Esto es lo que pasa cuando una mujer camina 10 horas por Nueva York
Más de 100 hombres abordan a una joven caminando silenciosamente y en vaqueros. Es la efectiva última campaña de Hollaback! para denunciar el acoso callejero
Una mujer camina silenciosamente por diferentes zonas de Manhattan durante 10 horas en vaqueros y camiseta negra. Una GoPro oculta graba sus movimientos. Durante ese tiempo, más de 100 hombres la increpan. Todo esto se puede comprobar en un vídeo de 2 minutos que ayer se subió a YouTube y ya acumula más de un millón de visionados. El clip, titulado 10 horas caminando en Nueva York siendo mujer demuestra lo instaurado que está el acoso callejero en nuestra cultura. Entre grito...
Una mujer camina silenciosamente por diferentes zonas de Manhattan durante 10 horas en vaqueros y camiseta negra. Una GoPro oculta graba sus movimientos. Durante ese tiempo, más de 100 hombres la increpan. Todo esto se puede comprobar en un vídeo de 2 minutos que ayer se subió a YouTube y ya acumula más de un millón de visionados. El clip, titulado 10 horas caminando en Nueva York siendo mujer demuestra lo instaurado que está el acoso callejero en nuestra cultura. Entre gritos de ¡¿Qué pasa contigo chica? Alguien te acaba de decir que eres guapa y deberías dar las gracias! o jóvenes que ponen los pelos de punta al caminar junto a ella durante más de cinco minutos tras haberla increpado verbalmente, el vídeo demuestra qué se siente al ser mujer en una gran ciudad y por qué la población debería empezar a comprender que esto no son cumplidos inocentes que se dicen en la calle, es acoso callejero.
"Un montón de tíos dicen cosas como, oh, venga, si es solo un cumplido. Quería que la gente comprendiese lo que se siente al escuchar esto una y otra vez, una y otra vez en solo un día y que luego pensaran en extrapolarlo a toda una vida así" ha contado a Think Progress el creativo Rob Bliss, que ha sido el encargado de grabar a Shoshana B. Roberts, la voluntaria protagonista del clip.
El video es una campaña de concienciación de la plataforma Hollaback!, una red social que que funciona en 50 ciudades de 17 países y que se creó por siete ciudadanas de Nueva York a raíz de la experiencia de una joven, Thao Nguyen, que expuso públicamente a un hombre que se había masturbado frente a ella en el metro de Nueva York. Desde hace años, Hollaback! funciona para visibilizar y concienciar sobre el acoso callejero que padecen miles de mujeres. La web permite subir fotografías, colgar vídeos o marcar en el mapa el punto de la ciudad en el que se ha producido el acoso, describiendo exactamente cómo pasó. Desde Nueva Zelanda a Puerto Rico, esta web es una plataforma para que las mujeres se apoyen y ofrecer soluciones. Bajo la premisa Si te sientes intimidada, no lo tomes como un cumplido, esta red social anima a actuar contra los 'depredadores callejeros'.
El de Hollaback! no es el único. Hace unas semanas, Jessica Williams, una colaboradora de The Daily Show, grabó una sección en la que demostraba con mucho humor y algún que otro dardo envenedado para todos esas presentadoras de la Fox que dicen que los 'cumplidos' son maravillosos, lo complicado que es ser mujer e intentar cruzar Manhattan sin que te acosen verbalmente:
Europa tampoco se libra. La directora belga Sofiee Peteers revolucionó las redes sociales francófonas al emitir en la televisión RTBF su proyecto final de carrera, el documental Femme de la Rue, donde retrataba el día a día de las mujeres acosadas en las calles de Bruselas. Sí, por mucho que sorprenda a algunos, en la capital administrativa de Europa, las mujeres evitan pasar por determinadas calles, vestir falda o shorts y rehusan el contacto visual con los hombres para no sentirse agredidas.
En España existe el proyecto de la artista femnista Alicia Murillo, El cazador cazado, uno de los más troleados de la historia. Murillo subía videos a YouTube en los que grababa a los hombres que le acosaban por la calle y les recriminaba su actitud. El proyecto no gustó en foros masculinos, que presionaron para que YouTube o Vimeo retirasen sus vídeos de sus plataformas. La revista Píkara, donde Murillo colabora, recuperó su trabajo para que no se perdiese.