Las razones por las que Armie Hammer se merece más que nadie ser el actor estrella de 2017
Después de una carrera repleta de proyectos fallidos y descalabros de taquilla, el intérprete colecciona elogios por su papel en el romance homosexual ‘Call Me By Your Name’.
Una de las acepciones que en inglés posee hammer es el verbo “clavar”. Sabiendo de la poca inspiración de la profesión periodística en general, no es de extrañar que Armie Hammer haya sido diana de las bromas que aluden a una carrera “clavada” que nunca termina por despegar. Y por lo irregular de su filmografía, razones para sospechar sobre su futuro en el mundo del cine no faltan. El intérprete de La red social siempre ha sido un miembro destacado del club de los ‘parecía que sí’, formado por aquellos actores que han conseguido cierta releva...
Una de las acepciones que en inglés posee hammer es el verbo “clavar”. Sabiendo de la poca inspiración de la profesión periodística en general, no es de extrañar que Armie Hammer haya sido diana de las bromas que aluden a una carrera “clavada” que nunca termina por despegar. Y por lo irregular de su filmografía, razones para sospechar sobre su futuro en el mundo del cine no faltan. El intérprete de La red social siempre ha sido un miembro destacado del club de los ‘parecía que sí’, formado por aquellos actores que han conseguido cierta relevancia gracias a un proyecto determinado, con síntomas de talento y carisma, pero que no consiguen colarse en la lista A de Hollywood. Matt Bomer, Ian Somerhalder, Garrett Hedlund, James Mardsen, Chace Crawford, Orlando Bloom… Continúa tú mismo. Otros, como los Ryan (Gosling y Reynolds), han logrado salir del pozo en los últimos tiempos y ahora Hammer pretende unirse a ellos. ¿El salvoconducto? Su protagonista en el drama Call Me By Your Name, lo último del italiano Luca Guadagnino, sensación en el festival de Sundance y primera gran candidata para los próximos Óscar. Pero esta historia de éxito no habría sido posible sin varios sonados descalabros. Esta es su cronología.
Revés #1 – Los superhéroes no eran lo que son
El primer gran año en la carrera de este nieto de un magnate del petróleo (vivió gran parte de su infancia en las Islas Caimán) que quiso dedicarse a la interpretación tras ver Solo en casa, llegaría en 2009. Después de aparecer en series de televisión como Gossip Girl, David Fincher decidió darle su primera gran oportunidad en una de las películas más debatidas de lo que llevamos de siglo. En La red social, Hammer dio vida a los gemelos Winklevoss, archienemigos de Marc Zuckerberg durante la creación de Facebook. El hito técnico que supuso duplicar la cara del actor en sendos hermanos hizo que su trabajo pasara desapercibido mientras que Jesse Eisenberg y Andrew Garfield enfilaban sus carreras hacia cotas más altas.
Pero la suerte del angelino estaba a punto de dar un giro. Después de varios años de preparación, el cineasta George Miller pretendía adelantarse al boom de superhéroes que vivimos hoy con la adaptación de los cómics de La liga de la justicia. Con un reparto casi desconocido, el director apostó por Hammer para el personaje más carismático de DC: Bruce Wayne/Batman. Por físico y descendencia aristocrática, la elección tenía todo el sentido. Aunque el elenco llegó a reunirse (véase el tuit bajo estas líneas) y hasta se enfudaron en sus respectivos trajes, la huelga de guionistas y diversos problemas financieros terminaron por cancelar el proyecto. Todavía hoy el actor es un habitual en las quinielas para dar vida a casi cualquier justiciero que anuncia su salto a la pantalla grande. El último, Green Lantern.
