De cómo la cocina se convirtió en el plato caliente de la televisión
Los programas gastronómicos arrasan en España. ¿La clave del éxito? Formatos que se identifican con la audiencia, que, con la crisis, ha vuelto a la cocina de casa.
El nombre del programa no mentía: Esta cocina es un infierno. La mansión en la que Telecinco encerró en 2006 a una docena de famosos para enseñarles a cocinar, mientras la audiencia fisgaba en sus rutinas como en Gran Hermano, se convirtió en un calvario. La cadena tardó solo un mes en anunciar su cierre por falta de audiencia. Lo que nadie sabía entonces era que las llamas de aquel infierno tardarían en apagarse siete años, que es el tiempo que ha pasado hasta que una televisión generalista ha emitido un nuevo formato de programa de cocina, inspirado en los que, desde hace...
El nombre del programa no mentía: Esta cocina es un infierno. La mansión en la que Telecinco encerró en 2006 a una docena de famosos para enseñarles a cocinar, mientras la audiencia fisgaba en sus rutinas como en Gran Hermano, se convirtió en un calvario. La cadena tardó solo un mes en anunciar su cierre por falta de audiencia. Lo que nadie sabía entonces era que las llamas de aquel infierno tardarían en apagarse siete años, que es el tiempo que ha pasado hasta que una televisión generalista ha emitido un nuevo formato de programa de cocina, inspirado en los que, desde hace una década, triunfan en Estados Unidos y, desde hace cuatro, en países como Francia.
«Aquel reality fue un error y las cadenas tenían reparos en volver a emitir un espacio de cocina en prime time. Me costó más de un año y medio vender Master Chef», confiesa a S Moda Macarena Rey, consejera delegada de Shine Iberia y productora ejecutiva del talent show. Finalmente fue TVE la cadena que apostó por ese concurso, que mantuvo atentos a tres millones y medio de espectadores. Para sus creadores, la clave del éxito fue «saber encontrar el tono y el sentido del humor», pero sobre todo la identificación.
Mientras que en las versiones anglosajonas no participa gente mayor, en Master Chef sí. «En España la cocina es de las abuelas. Además tenemos una población envejecida. Por eso acertamos con un casting en el que estaban representados todos los miembros de la familia», dice Rey.
«Identificarse es importante. Pero también lo es una nueva tendencia que en sociología de consumo se denomina homeing y que consiste en combatir el estrés del trabajo buscando espacios donde podamos dedicarnos tiempo. Como la cocina», apunta el sociólogo de la Universidad Autónoma Carlos Fernández. «Además, ahora en España, con el paro, cada vez hay más gente con tiempo libre… y menos personas en los restaurantes. Para ellos cocinar en casa es una experiencia cercana».
Karlos Arguiñano y Alberto Chicote en Top Chef España, concurso entre cocineros ya profesionales.
Reacción ‘gourmet’. El triunfo de Master Chef confirma la tendencia –apuntada antes por Pesadilla en la cocina (La Sexta)– de que la moda de los talent shows gastronómicos ha llegado por fin a España. «Las cadenas han acertado emitiendo este género en prime time. Es blanco, amable y familiar. Pero llega tarde. Hace ya años que las grandes ideas vienen de fuera. No se invierte en I+D para crear programas propios», analiza Mandi Ciriza, directora de Canal Cocina, que lleva ya un lustro emitiendo la versión doblada de las ediciones estadounidenses.
Tras el éxito de estos espacios, la parrilla se verá pronto invadida por otros nuevos. La Primera realiza ya los castings para la segunda temporada de Master Chef y una versión con niños. En Antena 3 estrenaron en octubre Top Chef, un concurso para cocineros profesionales. En Mediaset trabajan en dos producciones: la primera, Deja sitio para el postre, presentada por Raquel Sánchez Silva y el repostero Paco Torreblanca; y la segunda, dedicada a las tapas y con el chef Mario Sandoval. Programas que se suman a los ya fijos de las cadenas generalistas, con Karlos Arguiñano (Antena 3) siempre como «el referente de cocina en la tele, el hombre que ha cambiado la manera de comer en los hogares de este país», como lo define Chicote en S Moda.
La final de la primera edición de MasterChef.
RTVE
«Estos programas han cambiado la percepción que el espectador tiene de la gastronomía. Me he encontrado con gente que me ha dicho que ahora en su casa ya no emplatan igual la comida», cuenta el cocinero Pepe Rodríguez. Chicote, por su parte, defiende: «Hasta hoy la cocina se había ceñido a valores didácticos. Y ahora es, además, un valor de entretenimiento».
En época de crisis en el sector de la publicidad, estos formatos funcionan como un reclamo comercial para las televisiones. «En un concurso de cocina el electrodoméstico es tan protagonista como el cocinero. Y las marcas quieren estar presentes», dice a S Moda Purificación Romeo, brand manager de Bosch electrodomésticos. Las cadenas lo confirman: «Gracias a estos programas entran marcas que de lo contrario no estarían. Además de que el target comercial –que en el caso de Top Chef es del 18%– tiene niveles muy buenos», afirma Carmen Ferreiro, directora de programas de entretenimiento de Atresmedia (Antena 3 y La Sexta).
El ingrediente secreto de esta receta es, sin embargo, el tiempo. Lo difícil es saber cuánto durará la moda de la cocina en la pequeña pantalla en un país donde, como lo ve Carmen Ferreiro, «nos cansamos antes de los géneros y no se acepta que compitan formatos parecidos». La televisión, explica, funciona por tendencias mundiales con ciclos de tres o cuatro años. Y ahora llega a España el de la gastronomía. «Pero si hay más programas, probablemente se acortará más el ciclo», vaticina. Porque si algo tiene la pequeña pantalla, como los fogones, es que si uno se descuida, «todo se quema».