Seis hitos que convirtieron a Ana Obregón en la primera ‘celebrity’ moderna de España
15 años después de su última retransmisión, la presentadora, actriz y bióloga vuelve a la televisión para presentar las Campanadas de TVE junto a Anne Igartiburu. Con motivo de su reaparición, repasamos los hechos que dieron forma a su mediática figura.
La presentadora y actriz Ana Obregón regresa a Televisión Española para hacerse cargo junto a Anne Igartiburu de la retransmisión de las Campanadas de Fin de Año, la primera vez que la cadena pública elige a dos mujeres para tal ocasión. A sus 65 años, la madrileña es una de las figuras imprescindibles para entender la industria televisiva de las últimas décadas. Carismática y singular dentro y fuera de los platós, Ana Obregón anticipó algunas...
La presentadora y actriz Ana Obregón regresa a Televisión Española para hacerse cargo junto a Anne Igartiburu de la retransmisión de las Campanadas de Fin de Año, la primera vez que la cadena pública elige a dos mujeres para tal ocasión. A sus 65 años, la madrileña es una de las figuras imprescindibles para entender la industria televisiva de las últimas décadas. Carismática y singular dentro y fuera de los platós, Ana Obregón anticipó algunas de las leyes que rigen hoy los modos de las celebrities de nuevo cuño. Estos son algunos de los hitos más reseñables:
Tomó las riendas de su carrera cuando la mujer era silenciada en la industria
Aunque la controversia concerniente a su grado de autoría en la serie llegara incluso a los tribunales, lo cierto es que Obregón hizo gala de empoderamiento profesional en un tiempo en el que la mayor parte de las actrices eran juguetes en manos de directivos y productores. En 1987 fundó la productora Yoana Producciones S.L. y, al igual que estrellas actuales como Reese Witherspoon o Margot Robbie, unos años después se presentó en los despachos de Televisión Española con el aval de su fama mediática y la sinopsis de Ana y los 7. La ficción alcanzó picos de más de seis millones de espectadores en varios de sus episodios, unas cifras que no se veían en la parrilla nacional desde Médico de familia. Su ascendencia cultural es tal que hasta Los Javis decidieron rendirle homenaje en la segunda temporada de Paquita Salas.
Fue pionera de la moda europea e icono de estilo
Ana Obregón marcó tendencia en la moda española durante la década de los noventa y principios de siglo. Fue, por ejemplo, uno de los primeros personajes públicos en introducir en nuestro país el explosivo estilo dominatrix por el que se hizo célebre Thierry Mugler. “Es un diseñador que hace trajes muy femeninos, que conoce bien el cuerpo de la mujer y lo realza”, confesaba en una entrevista en la revista ¡Hola! en 2001. También presumió de amistad con Gianni Versace –“me decía que quería hacer mi vestido de novia”–, luciendo looks tan impresionantes como el conjunto en oro y turquesa de la imagen tomada en 1990.
Asimiló su vida sentimental como parte de su perfil público
“¿Pero cómo voy a salir si soy la cornuda nacional?”, alegaba Ana Obregón una noche de jueves de 1994. Pocos minutos antes de la emisión en directo del popularísimo concurso ¿Qué apostamos?, la madrileña, echa un mar de lágrimas, acababa de conocer por una revista del corazón que su entonces pareja, Alessandro Lecquio, le era infiel con otra mujer, la azafata Silvia Tinao. Sin embargo, como recordó en el programa Lazos de sangre su inseparable compañero Ramón García, Obregón no solo consiguió recomponerse, sino que salió a plató exhibiendo su carisma y embrujo habitual. Esta anécdota es sintomática de otra de sus grandes cualidades y de la que fue pionera: su conjugación del perfil personal y profesional. Mucho antes de que existieran las redes sociales, ella convirtió su día a día en un stories de Instagram continuado, consciente de que la transparencia era su mejor arma para conseguir que el público se identificara con ella. Desde sus romances con figuras de la época como Fernando Martín y Davor Suker hasta la infancia y adolescencia de su añorado hijo Aless, millones de españoles eran, sin saberlo, followers de su entretenidísimo tablón analógico. ¿Por qué si no discutiríamos durante décadas sobre su título de bióloga?
Escandalizó en Campanadas mucho antes que Pedroche
Porque despedir el año presumiendo de figura estilizada y apostando por las transparencias, las capas y los escotes vertiginosos no es achacable solo a los mediáticos looks de Cristina Pedroche. En las tres ediciones presentadas por ella hasta la fecha, acompañada por Joaquín Prat primero y Ramón García en dos ocasiones, Obregón quiso hacer gala de su predilección por la fantasía, los brillos y las apuestas explosivas, destacando especialmente el vestido lencero color perla con el que dejó boquiabierta a media España. Este año, junto a Anne Igartiburu, lucirá un vestido blanco diseñado por el modisto Alejandro de Miguel, a quien también confió los estilismos del anuncio de las Campanadas y la presentación de la programación navideña de TVE.
Tres estaciones… y la de Ana Obregón
Si celebrities como Kim Kardashian o Kylie Jenner han basado parte de su popularidad en su apuesta por difuminar los límites entre la provocación y la sensualidad más explícita en una era en la que Instagram sigue censurando los pezones femeninos, Ana Obregón protagonizó un desempeño similar en la mojigata España de finales de los ochenta y principios de los noventa. Desoyendo burlas simplonas y retrógrados juicios de valor sobre qué era aceptable o no en una televisión generalista, la actriz y presentadora se convirtió en un icono sexual, hasta el punto de que toda una generación asimila la llegada del verano al posado playero en bikini de la madrileña en vez de a la llegada del 21 de junio.
Probó el sueño americano antes de cumplir los 30
Antes incluso de que Antonio Banderas se vistiera de mariachi para paliar la larga sequía en lo que a la representación española en Hollywood se refiere, la madrileña se atrevió a cruzar el charco y tomar el relevo de Sara Montiel en las colinas de Los Ángeles. Más allá de sus comentadas paellas con Steven Spielberg, no tuvo demasiada suerte, quedando como proyectos más relevantes en su filmografía la participación en la película Bolero, junto a Bo Derek, y papeles episódicos en series como El equipo A u Hospital General. El éxito sí le sonreiría en la industria italiana, aunque terminó por refugiarse definitivamente en la televisión española.