13 fotos

Los mejores ‘looks’ de Carrie Bradshaw en ‘And just like that…’

La nueva secuela de la saga ‘Sexo en Nueva York’ recupera a las amigas neoyorquinas, que ahora navegan la cincuentena. Aunque sus vidas han cambiado drásticamente, su armario sigue siendo uno de los grandes protagonistas de la trama.

La estilista original de Sexo en Nueva York, Patricia Field, no está detrás del guardarropa de And Just Like That… Según contó ella misma en WWD, “la razón principal fue un conflicto temporal” porque durante el rodaje ella se encontraba en París, trabajando en la segunda temporada de Emily en París. A Carrie Bradshaw en esta ocasión la visten los que fueran asistentes de Field, Molly Rogers y Danny Santiago. “Les dije que llamaran a mi muy querida amiga Molly Rogers, que también trabajaba en mi tienda en su día. Ella hizo Sexo en Nueva York conmigo, sabe lo que está haciendo. Mi carnet de baile estaba lleno”, explicaba la estilista.
Pero, si para la serie original Field y sus asistentes encontraban inspiración en los clubs neoyorquinos, ahora todo es diferente. Como relataba Rogers en Refinery29, “esos días han quedado atrás”, ahora la inspiración llega de Instagram. Los creadores del vestuario han recurrido a la red social para rastrear nombres y prendas con los que vestir a Carrie en su cincuentena. El propio estilo de la columnista se ha adaptado a los nuevos tiempos: “Estamos en un mundo pospandemia, por lo que Carrie tiene un estilo más vintage y reciclado en esta ocasión. Tiene un gran archivo de donde sacar”, decía Rogers.
El vestuario de esta nueva entrega vuelve a jugar con piezas recientes y tesoros de segunda mano. En la imagen Sarah Jessica Parker luce un mono vintage de Montana con una chaqueta estampada de la colección primavera-verano 2017 de Dries Van Noten.
Con falda a cuadros de Norma Kamali, vestido vintage de seda a modo de guardapolvos y zapatos con plataforma de Celine.
También de Norma Kamali, en esta ocasión con un vestido azul drapeado que la actriz luce con una camisa de satén encima y con sandalias de Aquazzura.
Con lehenga tradicional de la firma india Falguni Shane Peacock frente a la que probablemente sea la escalera más fotografiada de Manhattan.
Los figurinistas juegan constantemente con esa idea de que Carrie, tras la pandemia, aprovecha a rescatar piezas de su más que nutrido armario. Aquí aparece con un broche en forma de flor de Chanel, que ya llevó en la tercera temporada, y los zapatos más famosos de la serie: el modelo Hangisi de Manolo Blahnik que ella contribuyó a hacer célebre. El bolso de mano, verde satinado, también está firmado por el diseñador de origen canario. 
El estilismo, uno de los primeros que trascendió durante el rodaje, recupera otro de los accesorios icónicos de Carrie Bradshaw, el cinturón de tachuelas que ya llevó en la primera película. Aquí lo luce sobre un vestido de Carolina Herrera, con zapatos de Manolo Blahnik y bolso de mano de Judith Leiber.
Con vestido semitransparente y guardapolvos de los años ochenta de London Fog. Las zapatos de salón, con puntera metalizada, son de Isabel Marant y el bolso, de Sonia Rykiel.
De nuevo ha rebuscado en su archivo: aquí luce un traje vintage de Gucci y salones de Manolo Blahnik.
También se apunta a la tendencia de salir con el pijama a la calle. Eso sí, ella lo combina con sandalias de raso fucsias de Saint Laurent.
Con vestido tipo chaqueta en azul turquesa y, de nuevo, salones de Manolo Blahnik.
El look de la discordia: cuando se filtró, este verano, varios usuarios identificaron que Carrie Bradshaw llevaba un vestido de la cadena low cost Forever21 e internet se indignó. En realidad es un vestido que los estilistas de la serie compraron en una tienda de segunda mano, sin etiqueta, pero que podría ser de la firma Raga. Carrie lo combina con un capricho de temporada: un bolso de la colaboración entre Gucci y Balenciaga.