Coworkation: cuando la oficina se transforma en un lugar de vacaciones

Mezclar vacaciones y espacios de trabajo comunes es una apuesta para quienes defienden una nueva visión del mundo laboral.

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Los setenta tuvieron el sendero hippie; los ochenta y noventa, a los mochileros; la era 2.000, el año sabático… Ahora es el momento de los nómadas digitales. Dirigir tu propia carrera, no que otros sean tus dueños», explica a S Moda Ben Keene desde Bali. Allí es donde estableció en 2006 su tribu: «Mi mujer y yo buscábamos un retiro en algún país cuya cultura nos interesara, para trabajar online y pasar más tiempo con nuestro bebé. Decidimos crear una comunidad». Así nació Tribewanted, un espacio para el negocio sin olvi...

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Los setenta tuvieron el sendero hippie; los ochenta y noventa, a los mochileros; la era 2.000, el año sabático… Ahora es el momento de los nómadas digitales. Dirigir tu propia carrera, no que otros sean tus dueños», explica a S Moda Ben Keene desde Bali. Allí es donde estableció en 2006 su tribu: «Mi mujer y yo buscábamos un retiro en algún país cuya cultura nos interesara, para trabajar online y pasar más tiempo con nuestro bebé. Decidimos crear una comunidad». Así nació Tribewanted, un espacio para el negocio sin olvidar el ocio, que son los dos ámbitos que combina el coworkation (de coworking y vacation). Ya tienen sucursales en Umbría (Italia), Mozambique y Sierra Leona. Estas vacaciones de oficina compartida ganan adeptos, atraídos por una nueva concepción del mercado laboral. «En 2025, esta tendencia se convertirá en la norma, porque los millenials supondrán el 75% de la fuerza de trabajo global», augura Keene.

La oficina de Coworking Holidays, en Girona.

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El perfil de quienes se unen a este movimiento es variado. «Empleados de forma remota, freelancers, emprendedores que no tienen tiempo para irse de vacaciones y equipos de startups», precisa el experto en software Peter Fabor, creador de Surf Office, que cuenta con centros en Gran Canaria y California, lo que permite a sus usuarios mezclar su pasión –coger olas– con los quehaceres del día a día. «Como cada vez la localización es menos importante en el trabajo, viajar puede convertirse en una forma de vida», explican el productor televisivo Peter Wall y su socio Steve Munroe, exdirector de proyectos en la ONU, quienes en 2013 establecieron Hubud en Bali, por donde ya han pasado «2.000 personas de 60 países». Ofrecen el espacio de trabajo y la conexión a Internet por una tarifa mensual que va de 55 € a 253 €.

Espacio común para los usuarios de Surf Office en Gran Canaria.

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También en Indonesia encontró su paraíso laboral el danés Michael Bodekaer. En 2009 fundó Livit con una premisa: «Los emprendedores están cambiando el mundo». Para ellos, «combinar libertad y aventura mientras desarrollan su negocio resulta atractivo», asegura Bodekaer. «Es mucho mejor que unas vacaciones al uso», sostiene el informático Alexey Komissarouk, que tras trabajar para Facebook o Dropbox, en 2014 desarrolló Hacker Paradise en Costa Rica. Pero el coworkation no vive solo de países exóticos y jóvenes aventureros. Coworking Holidays se centra en «ejecutivos, directivos y operadores de team building», a los que ofrecen una alternativa laboral en Girona, entre el mar y la montaña, con complementos como «el golf y la gastronomía», comenta su impulsor, Xavier Esteva.

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