De repartir guantazos con Jackie Chan a hacer historia en los Oscar: cómo Michelle Yeoh se convirtió en la estrella del momento a los 60 años
La protagonista de Todo a la vez en todas partes, la película con más nominaciones en los premios de la Academia de Hollywood, disfruta de su mejor momento profesional tras cuatro décadas de carrera y después de haberse enfrentado al racismo y edadismo de la meca del cine.
En Todo a la vez en todas partes, Michelle Yeoh da vida a una inmigrante china que regenta una lavandería en quiebra de una ciudad californiana cualquiera. Pero un día, su anodina existencia da un vuelco y se convierte en una heroína inesperada tras caer en una brecha interdimensional. La mujer descubre que solo ella puede salvar el multiverso de una amenaza fatal, viajando a través de una infinidad de dimensiones distintas para lograrlo. Si tomamos como cierta la premisa de tener miles de realidades desarrollándose de forma paralela a la nuestra, lo que parece seguro es que en muy poca...
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En Todo a la vez en todas partes, Michelle Yeoh da vida a una inmigrante china que regenta una lavandería en quiebra de una ciudad californiana cualquiera. Pero un día, su anodina existencia da un vuelco y se convierte en una heroína inesperada tras caer en una brecha interdimensional. La mujer descubre que solo ella puede salvar el multiverso de una amenaza fatal, viajando a través de una infinidad de dimensiones distintas para lograrlo. Si tomamos como cierta la premisa de tener miles de realidades desarrollándose de forma paralela a la nuestra, lo que parece seguro es que en muy pocas la película de Dan Kwan y Daniel Scheinert habrá logrado un éxito tan arrollador como en este universo. Un psicodélico filme indie que se estrenó hace ya un año sin apenas ruido mediático y que solo gracias a sus virtudes cinematográficas y al entusiasmo de los fans se ha convertido en un éxito de crítica y de público: multiplicando por diez su presupuesto en taquilla y alzándose como la candidata con más nominaciones, once, en la próxima ceremonia de los premios Oscar. Una repercusión cimentada sobre los hombros de su protagonista indiscutible, una Michelle Yeoh que, a los 60 años, saborea por fin las mieles del Olimpo hollywoodiense. Qué suerte compartir universo con ella.
“Ahora cuando voy por el supermercado los jóvenes se acercan y me dicen, ‘¡Eres cool! ¿Podemos hacernos una foto contigo?’. Yo por fuera sonrío y les digo que sí, que por supuesto, pero por dentro estoy levantando el puño gritando, ‘¡Sí, por fin soy cool!”. Tras haber triunfado primero en el mercado cinematográfico asiático y conquistar después el panorama global gracias a películas como Tigre y dragón, la ternura y entusiasmo con la que Michelle Yeoh relata su reciente estallido de popularidad es sintomático del estatus de culto intergeneracional conseguido por su último estreno. La más reciente ganadora del Globo de Oro a la mejor actriz dice haber logrado el papel protagonista que lleva persiguiendo toda su carrera, un premio merecido tras “luchar” contra el edadismo y la discriminación racista que siguen lacrando la industria del séptimo arte.
“Venir a Hollywood era un sueño hasta que llegué aquí. Me dijeron que era una minoría… Me preguntaron si sabía hablar inglés y yo contesté, ‘Sí, el vuelo duró trece horas así que pude aprenderlo”, evocó Yeoh al recoger la estatuilla, celebrando que “tras 40 años por fin soy la número uno”. La actriz malasia ya ha hecho historia al convertirse en la primera mujer de origen asiático nominada al Oscar a la mejor actriz, compitiendo de tú a tú con otra favorita como Cate Blanchett (Tár) en la gala del próximo 13 de marzo. Su aparición en la alfombra roja del Dolby Theatre es de las más esperadas de la ceremonia, habiendo demostrado sobradamente su talento para combinar siluetas, tejidos y firmas como Schiaparelli, Off-White, Carolina Herrera o Erdem. “Su estilo está superando al de todas en esta temporada de premios”, dice de ella la edición británica de Vogue. Tirando de su histórico olfato para detectar tendencias ganadoras, la mismísima Anna Wintour no dudó en posar a su lado durante el reciente desfile de Armani Privé en la semana de la moda de París.
