¿Y si lavar la ropa es una pérdida de tiempo (y de energía)?

La diseñadora Stella McCartney ha sido la última en unirse a la corriente enemiga de la lavadora. Cada vez son más las voces que afirman que el agua es un elemento innecesario.

Hace tiempo que Stella McCartney es sinónimo de sostenibilidad. No usa pieles, utiliza tejidos reciclados y, al parecer, tampoco lava la ropa. “Cuando estudiaba en Saint Martins hacía prácticas en Savile Row. La regla de un traje hecho a medida es que no hay que lavarlo. Dejas que la mancha se seque y la cepillas. En la vida, lo mismo: si no necesitas lavar, no laves. No lavo mi sujetador cada día y no meto cosas en la lavadora solo porque me las haya puesto. Soy muy higiénica, pero no soy fan ni del lavado tradicional ni del lavado en seco”, ...

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Hace tiempo que Stella McCartney es sinónimo de sostenibilidad. No usa pieles, utiliza tejidos reciclados y, al parecer, tampoco lava la ropa. “Cuando estudiaba en Saint Martins hacía prácticas en Savile Row. La regla de un traje hecho a medida es que no hay que lavarlo. Dejas que la mancha se seque y la cepillas. En la vida, lo mismo: si no necesitas lavar, no laves. No lavo mi sujetador cada día y no meto cosas en la lavadora solo porque me las haya puesto. Soy muy higiénica, pero no soy fan ni del lavado tradicional ni del lavado en seco”, ha contado la diseñadora en una entrevista al diario The Guardian.

Obviamente, su opinión de la lavadora tiene que ver con su activismo medioambiental: menos gasto de agua y mayor duración de las prendas. Porque Stella, como Vivienne Westwood, es de esas diseñadoras que rechaza el consumismo, incluso dentro de su propia marca, por cuestiones ecológicas. Sin embargo, como era de esperar, sus palabras están haciendo correr ríos de tinta.

“En la intersección de belleza, moda, feminismo y sostenibilidad, a veces subyace cierta falsa modestia: ideas que suenan revolucionarias pero que solo funcionan si eres increíblemente guapo o vistes con ropa increíblemente cara”, opina, en el mismo The Guardian, la columnista Zoe Williams. “La de Stella es una idea un poco victoriana: ellos solo veían la ropa interior como lavable. El resto de las prendas, se cepillaban, como los abrigos o los zapatos”.

Está claro que hay ciertos privilegios implícitos en las opiniones de la diseñadora porque, a fin de cuentas, la durabilidad de las prendas suele ser directamente proporcional a su precio y porque, además, presupone que todo el mundo tiene una vida en la que mancharse es algo muy ocasional. Y, sin embargo, no es la única enemiga de la lavadora.

Stella McCartney es una de las diseñadoras más comprometidas con el medio ambiente.Getty

¿Y si Stella tuviera razón?

Hace unos años, Chip Bergh, CEO de Levi’s, sembró la polémica al afirmar, en una conferencia de prensa, que no lavaba sus vaqueros. En aquel momento, varios estudios demostraron que el denim no solo repelía las bacterias, también se desgastaba y rompía a su paso por la lavadora. Varias marcas aconsejaban airearlos e incluso congelarlos como opciones más sostenibles e igual de eficaces. Este invierno, Bergh contaba a la CNN que sigue sin lavar esos vaqueros. Han pasado cuatro años.

En 2017, la asociación Fashion Revolution se unió a la empresa de electrodomésticos AEG para realizar un informe al respecto. Se concluyó que el 17% del agua que consume una casa se lo lleva la lavadora, que un cuarto de la huella medioambiental que deja el consumo de prendas tiene que ver con el lavado y que, atención, el 90% de la ropa que lavamos no necesita ser lavada.

A la vez, cada humano expulsa de media un litro de sudor y 500 millones de células al día. Lo mejor que puede pasar al no lavar nunca la ropa es pillar una dermatitis. Nadie se pone de acuerdo en cuántas veces son suficientes y cuántas demasiadas. Mientras tanto, una nueva tendencia se abre paso en la moda: están naciendo marcas cuyos diseños no necesitan pasar por agua.

Pangaia crea ropa que no necesita pasar por agua.Pangaia

La firma Pangaia, por ejemplo, trata sus prendas con aceite de clorofila que repele las bacterias y mantiene la frescura. Afirman que una de sus camisetas básicas supone un ahorro de 3000 litros de agua frente a otra de la competencia. La enseña americana Ably va mucho más allá. Hacen ropa para el gimnasio “que no hace falta lavar hasta pasado un mes” gracias a utilizar fibras que actúan contra los líquidos y las bacterias. Una propuesta, cuanto menos, arriesgada, aunque los que lo han probado aseguran que es cierto. En España, tenemos Sepiia, una start up enfocada en camisas que repelen el mal olor y no se ensucian, “creamos una tensión superficial en la prenda para que las manchas se deslicen sin penetrar en el tejido”, afirman. Quizá, dentro de unos años, la lavadora será como el teléfono fijo; una máquina obsoleta que solo sirve para adornar hogares.

Ably hace ropa deportiva que no necesita agua ni jabón.Ably

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