En la comedia romántica sí se puede abortar
Sundance estrenará ‘Obvious Child’, un film en clave cómica en el que una joven se enfrenta a una ruptura, un despido y una interrupción voluntaria del embarazo.
"Una comedia honesta sobre lo que ocurre cuando a Donna Stern (Jenny Slate), una cómica de Brooklyn, le deja su novio, la echan del trabajo y se queda embarazada lista para el peor/mejor día de San Valentín de su vida". Este es, a grandes rasgos, el argumento de Obvious Child, uno de los films que aterrizará en el festival de Sundance la semana que viene. Una comedia romántica que podría ser otra historia más al uso...
"Una comedia honesta sobre lo que ocurre cuando a Donna Stern (Jenny Slate), una cómica de Brooklyn, le deja su novio, la echan del trabajo y se queda embarazada lista para el peor/mejor día de San Valentín de su vida". Este es, a grandes rasgos, el argumento de Obvious Child, uno de los films que aterrizará en el festival de Sundance la semana que viene. Una comedia romántica que podría ser otra historia más al uso de chica-conoce-a-chico en un momento de bajón máximo, pero que introduce, por primera vez en el género, un aborto con final feliz. Aquí no esperen tramas a lo Judd Apatow sobre ligues de una noche y embarazos no –pero en realidad sí– deseados (Lío embarazoso), o jóvenes que deciden seguir adelante para dar en adopción (Juno). Aquí el espectador se enfrenta al qué pasa después de esos encuentros furtivos en plena debacle sentimental por una ruptura, cuando se cree haber tocado fondo, y una se acuesta con alguien –que no es remotamente su tipo pero lo acabará siendo– en un profundo estado de confusión etílica y con un preservativo defectuoso.
La protagonista de esta aventura con altas dosis de "humor sarcástico y cruda honestidad humana" es Jenny Slate, una cómica que formó parte del elenco en Saturday Night Live en 2009, y a la que pueden ver en Canal+ en la serie Hello Ladies o con apariciones esporádicas en Parks and Recreation. Slate interpreta a Donna, una cómica que bien podría ser una Louis CK versión femenina en plena crisis existencial.
"Estábamos frustradas por cómo se representan los embarazos de las mujeres jóvenes. Esperábamos ver una película que fuese más honesta, o al menos, una historia que fuese más cercana a muchas de las historias que conocemos. Como no sabíamos cuánto debíamos esperar hasta poder verla, decidimos contar la historia nosotras mismas", explica la directora Gillian Robespierre, que escribió el guión junto a dos amigas y primeró grabó Obvious Child como un cortometraje en 2009. El corto se ha convertido en un largo, ha sido seleccionado para el festival capitaneado por Robert Redford y cuenta con su propia campaña de Kickstarter para poder cubrir todos los costes de postproducción.
Jenny Slate y David Cross, en una imagen del film.
Obvious child
Su proyecto supone toda una revolución del género de la rom com. ¿Alguien imagina a Jennifer Aniston o Katherine Heigl visitando un centro de planificación familiar mientras inicia un romance inesperado con su ligue de una noche? En los grandes estudios, todavía no. Si bien ha sido la televisión la que últimamente ha afrontado estas tramas con más valentía –Friday Night Lights o Anatomía de Grey podrían ser un buen ejemplo –, Hollywood ha tirado de moralina conservadora la mayoría de veces que ha lidiado con embarazos no deseados. La escritora y guionista Katherine Butler resumió esta alergia a la realidad del cine en un decálogo de 10 reglas de las que destacamos estas cuatro:
Si van a abortar en tu película, prepárate para luchar con el estudio para que se pueda hacer. A punto estuvo de no suceder el aborto de Penny en Dirty Dancing (1987). El estudio exigió eliminar todas las referencias a la intervención de la bailarina, pero Eleanor Bergstein, la guionista, insistió en que era indispensable mantenerlo.
Si tu personaje piensa abortar, o bien se retractará, o lo perderá por causas naturales. Así lo vimos con Andrea en Sensación de Vivir (1990-2000), Miranda en Sexo en Nuevo York (1998-2004) o Julia en Party of Five (1994-2000).
Si el personaje de tu serie va a abortar, mejor que lo haga en la televisión de pago y no en la pública. La HBO sí se atrevió a tratar el aborto de Claire Fisher en A dos metros bajo tierra o en producir el clásico Si las paredes hablasen (1996).
Si tu heroína va a abortar, asegúrate que lo haga de un personaje muy, muy, malvado. En la segunda parte de El Padrino, Kay Corleone (Diane Keaton) aborta al heredero de la familia Corleone, Penny de Dirty Dancing aborta porque el padre (Robbie) es un niño pijo que se acuesta con mujeres adineradas y en Las normas de la casa de la sidra, Rose Rose aborta tras ser violada por su padre.
En España la situación no difiere mucho. Series como Anillos de Oro (con Ana Diosdado e Imanol Arias) trató el aborto en 1983 y en Cuéntame como que pasó, Pili (Lluvia Rojo) se marcha a Londres a abortar como muchas otras jóvenes de la época. Tal y como están las cosas por aquí, los guionistas están más cerca de narrar los dramas de las Pilis contemporáneas que de idear comedias de enredo sobre jóvenes cómicas que abortan con final feliz.