La ‘pastilla inteligente’ de los universitarios y ejecutivos que buscan concentración
Si sientes que las cinco cápsulas de Nespresso que te has tomado por la mañana no han surtido el efecto que debieran, este artículo te interesa.
Imagina poder tomar una pastilla que te mantiene despierto durante horas, atento, concentrado y que mejora las funciones cognitivas. Parece el sueño de pilotos, ejecutivos que viajan sin parar, trabajadores por turnos y… ¿por qué no?, de cualquier trabajador. Ese sueño por fin se ha materializado gracias a Modafinil, un medicamento que se ha ganado el apodo de “pastilla inteligente”. Aunque originalmente fue diseñado para combatir la somnolencia excesiva, este fármaco ha sabido encontrar su hueco en el botiquín de aquellos fieles a la automedicación deseosos de sacar lo mejor de sí mismos. L...
Imagina poder tomar una pastilla que te mantiene despierto durante horas, atento, concentrado y que mejora las funciones cognitivas. Parece el sueño de pilotos, ejecutivos que viajan sin parar, trabajadores por turnos y… ¿por qué no?, de cualquier trabajador. Ese sueño por fin se ha materializado gracias a Modafinil, un medicamento que se ha ganado el apodo de “pastilla inteligente”. Aunque originalmente fue diseñado para combatir la somnolencia excesiva, este fármaco ha sabido encontrar su hueco en el botiquín de aquellos fieles a la automedicación deseosos de sacar lo mejor de sí mismos. La pastilla ha demostrado estimular la memoria y potenciar la capacidad cognitiva incluso entre las personas que no sufren ningún desorden del sueño. El medicamento cuenta con la aprobación de la Food and Drug Administration de EEUU y se está implantando a pasos de gigante en Occidente.
El argumento es muy de película de Hollywood. De hecho, Bradley Cooper ya estrenó en 2011 la película Sin límites, que trataba de la existencia de una pastilla que permitía a sus consumidores utilizar el 100% del cerebro, muy lejos del triste 20% con el que debemos conformarnos el resto de los mortales. El protagonista de la película conseguía, gracias a la agilidad mental que le daba esa sustancia, destacar en cualquier campo en el que interviniera. Aunque la cinta del prolífico actor pasó bastante desapercibida, la idea de poder gozar de una mayor capacidad del cerebro es muy tentadora. El efecto que surte Modafinil en las personas sanas que lo toman va en la misma dirección que en la película, pero quizá con más limitaciones de las que nos gustaría.
En un estudio publicado recientemente por los expertos Ruairidh McLennan y Anna-Katharine Brem de la Universidad de California y la Universidad de Oxford respectivamente, se desgrana el resultado de los estudios realizados entre 1990 y 2015 sobre los efectos del Modafinil. El artículo afirma que la sustancia puede mejorar las actuaciones de las personas sanas que la consumen, aunque admiten que no se visibilizan cambios en todos los casos. Los efectos secundarios a corto plazo no son remarcables. Se puede decir que estamos ante un medicamento seguro. Aunque los autores del artículo ven la necesidad de mejorar la manera de analizar los resultados a largo plazo.
Aunque durante la Guerra del Golfo la smart pill ya se distribuía entre las tropas francesas (aún sin contar con licencia), el boom de su consumo está llegando ahora que se está popularizando en el mundo profesional más competitivo y entre los estudiantes de universidades de prestigio que lo ven como una buena forma de obtener una concentración prolongada, mucho mejor que las anfetaminas o el Adderall.
Antes de levantar el crítico dedo índice para señalar el hecho antinatural de intentar abrir la mente mediante comprimidos de diseño, se le debería poder dar una oportunidad a esta “pastilla inteligente” que parece contener todo un curso intensivo de mindfulness. La extensión de nuestras capacidades naturales a través de la ciencia y la tecnología no es una amenaza, sino una realidad que nos acompaña en nuestro día a día. Quizá haya llegado el momento de abrir el debate sobre la ética de la neuromejora, quo no sólo sirve para tratar enfermedades como el Alzheimer o el Parkinson, sino también para incrementar las capacidades cognitivas de personas sanas. Si la rueda nos ayuda a desplazarnos y la brújula a orientarnos, quizá no esté tan mal contar con una herramienta para la mente. Eso sí, siempre y cuando la usemos con restricciones, como cualquier otro medicamento.