los Victoria y David Beckham de la época. Allá donde iban tenían a una jauría de paparazzis acechándoles, y el acoso no hizo más que acrecentarse cuando Blur editó en 1994 su exitoso Parklife. La situación, de todos modos, terminaría complicándose aún más en 1995, cuando el álbum de debut de Elastica aterrizó en las tiendas y vendió la friolera de un millón de copias. Su agenda de conciertos fue tan frenética aquel año que la pareja apenas pudo convivir tres semanas entre las paredes de la casa que compraron en Notting Hill. “Definitivamente, fui lo más miserable que he sido en toda mi vida”, confesó Justine en The Guardian. Por supuesto, la atención enfermiza de los tabloides tampoco ayudó. “No se trata sólo de que te pillen teniendo una discusión. Invade todos los ámbitos de tu vida y te vuelve paranoica de una forma realmente peculiar. Quita la espontaneidad. Siempre pensé que ser famosa me traería libertades, pero de repente me di cuenta de que era todo lo contrario. Cuando hay tanta gente observando tu vida realmente tienes que vigilar tus pasos. Y, además, vivir de una forma muy cerrada”, puntualizó al respecto.
Dentro de la banda las cosas tampoco iban mucho mejor. En agosto de 1995, en su punto cumbre, Annie decidió repentinamente abandonar el barco después de actuar en el festival Féile de Cork. La presión del tour pudo con ella. “Creo que ni siquiera vi o hablé con Annie esa mañana cuando llegamos al aeropuerto porque ella tenía una reserva para un vuelo posterior a Heathrow. Recuerdo que me subí al avión y pensé: ‘¿En qué estamos pensando? Regresaremos a Estados Unidos sin ella, nuestra amiga. ¿En qué nos habíamos convertido?’”, manifestó Welch sobre la repentina partida de la bajista en The Telegraph.
1996 tampoco fue muy memorable: Justine y su batería se enemistaron (incluso, se negaron a aparecer por el estudio los mismos días) y Donna empezó a salir por las noches con unas amistades poco recomendables. La prensa, asimismo, especuló con la idea de que Elastica coqueteaban peligrosamente con la heroína. “Había algo de verdad en eso, sí. Creo que el problema con las drogas duras es que te atacan cuando estás más vulnerable. Realmente no habían sido un problema hasta que tocamos fondo y no teníamos muy claro quiénes éramos, qué diablos estábamos haciendo con nuestras vidas. Llegas a casa y realmente no te sientes como en casa. En ese momento, consumir drogas duras es muy peligroso. Aunque la verdad es que nunca he estado tan metida en las drogas, esa es la broma del asunto”, verbalizó Justine en The Guardian. Lo que sí es cierto, tal como ella confirmó en dicha entrevista, es que entre 1996 y el 2000, el año en que finalmente publicaron su segundo y último trabajo, The Menace, desperdiciaron 350.000 libras en sesiones de grabación que no llegaron a ninguna parte.
A nivel sentimental, Frischmann y Albarn jamás hallaron el equilibrio que tanto ansiaban. A principios de 1998 viajaron a Bali con la intención de reavivar su amor, pero una vez de vuelta a Londres nada cambió. Terminaron dejándolo en agosto. “Fue muy difícil. De hecho, es como un tabú decir: ‘Está bien, estoy en una banda y tengo mucho éxito, y mi novio es una estrella del pop muy guapo que gusta a muchas chicas… pero no quiero estar con él’. Pensé: ‘Esta no es la vida que quiero’. Tenía ganas de volver a lo básico, de vivir la vida en una escala mucho menor. Hay algo muy poco romántico en estar con alguien que gusta a cientos de miles de adolescentes”, confesó la artista en The Guardian sobre la ruptura, la cual inspiraría al propio Albarn para componer poco después el tema Tender. «Creo que es difícil para cualquiera sobrevivir a la atención de los tabloides, y éramos unos críos. Éramos solamente unos niños y no sabíamos lo que estábamos haciendo. Estábamos bajo mucha presión y no nos vimos mucho una vez que todo empezó. Y encima estaba bebiendo demasiado. Fue caótico. Mirando atrás, simplemente no podríamos haber sobrevivido. No éramos lo suficientemente maduros», agregó ella sobre aquella complicada etapa en 2017.
The Menace llegó 3 de abril del 2000, pero por aquella fecha el britpop ya estaba muerto. Y Elastica, obviamente, también. En 2001, tras lanzar el single The Bitch Don’t Work, el grupo se disolvió y Justine puso rumbo a Estados Unidos para reinventarse como pintora. “Para ser honesta, realmente no tengo ningún deseo de hacer música. Con la pintura siento que he encontrado mi medio. En realidad, soy muy feliz por mi cuenta. Cuando estoy en el estudio y las cosas se desarrollan y son emocionantes, tengo la sensación de que estoy exactamente donde se supone que debo estar. No creo que haya tenido eso con la música, ya que siempre me sentí como en una montaña rusa”, comentó en una entrevista hace cuatro años. A pesar de las ofertas que desde entonces han recibido para volver a reunirse, la respuesta siempre ha sido negativa.