De las lágrimas con Bayona al ‘epic fail’ de Ugarte: los momentazos de la gala
El abrazo de Bayona y María Belón y un error histórico sorprendieron en una gala marcada por la crítica política.
Un par de horas antes de la gala de los Goya, en ese momento tonto en que hay ganas ya de meterse en faena pero todavía no hay ningún material que echarse a la boca (y que los actores listos deberían aprovechar para autopromocionarse con fotos propias de sus estilismos en las redes sociales), lo que más circulaba por Twitter era el mensaje de Tristán Ulloa, declarándose huelguista de los Goya. No iba a asistir por desacuerdo con las directrices que aconsejaban no hacer proclamas políticas en la gala del cine español. Pues bien, Tristán podría haberse puesto el esmóquin. La gala estuvo replet...
Un par de horas antes de la gala de los Goya, en ese momento tonto en que hay ganas ya de meterse en faena pero todavía no hay ningún material que echarse a la boca (y que los actores listos deberían aprovechar para autopromocionarse con fotos propias de sus estilismos en las redes sociales), lo que más circulaba por Twitter era el mensaje de Tristán Ulloa, declarándose huelguista de los Goya. No iba a asistir por desacuerdo con las directrices que aconsejaban no hacer proclamas políticas en la gala del cine español. Pues bien, Tristán podría haberse puesto el esmóquin. La gala estuvo repleta de mensajes y reivindicaciones. Y volvió a ser larga, muy larga, porque si no, no serían los Goya. Estos fueron los diez momentos que se recordarán de los premios en 2013:
-Abrazo dramático. Que Jota Bayona se llevase el premio al Mejor director ya fue de por sí una sorpresa, cuando las quinielas apuntaban a Pablo Berger. El director de Lo imposible, que prepara un proyecto en Hollywood de enorme envergadura, le añadió dramatismo cuando abandonó el estrado en pleno discurso para compartir su Goya con María Belón, la superviviente del tsunami en cuya historia está basada la película. El realizador, que ya tenía un Goya como Mejor director novel por El orfanato, culminó su arrebatado discurso acordándose del franquismo y reivindicando las películas de todos los tamaños, también las extragrandes.
-Discursos "con recado". Estaba claro que no sería una noche fácil para el ministro Wert. Los discursos de los premiados y las presentaciones fueron críticas con los recortes a la Cultura, como se había anunciado, y con la nueva ley de financiación del cine, pero tambien hubo menciones a los sobres de Bárcenas y a los tijeretazos en Sanidad y Educación. Se produjo cierto efecto contagio y al final nadie quería ser el único que le dedicaba el Goya a su madre. Candela Peña, que habló en catalán también como una puyita al ministro de la "españolización", citó a su padre, que murió recientemente en un hospital público "sin dinero para sábanas" y a su hijo, que se enfrentará, según recordó, a una educación pública recortada. Maribel Verdú dedicó su Goya a los que pierden su empleo y su casa y Javier Bardem, que ganó como productor del documental Hijos de las nubes, subrayó que a los saharauis ni siquiera pueden recortarles derechos, puesto que no los tienen.
-EPIC FAIL. ¿Qué sucedió en la entrega al Goya a la Mejor canción original? Adriana Ugarte y Carlos Santos presentaban ese galardón y al abrir el sobre anunciaron que era para Pablo Cervantes por Los niños salvajes. El equipo de Cervantes lo celebra, se levanta de sus butacas e inicia la bajada triunfal al escenario hasta que…Santos anuncia que ha habido un error y Ugarte pone cara de circunstancias. "Habia dos sobres" dicen. El premio, en realidad, era para Blancanieves y lo recogió una etérea y emocionada Sílvia Pérez Cruz.
-¿Quién se atreve a cortar a Concha? Los premiados tienen un tiempo recomendado para sus agradecimientos, aunque históricamente está más o menos aceptado que el ganador del Goya de Honor se pase el timing por las entretelas. Ahí están los antecedentes como el de Tony Leblanc. Concha Velasco, que se reivindicó como la Liza Minelli del cine español, hizo uso de ese privilegio con un monólogo que acabó en montaje musical de homenaje. Admitió que le sentó como un tiro que su sobrina Manuela tuviera un Goya y ella no y que lloró al perder por Más allá del jardín.
-Sacristán, por fin. El actor, uno de los más prolíficos del cine español, no tuvo que esperar al reconocimiento honorífico como su amiga Concha. Tal y como se esperaba, ganó un Goya de esos "de reparación del agravio" por El muerto y ser feliz.
-¡Llegan refuerzos!. La troupe chanante lleva ya varias ediciones infiltrándose en el sarao. A ellos les correspondió uno de los interludios más logrados, cuando Ernesto Sevilla se pregunto si la gala no estaría quedando poco reivindicativa y los demás aprovecharon para hacer sus protestas. Carlos Areces, uno de los chicos de moda por Los amantes pasajeros, aprovechó para pedir un Goya honorífico al "actor joven al que se le entienda hablando".
-Lágrimas. Una entrega de premios no está completa hasta que llora una actriz. En los últimos años, Marina Comas y María León honraron esa tradición tan arraigada en Hollywood (que recordemos, ninguna actriz española ha llegado al nivel de Halle Berry o Gwyneth Patrow) y ésta vez le correspondió a Macarena Garcia, premiada como Mejor actriz revelación por su papel en Blancanieves. Su compañera de reparto, Maribel Verdú, a pesar de ser más que veterana en estas lides, también se mostró emocionada.
-¿Actrices revelación? Por cierto, que José Corbacho dejó caer en la presentación de ese premio que faltaban algunas posibles nominadas del año como "Ana Mato o alguna infanta". El caso Urdangarin fue otra de las dianas más recurrentes de la noche.
-Blanca hace un Angelina. La gala no tuvo un momento Paz Vega, aquel recordado segundo en el que la actriz sevillana tuvo una "wardrobe malfunction" (como bautizaron a lo del pezón de Janet Jackson) con un Hanibal Laguna ni la gala se alzó con una ganadora de estilo tan clara como otros años (pocos pueden discurtirle el podio a Elena Anaya el año pasado), pero varias actrices aprovecharon estos premios como es debido, para relanzar su perfil. Blanca Suárez ha trabajado en dos pelis seguidas con Almodóvar, tiene un cuerpo de infarto y puede permitirse ir a los Goya en plan rompe y rasga. Y eso hizo, con un flequillo sesentero y un Emilio Pucci con raja lateral. María Valverde, que nos tenía acostumbrados a looks más naïf y románticos, también cambió de registro, con un Nina Ricci ajustado.
-Los León, sin Goya. La familia León llegaba unida y nominada por los cuatro costados: lo estaban Paco, María y la matriarca. Finalmente, se fueron de vacio, sin ganar siquiera el de Mejor director novel que todas las quinielas otorgaban al realizador de Carmina o revienta. Pero algo nos dice que el Goya a la mejor juerga no se lo quita nadie.
Los León se fueron de vacío pero hicieron historia como familia nominada en masa.
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