«No hay nada de malo en ser un inepto, o en hacer algo mal, pero guárdatelo para ti» y otras fascinantes frases del documental de Fran Lebowitz
La miniserie de Netflix ‘Supongamos que Nueva York es una ciudad’ es la última aproximación a la figura de la influyente escritora. Dirigida por su íntimo amigo Martin Scorsese, estas son algunas de las sentencias más mordaces, ocurrentes y significativas de sus siete episodios.
Sobre el dinero: “Odio el dinero profundamente. Sin embargo, mi problema con esto, no es mi único problema, es que me encantan las cosas. Odio el dinero, pero me encantan las cosas. Lo odio, pero me gustan los muebles. Lo odio, pero me gustan los coches. Lo odio, pero me encanta la ropa. Odiar el dinero está bien si odias las cosas, porque entonces eres el Dalai Lama”.Everett Collection / Everett ColSobre el talento: “De pequeña me encantaba escribir. Me encantaba hasta que recibí mi primer encargo para hacerlo por dinero. Pasé a odiar escribir. Solo he conocido a una escritora muy buena a la que le encantara escribir. Solo a una. A la mayoría de personas a las que le gusta se les da fatal. A mí me encanta cantar y lo hago muy mal. No es raro que te encante hacer algo que se te da fatal. Verás, puedes hacer muchas cosas que no se te dan bien, y no hay nada de malo en ser un inepto, o en hacer algo mal, fatal, pero guárdatelo para ti. No lo compartas”.NetflixSobre el arte en nuestros días: “O sea, vas a una subasta, sale un Picasso, y silencio sepulcral. Cuando baja el martillo por el precio, aplausos. Vivimos en un mundo en el que se aplaude el precio, no el Picasso. Nada más que añadir”. (En la imagen, junto a uno de sus primeros jefes, Andy Warhol).Richard E. Aaron (Redferns)
Sobre su sentido del humor: “Mi madre me dijo cuando tenía 12 años o por ahí, ‘No seas graciosa, a los chicos no le gustan las niñas graciosas’. Una pena que se equivocara”.Everett Collection / Everett ColSobre el consejo que daría a los jóvenes: “Piensa antes de hablar. Lee antes de pensar. Esto te dará algo en lo que pensar que no te hayas inventado. Una buena jugada a cualquier edad, pero sobre todo a los 17 años, cuando corres el peligro de llegar a conclusiones molestas”.NurPhoto (NurPhoto via Getty Images)Sobre los placeres culpables: “No los tengo porque el placer nunca me hace sentir culpable. Es increíble que exista esa expresión, a menos que tu placer sea matar a gente… Mis placeres son totalmente benignos. Nadie se muere, no molestan a nadie. Vivimos en un mundo donde la gente no se siente culpable por matar, no se siente culpable por enjaular bebés en la frontera… ¿Y yo debería sentirme culpable? ¿Por qué? ¿Por repetir espaguetis? ¿Por leer una novela policíaca?”.Patrick McMullan (Patrick McMullan via Getty Image)