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Por qué Carolyn Bessette sigue siendo un icono de estilo

El minimalismo de los 90 de la publicista y difunta esposa de JF. Kennedy Jr (y nuera de Jackie O') sigue inspirando looks que bien le podríamos ver a Bella Hadid.

La de Carolyn Bessette (1966-1999) fue otra de las muertes que se sumaron a la 'maldición' de la familia Kennedy. Esposa de JF. Kennedy Jr, falleció junto a él y su hermana Lauren en un accidente de avioneta cerca de la costa de Martha’s Vineyard (Estados Unidos). El desastre del joven matrimonio contribuyó al mito de este icono de la moda cuyo estilo, dos décadasmás tarde, sigue estando de lo más vigente.
Cuando comenzó a salir en 1994 con JFK Jr., ella era una prominente publicista de Calvin Klein. Su forma de vestir era el reflejo de la hegemonía minimalista que impuso en los años 90 la marca para la que trabajaba. Bessette cumplía la máxima de elegancia de Coco Chanel, simplicidad y renuncia. Sus looks, marcados por un lujo discreto à la Céline (de Phoebe Philo), no llevaban a distracciones, y aparte de su Hermès, era difícil fotografiarla llevando marcas con status.
"Sus looks nunca parecían estudiados. La he visto llevando una camiseta barata y una chaqueta cara. Ella no corta una página de una revista y recrea el look" dijo de su estilo el diseñador Michael Kors, que definió como "throwaway chic" para Newsweek. "Muy relajado, y casual, pero sigue siendo elegante. Una contradicción muy años 90" recogía el medio en 1996.  
Su vestido de novia es recordado como uno de los más icónicos de la historia. Fiel a su estilo minimalista, se casó en Cumberland Island (Georgia) en 1996 vestida por su amigo, el diseñador Narciso Rodríguez, con un sencillo vestido lencero de crepé de seda cortado al bies. Valorado en unos 40.000 dólares de entonces, fue el regalo del diseñador para la novia. Unos guantes a juego con el velo y un maquillaje prácticamente imperceptible hicieron el resto. "Va a ser un símbolo increíble del estilo norteamericano" predijo Liz Tilberis, directora por entonces de Harper's Bazaar.
Vestidos florales, bolsos de rafia... sus estilismos veraniegos más relajados encajan a la perfección con las tendencias estivales de 2018.
Los colores neutros, las líneas limpias y las siluetas clásicas eran una constante en su armario. Carolyn Bessette demostraba que una chaqueta con un buen patronaje como esta puede tener la misma vigencia casi dos décadas después de su muerte.
Para los eventos especiales, Carolyn Bessette hizo del negro su uniforme. Combinaba a menudo faldas hasta el suelo de diferentes tejidos con tops y jerséis de punto con escotes como el barco, que realzaban sus delicados hombros.
Una de las prendas más recordadas en cualquiera de los homenajes a su estilo es este vestido largo blanco con cremallera frontal firmado por Versace que llevó al Fire & Ice Ball de Los Ángeles en 1998.  
Bessette también trasladó el minimalismo a su neceser. Llevaba el pelo o suelto o recogido en un sencillo moño o en coleta, muy desenfadado, y fue una de las pioneras del no-makeup: rostro y ojos limpios, tan solo marcado en ocasiones especiales por unos labios teñidos de rojo o subidos un poco de tono.
Una de las combinaciones que más se identifica en el estilo de Carolyn Bessette fue la de falda midi y botas altas de tacón, como la foto de la derecha, a la salida de su apartamento en Tribeca.
Las comparaciones con Jackie O', su suegra, a menudo resultaban inevitables. Oleg Cassini, diseñador fetiche de Jackie, se quejaba de que Carolyn apareciese en público con botas con arañazos, aludiendo que no tenía "la disciplina" de Jackie para "alcanzar el objetivo de ser reina de la moda". Pero venían de décadas distintas, y ambas fueron el fiel reflejo de dos generaciones (en una misma familia) con un estilo que poco o nada tenía que ver. "Vivimos en una época en la que una sudadera puede ser un atuendo apropiado de tarde" explicaba por aquel entonces Newsweek.    
Pantalones tobilleros acampanados, sandalias de dedo, gafas estrechas... un estilismo con el que podríamos ver hoy en día a cualquiera de las hermanas Hadid.
Vestido escotado y abrigo largo y recto, otra de sus combinaciones fetiche a la que recurría tanto en su día a día como en los eventos especiales.
Sobria y espectacular con un vestido negro palabra de honor de Yohi Yamamoto que acompañó con unos guantes de ópera de terciopelo para un evento en octubre de 1998.
Era inusual ver a Carolyn Bessette con otros tonos que no fuesen los neutros, pero sus looks de calle recogían algún estampado como este abrigo de cuadros que llevó en un paseo por Nueva York junto a su marido en 1997.
Tampoco resultaba extraño verla enfundada en trajes sastre, como este de volantes que llevó para los Newmans Own George Awards en mayo de 1999.
Entre los accesorios de pelo que llevaba, las diademas anchas y los pañuelos acompañaron sus estilismos más informales.
El estilo de la publicista igual le llevaba a clavar un estilismo de noche subida a unos tacones negros, que uno de calle desenfadado, con cazadoras deportivas y zapatillas que bien podría pasar por cualquiera de los que hemos visto en las últimas semanas de la moda.
Con abrigo camel y vaqueros, en uno de sus looks de 1997.
El número de septiembre de aquel fatídico 1999 la edición estadounidense de la revista Vanity Fair decidió homenajear de manera póstuma a la figura de Carolyn Bessette, fallecida dos meses antes. 'La princesa privada' fue el título de la pieza que acompañaba a la sesión de fotos que inmortalizó Bruce Weber.