Ellas también escriben la historia

El género documental recoge los testimonios de las mejores maniquíes y pone de manifiesto que la moda es un testigo cualificado para hablar de la evolución de nuestra sociedad.

«Siempre he creído que las mujeres mayores son más interesantes, porque han vivido más, pueden ofrecer más y son mucho más humanas», dice China Machado desde su casa de los Hamptons. A sus 82 años, esta mujer de origen chino, que fue la primera modelo asiática en protagonizar una portada de revista en 1959, habla de la madurez como una cuestión ajena. No porque no la sienta, sino porque su energía y su vitalidad la hacen sentirse orgullosa y satisfecha de ser como es y de tener la edad que tiene. Ella, junto a otras grandes modelos e iconos de la moda y la belleza de los últimos 50 años –com...

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«Siempre he creído que las mujeres mayores son más interesantes, porque han vivido más, pueden ofrecer más y son mucho más humanas», dice China Machado desde su casa de los Hamptons. A sus 82 años, esta mujer de origen chino, que fue la primera modelo asiática en protagonizar una portada de revista en 1959, habla de la madurez como una cuestión ajena. No porque no la sienta, sino porque su energía y su vitalidad la hacen sentirse orgullosa y satisfecha de ser como es y de tener la edad que tiene. Ella, junto a otras grandes modelos e iconos de la moda y la belleza de los últimos 50 años –como Carmen Dell’Orefice, Marisa Berenson, Isabella Rossellini o Jerry Hall–, habla sin tapujos sobre cómo afronta la madurez en About the Face: The Supermodels Then and Now, un documental, dirigido por el fotógrafo y cineasta Timothy Greenfield-Sanders, que Canal+ emitirá hasta septiembre. Una pieza que además ofrece una mirada y voces nuevas sobre la historia de la moda.

«La juventud como modelo es un invento reciente, llega a partir de la década de los 60», reflexiona Silvia Ventosa, conservadora jefe del Museu Tèxtil i d’Indumentària, DHUB. «Es entonces cuando los jóvenes toman el poder y, además, crean un nuevo mercado». La moda y la belleza, efectivamente, se alían con rostros limpios, con cuerpos sin formas. «Desde hace años, el lugar más común de un modelo perfecto es que este sea un lienzo en blanco, para que fijemos nuestra mirada no en quién lo lleva ni en cómo lo lleva, sino en lo que lleva», apunta la socióloga y exmodelo Patricia Soley, que conoce bien esa dictadura de la belleza, cada vez más joven. «Con 25 años una modelo ya es considerada vieja», apunta. Aunque Ventosa explica esta incongruencia teniendo en cuenta que «los rasgos, la expresión y, en definitiva, los años, otorgan carácter y personalidad. Algo que probablemente no encaja en un mercado cada vez más interesado en vender productos, no personas», comenta. «A excepción de las celebridades, el modelaje tiende cada vez más a uniformizarse. Las chicas se parecen más y da la impresión de que están aleccionadas para que su mirada sea transparente. Las modelos no miran», explica Ventosa. Soley, por su parte, añade: «Esa obsesión por la lozanía permanente es algo inalcanzable y coincide con el elemento aspiracional de la moda que nos impulsa a querer lo que no tenemos: la dichosa juventud eterna».

Carmen Dell Orefice: «Si ves que al techo del salón de tu casa se le está cayendo la pintura, ¿no lo arreglarías?», dice a propósito de la cirugía estética.

D.R.

El director de About Face, Timothy Greenfield-Sanders, manejó el asunto con tal ternura y delicadeza que el resultado sorprende por la franqueza con la que todas hablan, no solo de la edad, sino de la vida. China Machado recuerda cómo las modelos se llamaban entre sí para preguntarse unas a otras sobre qué iban a hablar. Pero no hizo falta… «¿La verdad? No hubo ensayos. Cada una habló espontáneamente de lo que sentía». La ventaja de emplear esta herramienta narrativa facilita el clima de confianza y tranquilidad. Como apunta el productor de documentales Paco Poch (Cravan contra Cravan o La leyenda del tiempo): «La magia del documental radica en conseguir una especie de pacto entre el protagonista de la historia y el espectador. Y cuando eso sucede, se convierte en inolvidable».

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