Amber Heard: la estrella del momento lucha por dejar atrás su pasado turbulento
La última superheroína del cine también lo es en la vida real. Tras sufrir el ostracismo profesional a raíz de su divorcio de Johnny Depp, la actriz renace como Mera, la guerrera aliada de Aquaman, en la gran apuesta taquillera de las fiestas.
Hace un par de años, Amber Heard era una de las actrices más odiadas de Hollywood. Las continuas amenazas de muerte que recibía la obligaban a cambiar de número de teléfono cada semana. Apenas se atrevía a salir de su apartamento y, cuando reunía el valor para hacerlo, era perseguida por un ejército de paparazzis y drones con cámara. La prensa necesitaba nuevas fotos para ilustrar artículos con los que poder atacarla sin miramientos. Estaba pagando las represalias por haber denunciado por malos tratos a su marido por aquel entonces, la rutilante estrella...
Hace un par de años, Amber Heard era una de las actrices más odiadas de Hollywood. Las continuas amenazas de muerte que recibía la obligaban a cambiar de número de teléfono cada semana. Apenas se atrevía a salir de su apartamento y, cuando reunía el valor para hacerlo, era perseguida por un ejército de paparazzis y drones con cámara. La prensa necesitaba nuevas fotos para ilustrar artículos con los que poder atacarla sin miramientos. Estaba pagando las represalias por haber denunciado por malos tratos a su marido por aquel entonces, la rutilante estrella Johnny Depp. Ni su testimonio ni las pruebas gráficas –imágenes en las que mostraba su rostro magullado y vídeos que evidenciaban la conducta agresiva del intérprete– fueron suficientes para considerarla una víctima creíble. Buena parte de la opinión pública ya la había juzgado. La industria de la meca del cine, por entonces todavía careciente del espíritu del #MeToo, también. “Como muchas otras mujeres, ya había sido acosada y asaltada sexualmente en mi época universitaria. No lo denuncié, no me veía como una víctima”, afirmó la intérprete. Esta vez no iba a cometer el mismo error.
“Muchos amigos y consejeros me decían que jamás volvería a trabajar, que me meterían en una lista negra. Una película en la que iba a actuar me cambió por otra actriz. Había firmado un contrato de dos años como embajadora de una firma de moda y se desprendieron de mí. La pregunta más frecuente era si iba a poder mantener mi papel de Mera en La liga de la justicia y Aquaman”, confesó la tejana de 32 años en una reciente columna publicada en The Washington Post. Esa pregunta se responde ahora afirmativamente. Amber Heard por fin deja atrás su turbulento pasado para retomar una prometedora carrera con el filme más esperado de la Navidad, Aquaman.
Mera, una guerrera atlante y aliada del superhéroe interpretado por Jason Momoa (Juego de Tronos), supone su regreso a una primera línea hollywoodiense de la que parecía vetada de por vida. Pero Heard no ha sobrevivido al infierno mediático para limitarse a dar vida a un personaje comparsa/interés sexual del héroe. Así que cuando le ofrecieron el papel, su primera respuesta fue negativa. “Soy alérgica a las damiselas en apuros, ese arquetipo bidimensional al que a menudo se limitan los personajes femeninos, y más en este tipo de películas. Pero Zack (Snyder, productor) me ganó con lo de ser una reina guerrera. Me dijo que tendría espada y corona, y entonces acepté”, afirma en Entertainment Weekly. Su Mera sigue el patrón iniciado por las amazonas de Wonder Woman o las soldados de Wakanda (las dora milaje) en Black Panther, y no se conforma con ver cómo el hombre salva el mundo, sino que participa activamente. “Se adentran en esta aventura como iguales y la terminan de la misma forma”, añade.
Hace demasiado tiempo que Amber Heard no ocupa los titulares por su trabajo en la meca del cine. Allá por 2011, cuando conoció a Johnny Depp en el rodaje de Los diarios del ron, era una de las mayores promesas del séptimo arte y todo un icono de estilo, elegida como imagen de firmas como Guess. Tras su tormentosa relación con el intérprete de Piratas de Caribe (Australiagate canino incluido), la imagen pública de Heard quedó seriamente dañada por los ataques del propio actor y de su entorno. Este no solo niega haberle puesto jamás la mano encima a su ex, sino que la acusa a ella de ser la violenta de la relación y de formar parte de una conspiración a gran escala contra su persona. El juicio se cerró con un acuerdo mediante el cual Depp pagó siete millones de dólares a su expareja. Heard, firme a lo que prometió tras resolver la disputa, donó la cantidad íntegra a un hospital infantil de Los Ángeles, pero el odio hacia ella no cesó: “Me convertí en la figura pública que representaba el abuso doméstico, y sentí la furia de nuestra cultura contra las mujeres que se atreven a hablar”.
Esta no es la única causa que la ha llevado a los tribunales en los últimos meses. Tras rodar en 2014 la adaptación para la gran pantalla de la novela de Martin Amis Campos de Londres (London Fields), los productores de la cinta demandaron a Heard por incumplir su contrato de promocionar la película y por conspirar con el director de la misma, Matthew Cullen, para eliminar del montaje final las escenas en las que salía desnuda. La actriz respondió con una contrademanda por contratar a una doble contra su voluntad para rodar más escenas de sexo de las acordadas en un primer momento. Las partes llegaron a un acuerdo el pasado septiembre y la película se estrenó al fin, con tres años de retraso y muy poca fortuna, en la pantalla grande.
Quizá debido a su evidente belleza y a su turbulento pasado se ha cometido el error, como sostiene Tatiana Segel en The Hollywood Reporter, “de juzgar el libro por su portada”. La relación sentimental que poco después la unió a Elon Musk, controvertido magnate y cofundador de compañías como Tesla, PayPal o Space X, siguió perpetuando su estatus de ‘novia de’ en los tabloides. El idilio apenas duró unos meses, pero fue suficiente para desviar la atención del activismo y las acciones solidarias en las que ha estado involucrada en los últimos tiempos: feminismo, derechos LGTB+, ayuda humanitaria a los refugiados sirios o el problema migratorio (nació en la frontera entre México y Estados Unidos y habla un perfecto castellano). Basta con decir que Heard es la primera actriz estadounidense en ser nombrada Human Rights Champion por la Oficina de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
La actriz se encuentra, dos años después, en la casilla de salida. Las marcas ya no huyen de ella, como demuestra su reciente compromiso como embajadora de L’Oréal Paris. En la alfombra roja sigue siendo referencia, atreviéndose con estilismos tan arriesgados como el espectacular Valentino de Alta Costura (con gorro de natación a juego) que lució en la premiere londinense de Aquaman. Su trabajo como la guerrera acuática Mera en el filme ha sido alabado por la crítica y ya se especula acerca de una reunión futura con la Wonder Woman de Gal Gadot en un spin-off de superheroínas que comience a equilibrar la balanza de décadas de patriarcado cinematográfico. No hay nada como echarse un poco de agua en la cara para empezar un nuevo día.