Por qué todas las actrices de Hollywood se beneficiaron de Demi Moore sin saberlo
La actriz fue la mejor pagada de los 90, título que le valió el jocoso apodo de ‘Gimme More’ (‘dame más’). Ahora explica en su memorias, Inside Out, que fue pionera en reclamar la igualdad salarial entre hombres y mujeres en Hollywood.
Demi Moore fue la actriz mejor pagada de los 90. Encadenando éxitos como Ghost, Algunos hombres buenos o Una proposición indecente, estaba en posición de negociar jugosas cifras por cada nuevo proyecto. Motivo suficiente para que en la época los medios amarillistas comenzaran a apodarla como ‘Gimme Moore‘, un juego de palabras que en castellano significa «dame más». Retratada como una diva avariciosa que aprovechaba su momentum para ganar dinero (¡qué ocurrencia!), ...
Demi Moore fue la actriz mejor pagada de los 90. Encadenando éxitos como Ghost, Algunos hombres buenos o Una proposición indecente, estaba en posición de negociar jugosas cifras por cada nuevo proyecto. Motivo suficiente para que en la época los medios amarillistas comenzaran a apodarla como ‘Gimme Moore‘, un juego de palabras que en castellano significa «dame más». Retratada como una diva avariciosa que aprovechaba su momentum para ganar dinero (¡qué ocurrencia!), Moore se convirtió en la primera actriz en facturar 10 millones de dólares (unos 9 millones de euros) por una película. Lo que en aquel momento le valió críticas que jamás se les hubieran reprochado a sus compañeros masculinos, ahora se le reconoce como un gesto pionero en la lucha por la igualdad entre hombre y mujeres, un capítulo fundamental en la vida de la actriz que hasta el momento no se había reconocido.
La publicación de sus memorias, Inside Out (Harper Collins), que verán la luz el próximo 24 de septiembre, ha desvelado que la actriz luchó por recibir el salario que merecía en un mundo en el que todavía no se veía con buenos ojos. En una entrevista con The New York Times, en la que adelanta varios de los episodios vitales más llamativos y desconocidos narrados en el libro, la actriz reconoce que se considera a sí misma como el chivo expiatorio de una industria del entretenimiento que no podía soportar que a sus estrellas femeninas se les pagara tanto como a sus homólogos masculinos. Su empeño la llevó a embolsarse 12,5 millones de dólares (algo más de once millones de euros) por su interpretación en Striptease. «Fue un honor y, aunque conllevó mucha negatividad y críticas hacia mí, me alegra mucho haber marcado la diferencia». Y añade: «Claramente no se hizo lo suficiente porque todavía estamos, muchos años después, lidiando con eso».
La actriz Gwyneth Paltrow, amiga de Moore, no ha dudado en valorar el hito en la misma entrevista: «Se convirtió en una estrella de cine en una época en la que las mujeres no encajaban en el sistema […] Fue la primera persona que luchó por la igualdad salarial y la consiguió, y realmente sufrió reproches por ello. Todas nosotras nos beneficiamos de ella».
Como apunta la propia Moore, a pesar de los esfuerzos de figuras como ella para lograr la igualdad salarial hace ya 30 años, las cosas no han cambiado demasiado. Son muchas las actrices que continúan denunciando las diferencias en nuestros días, dentro y fuera de Hollywood. En la industria española, la propia Clara Lago confesaba en exclusiva a S Moda que «rodando Ocho apellidos catalanes, la diferencia entre lo que cobraba ella y lo que ganaron Dani Rovira o Karra Elejalde era de más del doble». Tal y como recoge El País, según un estudio recientemente publicado por dos investigadoras españolas (Sofía Izquierdo, del departamento de Finanzas de Huddersfield; y María Navarro Paniagua, profesora de Economía de la Universidad de Lancaster) en la industria del cine las mujeres cobran, de media, un millón de euros menos por película. Los datos han sido extraídos de una muestra de 1.344 películas y 267 estrellas distintas de entre 1980 y 2015. A pesar de que el camino por recorrer aún sea largo, es hora de reconocerle a Demi Moore el valor de haber iniciado la senda.