Revés #2 – El llanero está solo (también en las salas)
Para los ejecutivos de los estudios, una percha como la de Armie Hammer (1,96 m) no podía quedarse sin su gran franquicia. Disney, que pensaba que el trío Gore Verbinski (director), Jerry Bruckheimer (productor) y Johnny Depp (actor y ciudadano del mundo) ya había sacado todo el jugo posible a la saga Piratas del Caribe, decidió llevarse los manierismos de Jack Sparrow al salvaje Oeste adaptando la serie El llanero solitario. Hammer dio vida al forajido enmascarado en uno de los grandes fracasos de taquilla de los últimos años, reportando a la compañía de Mickey Mouse unas pérdidas de más de 150 millones de euros. El dúo protagonista no dudó en culpar a la prensa, inmisericorde en sus críticas, de semejante batacazo. “Decidieron lanzarse a la yugular de nuestra película. Nos fusilaron desde que se anunció que íbamos a hacerla”, aseguró Hammer, cuya capacidad para liderar un cartel de gran presupuesto fue puesta en cuestión desde aquel verano. Disney, por su parte, repensó su análisis sobre el desgaste de Piratas del Caribe…
Revés #3 – El nacimiento de una polémica
Tras su irregular paso por el terreno blockbuster (Operación U.N.C.L.E tampoco funcionó bien en taquilla), Hammer decidió dar un vuelco a su carrera inclinándose hacia el cine más independiente. Su primera y arriesgadísima incursión en el sector fue dando vida a un esclavista sin escrúpulos en la ópera prima de un director afroamericano desconocido, Nate Parker. El nacimiento de una nación arrasaría en Sundance como ninguna otra, llevándose el premio más importante del festival y vendiendo los derechos de distribución por la cifra más alta hasta la fecha (17 millones y medio de dólares). Cuando todo apuntaba a que el filme replicaría el éxito de 12 años de esclavitud en los Óscar y que por fin Hammer vería su trabajo materializado en nominaciones, los medios se hicieron eco de un gravísimo suceso del pasado de Parker. En 1999, él y un compañero de universidad fueron acusados de la violación de otra alumna que acabó suicidándose. Aunque ambos terminaron siendo absueltos y el director negó cualquier responsabilidad en los hechos, las sospechas fueron suficientes para fulminar El nacimiento de una nación de la temporada de premios. Otros, en circunstancias similares, corrieron mejor suerte.
Triunfo #1, 2, 3… – Un 2017 inapelable
Que el trabajo duro da sus frutos pueden confirmarlo los abdominales de Zac Efron o la estantería de trofeos de Rafa Nadal, pero también Armie Hammer. Su apuesta por el cine de autor ha surtido efecto y su filmografía en el último año admite pocos reproches. Después de El nacimiento de una nación lo hemos visto acompañando a Amy Adams y Jake Gyllenhaal en la muy alabada Animales Nocturnos, lo último de Tom Ford tras la cámara. También ha apostado por él otro director de culto, Ben Wheatley, para liderar (junto a Brie Larson) el reparto de Free Fire, la historia de dos bandas de atracadores que deben enfrentarse a muerte en el Boston de 1978. En Final Portrait, dirigida por el también actor Stanley Tucci, Hammer da la réplica al mítico pintor suizo Alberto Giacometti (Geoffrey Rush), en una de las sorpresas más aplaudidas de la pasada Berlinale.
El californiano tuvo una agenda apretada en la capital germana porque también presentó en el festival la película que deberá marcar un antes y un después en su carrera. Otra sensación de Sundance (parece que esta sin polémicas en el horizonte), dirigida por el italiano Luca Guadagnino (Cegados por el sol), Call Me By Your Name cuenta la historia de amor entre un adolescente italiano y un estudiante norteamericano en la Riviera durante el verano de 1983. Hasta la fecha, es la película mejor valorada del año (una media de 98/100 en Metacritic, por delante de la Dunkerque de Christopher Nolan) y parece seguir el camino transitado por Moonlight un año antes. Los críticos han calificado la interpretación de Armie Hammer como “increíble” y “sensacional” y se da por segura su presencia en alguna de las butacas del Dolby Theatre el próximo marzo. Quizá a partir de ahora lo único “clavado” en la carrera del actor sean sus posados en la alfombra roja de los premios.