Nombrada por la revista TIME como “Icono del año”, solo un cúmulo de azarosas casualidades han permitido que Michelle Yeoh se transforme en la estrella global que es hoy en día. Ella no soñó con posar en un photocall, trabajar con directores como Steven Spielberg o James Cameron y aparecer en franquicias multimillonarias como la de James Bond (El mañana nunca muere) o Guardianes de la Galaxia (Vol.2). Ella, nacida en la ciudad de Ipoh en el seno de una familia acomodada, anhelaba ser bailarina de ballet, pero una lesión de espalda mientras cursaba sus estudios en una academia londinense frustró su carrera. La madre, empeñada en que su hija fuera una celebridad, la apuntó sin su consentimiento al certamen de Miss Tailandia y esta acabó llevándose la corona. “Creo que los jueces estaban ciegos”, bromea. Aunque no pudo repetir victoria en Miss Mundo, fue reclutada para protagonizar un anuncio televisivo junto a Jackie Chan que supondría el germen de una trayectoria estelar en el cine hongkonés durante la década de los ochenta y los noventa.
Aprovechando sus aptitudes como bailarina y una disciplina que la llevaba a entrenar jornadas interminables en el gimnasio, Yeoh se convirtió en una estrella del cine de acción y en una de las pocas en atreverse a rodar las escenas de riesgo sin la ayuda de una doble. Cuando fue preguntada sobre si era cierto que el célebre Chan pensaba que “las mujeres pertenecían a la cocina”, la intérprete tiró de honestidad brutal: “Sí, lo pensaba… hasta que yo le pateé el trasero”. En un momento en el que actrices como Charlize Theron o Gal Gadot tratan de acabar con el prejuicio histórico de que las películas de acción protagonizadas por mujeres no funcionan en salas, Yeoh ya pisoteaba la testosterona en el género en 1997, cuando consiguió su primer papel en Hollywood con El mañana nunca muere. Tal era su predicamento por aquel entonces que hasta el mismísimo Quentin Tarantino, uno de sus fanáticos más acérrimos, le confesó que había descartado ofrecerle un papel en Kill Bill “porque nadie se creería que Uma Thuman podría vencerla en un combate”. A sus 60 años, Yeoh sigue haciendo gala de su capacidad para conciliar su talento dramático con sus habilidades para las artes marciales, protagonizando secuencias de acción en la mencionada Todo a la vez en todas partes o la reciente Shang-Chi y la leyenda de los diez anillos. ¿Lo próximo? Nada menos que la siguiente entrega de la saga Avatar.
Con más de media docena de proyectos en el horizonte, el reconocimiento disfrutado en estos últimos meses no supone un capítulo final en una filmografía que solo se detuvo una vez. Fue durante un lapso de cinco años, a finales de los 80, el mismo tiempo que duró su matrimonio con el magnate cinematográfico Dickson Poon. Durante las últimas dos décadas Michelle Yeoh comparte su vida con Jean Todt, célebre exdirector de la escudería Ferrari y de la FIA (Federación Internacional de Automovilismo). “Siempre he querido tener hijos pero, desafortunadamente, no puedo tenerlos por una cuestión física”, manifestaba en The Guardian la malasia, asegurando a su vez que no guarda aflicción alguna por esta circunstancia. “He vivido dentro de una maleta durante las tres últimas décadas. Esta es la vida que he escogido y estoy contenta con lo que hago. Tengo tanto por lo que estar agradecida que no me siento a preguntarme, ‘¿Y qué hubiera pasado si…?”. Veremos si la madrugada del próximo 13 de marzo, fecha de entrega de los Oscar, tiene un reconocimiento más que agradecer.