¿Llevan las bragas absorbentes para la regla sustancias peligrosas para la salud?
Hablamos con las responsables de la firma Cocoro, pioneras en este tipo de productos en nuestro país, a raíz de la polémica surgida en Estados Unidos con la ropa interior de la marca Thinx, que podría contener sustancias tóxicas según un estudio.
Cuando en 2013 la marca estadounidense Thinx lanzó sus bragas diseñadas para absorber la regla se produjo una auténtica revolución. No solo por el gran avance que suponían para la higiene femenina, permitiendo a sus usuarias abandonar los tradicionales tampones y compresas utilizando un método más cómodo y respetuoso con el medioambiente, sino por la polémica que rodeó a su campaña de presentación. Las imágenes, en las que aparecía una chica retorciéndose de dolor o un pomelo cortado por la...
Cuando en 2013 la marca estadounidense Thinx lanzó sus bragas diseñadas para absorber la regla se produjo una auténtica revolución. No solo por el gran avance que suponían para la higiene femenina, permitiendo a sus usuarias abandonar los tradicionales tampones y compresas utilizando un método más cómodo y respetuoso con el medioambiente, sino por la polémica que rodeó a su campaña de presentación. Las imágenes, en las que aparecía una chica retorciéndose de dolor o un pomelo cortado por la mitad haciendo una clara alusión visual a la anatomía femenina, fueron censuradas y retiradas del metro de Nueva York. Ahora la marca, que durante años ha sido referente en este tipo de ropa interior menstrual, vuelve a copar los titulares estadounidenses rodeada de una controversia bien distinta.
Al parecer, las bragas en cuestión contienen sustancias tóxicas que podrían afectar a la fertilidad e incluso producir cáncer. Así lo afirma, al menos, un estudio realizado por el científico nuclear de la Universidad de Notre Dame, Graham Peaslee, a petición de Jessian Choy, que trabaja para la revista Sierra (una publicación asociada a la organización ambiental Sierra Club, una de las más famosas de Estados Unidos). La periodista, que estaba investigando la composición de la ropa interior femenina diseñada para los días de menstruación, envió al científico un par de modelos de las dos principales marcas al otro lado del Atlántico: Thinx y Lunapads. Mientras que las segundas estaban libres de sustancias nocivas para la salud, los resultados hallados en la composición de la ropa interior de Thinx resultaron más preocupantes. Las bragas contienen, según el estudio, 3264 partes por millón de sustancias perfluoroalquiladas (PFAS), un grupo de productos químicos sintetizados que, a pesar de que se utilizan desde los años 40 en artículos tan variopintos como sartenes, insecticidas, muebles o ropa resistente al agua, son peligrosos tanto para el medioambiente como para los seres humanos. La toxicidad en la reproducción, el riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer o la resistencia a algunas vacunas son algunos de los riesgos vinculados a ellas.
La marca ha emitido un comunicado negando la presencia de estos químicos en sus prendas. La directora ejecutiva de la compañía, Maria Molland, ha proporcionado a la publicación Fast Company los resultados de las pruebas a las que sometieron su ropa interior el pasado mes de septiembre y según los cuales no existe rastro detectable de PFAS. «Toda la ropa interior Thinx se somete a las evaluaciones de seguridad de productos más estrictas […] Utilizamos algodón orgánico con certificación OCS y GOTS, y encargamos los controles de calidad a terceros para garantizar que nuestros productos cumplan con los sólidos estándares europeos de seguridad de REACH y OEKO-TEX, que incluyen pruebas para productos químicos PFAS», han explicado desde la empresa a la revista Teen Vogue. «Estamos trabajando para ampliar la lista de sustancias químicas que analizamos en nuestros productos […] y si alguna vez se encuentran PFAS no regulados en nuestra ropa interior los eliminaremos rápidamente», añadían en el comunicado, que también ha sido enviado a otras publicaciones estadounidenses.
