El ‘country’ cambia de armario
El estilo Dolly Parton ya no triunfa entre las nuevas vaqueras. Ahora se dividen entre las que simpatizan con las indies y las que se han entregado a la elegancia de la alfombra roja.
«Cuesta mucho dinero parecer tan de baratillo», dijo en una ocasión Dolly Parton, máxima exponente del dudoso gusto a la hora de vestir del country. La cantante se ríe de su estética, que asegura que copió de la vagabunda de su pequeño pueblo de Tennessee. Ahora tiene una enorme colección de trajes hechos a medida –jamás ha usado uno dos veces, ni para el día a día– desperdigada por los armarios de sus ocho casas de Estados Unidos. Durante años, sus vestidos de flecos y adornos brillantes han inspirado a toda una generación de cantantes de la escena vaquera (véanse ...
«Cuesta mucho dinero parecer tan de baratillo», dijo en una ocasión Dolly Parton, máxima exponente del dudoso gusto a la hora de vestir del country. La cantante se ríe de su estética, que asegura que copió de la vagabunda de su pequeño pueblo de Tennessee. Ahora tiene una enorme colección de trajes hechos a medida –jamás ha usado uno dos veces, ni para el día a día– desperdigada por los armarios de sus ocho casas de Estados Unidos. Durante años, sus vestidos de flecos y adornos brillantes han inspirado a toda una generación de cantantes de la escena vaquera (véanse los desconcertantes estilismos de Wanda Jackson). Ha habido también versiones más salvajes como la vocalista Lucinda Williams que, adscrita al country más texano, además recibe influencias del bluegrass sureño y del rock. Este look es el preferido de la diseñadora y modelo Erin Wasson: «Lucinda Williams es mi icono. Para mí tener estilo es ser fiel al sentido personal del vestir».
Emmylou Harris, por su parte, encarna una vertiente más folk de la moda country, que se codeaba con el movimiento hippy en los años 60. Entonces, se confeccionaba sus propios vestidos largos de mangas anchas. Hoy, su melena blanca y su belleza madura son sus atractivos.
Pero el country evoluciona, y una nueva generación de vaqueras experimenta con estilos cercanos al indie. Es el caso de Kelly Clarkson, la estrella de American Idol que se declara enemiga de los tacones y de los trajes «alienígenas» que llevan algunas artistas en el escenario. Allison Moorer borda a mano y vende sus camisetas, bajo la marca 1Turtledove. «Quería crear algo para mis fans femeninas, algo que de verdad fuera una parte de mí». Y Gillian Welch alterna los vestidos vaporosos y sombreros de vaquero con trajes de estampados inspirados en las indumentarias de los indios.
La tercera tipología de cantante country es la que se ha dejado deslumbrar por los brillos de la alfombra roja. Femenina y clienta de firmas de alta costura, Faith Hill ha sufrido toda una transformación estilística hasta dar con la mejor versión de sí misma, la que mostró con un vestido blanco de Chado Ralph Rucci en los Country Music Awards. La cantante ya es habitual de Marchesa. Sin embargo, Shania Twain es criticada por sus looks en el escenario. Ariane Martin, su estilista, diseña camisetas turísticas de los lugares en los que canta, las ajusta, y les incrusta cristales de Swarovski. «Es muy diferente el vestuario para cantar que el de los grandes eventos», dice. «En ellos lleva vestidos largos de Ralph Lauren».