7 estilismos de Cristina Pedroche que escandalizaron a España (más allá de las campanadas)

La presentadora acaba de publicar en Instagram una foto en la que posa en topless con una falda de fiesta y la frase «cuenta atrás». A pocos días de fin de año, recopilamos otros looks que han despertado desde insultos machistas a todo tipo de críticas.

Las elecciones estilísticas de Cristina Pedroche, en el punto de mira más allá de fin de año.Instagram/La sexta tv

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La expectación sobre qué llevará puesto Cristina Pedroche en Nochevieja está servida, incluso por ella misma. Con una foto que recopila todos los estilismos con los que ha dado las campanadas estos últimos años en Antena 3 (esta será la quinta vez consecutiva) y con el hashtag que la propia presentadora ha instaurado, ‘#PedrocheCampanadas’, ha empezado a calentar las redes para el predecible trending topic de los primeros minutos de 2019: “Este año será muy, muy, muy diferente, ¿quizás demasiado?”, escribía en Instagram. Poco después publicaba una foto en la que aparece en topless luciendo una espectacular falda negra acompañada por la frase «cuenta atrás». Una imagen que no ha tardado en despertar aplausos y críticas en tiempo récord. Su elección estilística es ya un clásico reconocible de la fecha comparable a la capa de Ramón García en TVE (sustituido este año por Roberto Leal, OT) pero en tiempos de viralidad. Recopilamos otras siete ocasiones en las que sus looks sembraron la polémica.

1. El vestido escotado azul de Sandro o «me pongo lo que me sale del unicornio». Este verano la colaboradora de Zapeando era objeto de ciberacoso e insultos machistas («zorra», «puta», «buscona»…) por calzarse la prenda de la marca francesa. No era la primera vez, pero Pedroche quiso aprovechar la ocasión para reivindicar en sus redes sociales la cara amarga de su éxito en estas plataformas -está entre las españolas con más seguidores en Instagram y Twitter- denunciándolo con un mensaje: «Enseña el cuerpo porque no tiene cerebro’, ‘no por enseñar carne eres mejor artista’… Estos son solo algunos ejemplos de lo que aguanto hoy y todos los días. Lo siento, no me afecta, me resbala, me seguiré poniendo lo que me salga del unicornio. Me gusta mi cuerpo y lo luzco cuando yo, y solo yo, quiero. Basta ya de decir tonterías. Vivimos en una sociedad tan machista que me da pereza cada día tener que aclarar algo o defenderme. Eso sí, no lo haré solo por mí, lo haré por el resto de mujeres y utilizaré mi posición para darles voz a todas”, escribía junto a la imagen.

2. El «traje regional de Vallecas». Cristina sembraba la discordia en su barrio (y en Twitter) con su paso por El Intermedio para promocionar Tú sí que sí (ambos en La Sexta). Abandonando la transparencia, la rejilla y el escote, principales protagonistas de sus estilismos televisivos, la presentadora aparecía junto a Wyoming en chándal de tactel. Y, ante la provocación del presentador preguntando si iba de «bolivariana» o si era «la presentadora estrella de la cadena o Chenoa pidiendo respeto tras su ruptura con Bisbal», respondía: «Respeto. Voy vestida con el traje regional de Vallecas. Así vamos siempre los vallecanos». La discusión sobre la broma y su influencia (o no) en los vecinos del barrio dio para muchos tuits. Las críticas machistas tampoco faltaron.

3. ¿Rihanna wannabe? Fan declarada de la cantante de Barbados, con la que dijo sentirse identificada por ser «una mujer a la que critican todo el rato y ella sigue haciendo lo que quiere», según contó en ¡Hola!, Cristina demostró su devoción vistiéndose exactamente igual que ella. Con una sudadera de Fenty para Puma que la misma artista ha diseñado e imitando su pose, declaraba junto a la foto en Instagram: «A veces me vengo arriba y me siento Riri. #Yaquisierayo». Defensores pro Rihanna y pro Pedroche se manifestaron sin miramientos en la misma publicación.

4. Desde comentarios babosos a los críticos de turno. El vestido de House of CB con el que arriesgó para presentar otra gala de Tú sí que sí dejó «a cuadros» al personal, que parece seguir sin asumir el gusto de la presentadora por ponerse lo que quiera sin cuestionar la transparencia o, en este caso, la ausencia de tela. El vestido fue comentado en su otro programa, Zapeando, en el que compañeros como Frank Blanco le decían: “Lo llamo vestido pero no sé si ese es el término” o “es muy bueno para jugar al vóley-playa porque ya llevas el bikini y la red. Con tener la pelota y a alguien más…”, ironizaba Ana Morgade en el programa.

5. Críticas también por taparse. El hateo en internet no distingue, enseñando más o menos, el escrutinio sobre su estilismo es constante y Pedroche aprovechó el hartazgo para compartir otro de sus alegatos en Instagram: «Ayer me criticaron por llevar este vestido porque ‘saqué a pasear mi lado menos sexy’… Ok. Si me pongo escote y falda corta soy una guarra y una buscona (…). Si me pongo un vestido más tapado, como se supone que es este, es que no soy sexy. Os voy a decir una cosa… ES MI CUERPO. DEJADME EN PAZ. Y otra cosa voy a decir, a mí en concreto me da igual lo que digan, pero chicas que nadie os diga qué poneros para que podáis ser más o menos atractivas/guapas/sexis. Es vuestro cuerpo y podéis hacer lo que os de la gana. Poneos lo que os salga del unicornio», escribía.

6. (Otra vez) como Rihanna pero en versión low cost. Si a la cantante le bastaron un par de días para hacerse con las botas de más de 3.000 brillantes de Saint Laurent que obsesionaron tras subirlas a la pasarela en abril de 2017, a Pedroche le llevó medio año más dar con unas más asequibles y generar un efecto de deseo parecido a nivel patrio tras enseñarlas en Instagram tirando de app para acentuar el brilli brilli. La originales, con los brillantes incrustados a mano, costaban alrededor de los 9.000 euros y su cola de espera era simplemente inaccesible, Pedroche las compró por unos 300 en la plataforma online 338. Más de 75.000 personas bendijeron su elección con ‘me gusta’ en Instagram.

7. El vestido enigmático que ya era viral antes de que se lo pusiera. The Dress, el mítico vestido que aún podríamos debatir si es azul y negro o blanco y dorado, no pasará a los anales de la moda por bonito, pero Pedroche no perdió la ocasión de encarnar el dilema y lo llevó en Zapeando. «A mí me gusta», dijo llevando la contraria a sus compañeros, «me siento como en Nochevieja, pero con menos fresco». Una de las pocas polémicas que realmente ocurría en torno a la prenda y no contra ella.

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