Desde Cocoro, empresa española detrás de las primeras bragas para la menstruación Made in Spain, transmiten tranquilidad. «Cada marca utiliza unos materiales para fabricar estas prendas, pero la verdad es que nos resulta extraño que Thinx se arriesgue a usar tejidos que sean peligrosos. Por nuestra parte, desde luego, estamos tranquilas porque todos los tejidos que compramos cuentan con los certificados oportunos. De momento no fabricamos nuestros propios textiles, pero todos los que adquirimos han pasado un control de calidad en una empresa externa: Bluesign, Oeko-Text100 y Certificado GOTS», cuenta a S Moda Clara Guasch, una de las cuatro fundadoras. «Prácticamente toda la ropa que llevamos contiene algún tipo de químico, lo problemático es que su concentración supere los valores permitidos. En cualquier caso el estudio no especifica en qué parte de la braga han aparecido estas sustancias, si se trata del interior o del tejido que está en contacto con la piel. En el caso de las Cocoro toda la parte interna que está en contacto con el cuerpo es de algodón, que cuenta con el Certificado GOTS», añade.
La presencia de los PFAS es particularmente alarmante en el caso de ropa que está directamente en contacto con la piel, vía por la que pueden penetrar pasando al organismo. Los expertos apuntan que, mientras que en un abrigo o un jersey, que no tienen contacto directo, el riesgo podría ser menor, este aumenta cuando se trata de ropa interior o de aquella que llevamos durante largas horas y temporadas como un pijama o un pantalón vaquero. En la tienda online de Thinx es posible leer la composición de su ropa interior. Dicen que el material interno es una mezcla de nailon al 89% nylon y un 11% de elastano, mientras que el interior es 100% poliéster (las sustancias perfluoroalquiladas pueden estar presentes en el poliéster). María Negro, consultora en comunicación experta sostenibilidad y directora de El Hervidero de Ideas explica que «las empresas deben ser cristalinas en su comunicación y detallar muy bien qué materiales o ingredientes forman parte de sus productos, quién los ha fabricado y bajo qué condiciones y cómo son los procesos de fabricación».
Los PFAS, según la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA por sus siglas en inglés), «son sumamente persistentes en el medio ambiente y en el cuerpo humano; es decir que no se degradan y pueden acumularse con el paso del tiempo». Según un estudio estadounidense, publicado en febrero en la revista Environmental Science & Technology Letters y recogido por Buenavida, el envoltorio de la comida rápida (las cajas de pizza o el papel de las hamburguesas, por ejemplo) también contiene PFAS. «En tecnología de materiales, los PFAS se emplean para proporcionar resistencia a grasas y a agua”, explicaba entonces Rafael Gavara, especialista en polímeros en el laboratorio de envases del Instituto de Agroquímica y Tecnología de los Alimentos (IATA-CSIC) de Valencia. Estimar la cantidad que migra del envoltorio al alimento y de ahí al cuerpo es una tarea difícil, igual que ocurre en el caso de la ropa.
Paloma Alma, fundadora y CEO de CYCLO Menstruación Sostenible, empresa dedicada a la educación sobre la menstruación y que comercializa productos de higiene menstrual ecológicos hechos en España, considera que a pesar de que los tampones y compresas tradicionales están fabricados con plásticos no se ha puesto en duda su calidad hasta ahora. «Las marcas más pequeñas tienen menos poder de reacción frente a este tipo de acusaciones, cosa que no ocurre con las grandes corporaciones tradicionales». Y añade: «La materia prima es lo más importante a la hora de fabricar estos productos. Debe proceder de proveedores fiables que cumplan con todos los estándares de calidad. En nuestro caso fabricamos las compresas de tela con algodón ecológico certificado y prescinidimos de dibujitos y tintes para que la vulva no entre en contacto con ningún tipo de aditivo».
Desde Cocoro consideran que no se debe «crear alarma social» y también animan a no echar por tierra esta alternativa sostenible a los tampones o las compresas. Y terminan: «Esperemos que, al menos, esta polémica sobre la composición de las Thinx pueda servir para que todos mejoremos y vayamos un poco más allá con los controles y certificados».