El ‘Foursquare’ de Galliano

Los lugares que frecuenta, la gente con la que se reúne, para quién diseñará, dónde fue visto por última vez… Las redes sociales arden con datos sobre los movimientos del diseñador. Los rumores sobre su futuro no cesan.

Han pasado dos años desde sus desafortunados comentarios y su fulminante despido de Dior. Pero nadie se ha olvidado de Galliano. Todo lo contrario. Una vez que se supo que Raf Simons le sucedería al frente de la maison francesa, toda la rumorología fashion se centró en las idas y venidas del gibraltareño.  Literalmente además, porque estos años han estado plagados de tweets y fotos furtivas en Instagram detallando dónde, cómo y con quién se encontraba el diseñador.

Y con cada “avistamiento...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Han pasado dos años desde sus desafortunados comentarios y su fulminante despido de Dior. Pero nadie se ha olvidado de Galliano. Todo lo contrario. Una vez que se supo que Raf Simons le sucedería al frente de la maison francesa, toda la rumorología fashion se centró en las idas y venidas del gibraltareño.  Literalmente además, porque estos años han estado plagados de tweets y fotos furtivas en Instagram detallando dónde, cómo y con quién se encontraba el diseñador.

Y con cada “avistamiento” de John Galliano se desata un rumor, algunos coherentes y deseables, otros igualmente deseables pero un poco descabellados. Hace unos días, sin ir más lejos, la revista digital Fashionista hablaba de un posible futuro como profesor en la Parsons school de Nueva York. La semana anterior, un par de fotos dieron pie a que se creyera que iba a comenzar a impartir clase en la Central Saint Martins. Es tanta la curiosidad que desata su presencia desde que dejara de diseñar, que se ha convertido en un personaje observado de cerca por todas las publicaciones y ha generado una red de mensajes, rumores e imágenes robadas a su alrededor que logran que 'Gossip Girl' palidezca. Para muestra, repasamos algunas de sus “pilladas” más importantes:

Tras pasar un par de meses en un centro de rehabilitación en Arizona y otros tantos retirado en Suiza, Galliano reaparece en la boda de Kate Moss en junio de 2011. No podía faltar, le había diseñado el vestido. Un mes después, dicha boda da pie a que se desaten los rumores de una posible colaboración del diseñador con TopShop. El CEO de la cadena inglesa, Phillip Green, lo desmiente de inmediato en Vogue UK.

El 21 de julio una fuente anónima informa de que se encuentra cenando en el Sunset Hotel de Los Ángeles acompañado de Katherine Ross, ex directiva de LVMH y consultora de Balenciaga. Las idas y venidas de Galliano a esta ciudad durante aquel verano hacen que Vogue Italia baraje la posibilidad de que el diseñador se establezca allí definitivamente para crear una nueva marca.

En noviembre, un tweet del actor Paco León alerta de la presencia del diseñador en el Rastro madrileño. Comienza entonces una búsqueda desenfrenada por la capital de la que se hacen eco muchos medios nacionales (no sólo los especializados en temas de moda). Se sabe que estuvo celebrando su cumpleaños en Chueca, cenando con Almodóvar y tomando algo en el Bar Tomate.

En marzo de 2012 imágenes anónimas muestran a Galliano saliendo solo de un café parisino un sábado por la noche. Obviamente, las habladurías sobre su posible depresión no tardan en aparecer.  Hasta que un par de semanas después la periodista Dana Thomas escribe en su Twitter: "Sighting: John Galliano lunching with Grace Coddington in Manhattan today and telling her that he is 'thrilled' with….something!"
Por eso, cuando Diego della Valle anuncia el relanzamiento de Schiaparelli en mayo, todas los medios apuntan hacia él como director creativo de la marca. Las suposiciones se avivan cuando Albert Pang, un admirador anónimo, cuelga en su Instagram una foto de Galliano cenando con Anna Wintour en el Ritz. Curiosamente, es la noche del debut de Simons en Dior, y la editora llega tarde y nerviosa. Entonces, nadie supo de qué hablaban, pero las redes sociales ardieron con conjeturas.

En diciembre, Grace Coddington deja caer su posible vuelta a la moda en una entrevista concedida al Huffington Post. Ese mismo mes, los “avistamientos” del diseñador nos llevan de Estambul a Nueva York, hasta que en enero salta la primera noticia confirmada hasta la fecha: Galliano trabajará, durante tres semanas, en el taller de Óscar de la Renta. La mediadora en esta colaboración es, obviamente, una de sus mayores valedoras: Anna Wintour. Probablemente de eso hablaran en la cena, y no de Schiaparelli.
El día treinta de ese mismo mes Perez Hilton informa de que ha sido visto trabajando en un muy discreto segundo plano durante la presentación de la nueva colonia de De la Renta, Something Blue. Mientras tanto, los rumores se suceden: relevará al creador dominicano, diseñará algunas de las prendas de su colección de otoño, ejercerá como estilista del desfile, saldrá a saludar…

Las incógnitas no quedan muy despejadas durante el evento. Galliano no sale a saludar, pero el maquillaje, los peinados e incluso algunas de las prendas llevan esa peculiar seña de identidad que lo convirtió en el genio indiscutible de la Alta Costura. Lo que sí sabemos con seguridad es que aquel día Galliano salió de su apartamento ataviado con lo que algunos quisieron ver como indumentaria jasídica. Fuera o no una provocación, las quejas no se hicieron esperar, del rabino de Williamsburg al asambleísta de Brooklyn.

Y contra todo pronóstico, sus pasos dejan Nueva York y regresan a Londres. Más concretamente a la Central Saint Martin, la escuela donde se formó. Un par de fotos del diseñador en las inmediaciones (una de ellas con su amiga y ex colaboradora Elisa Palomino) y un buen puñado de tweets de alumnos sitúan a Galliano como profesor. Al día siguiente, el centro lo desmiente en Women’s Wear Daily. Sólo estaba colaborando en un proyecto puntual.

Pero queda la Parsons neoyorkina, el rumor de esta semana. Algunos fotos de Galliano en la ciudad darán alas a la noticia, hasta que algún miembro de la escuela lo desmienta. O no. En cualquier caso, las incógnitas sobre la sucesión de De la renta o la dirección creativa de Schiaparelli aún no han quedado despejadas. Y si finalmente lo hacen, dará igual. Porque John Galliano, su juicio con Dior, sus salidas a lugares públicos, sus acompañantes, sus fotos robadas y las consiguientes suposiciones se han convertido en tema de perpetua actualidad y hasta en objeto de debate. El interés que generan las andanzas del diseñador es, por suerte o por desgracia, casi tan alto como el que generaban sus vestidos. Mucho estamos tardando en crear un Foursquare dedicado a su persona o un blog titulado “Spotted: Galliano”

Galliano se dejó ver por la Central Saint Martins hace unos días, y la especulación sobre si su futuro estaba en la docencia tocó techo.

Twitter/ @lexyroche

En Twitter no se escapa ningún movimiento del gibraltareño.

Galliano cerrando un desfile en 2010.

Getty

Archivado En