Cómo afrontar el duelo tras un aborto espontáneo
El tabú sobre esta realidad que se da entre un 10 y un 20% de los embarazos se rompe poco a poco. Iniciativas basadas en la palabra, ayuda psicológica y visibilidad en redes sociales son algunas de las vías para acompañar en la pérdida.
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Asumir la pérdida del hijo que se esperaba y ayudar a las personas que pasan por ello. Cómo hacerlo es una incógnita generalizada. El aborto espontáneo, que en el 85% de los casos se da antes de la semana 12 de gestación, ocurre entre en un 10 y 20% de los embarazos, según datos de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia. A pesar de la alta probabilidad de pasar por ello o conocer a alguien en el círculo más íntimo a quien le haya ocurrido, hablar de los sentimientos que experimentan las madres, padres e incluso familias enteras, es poco habitual tanto en el ámbito sanitario como en las casas o en las calles. Aunque hay excepciones. Lo pintaron juntas hace una década Louise Bourgeois y Tracey Emin en Do Not Abandon Me, lo dibujaba y escribía la ilustradora Paula Bonet en Roedores. Cuerpo de embarazada sin embrión (Ed. Penguin Random House, 2018), la periodista y escritora Luna Miguel también lo abordó en ElDiario.es con Por qué deberíamos atrevernos a hablar de nuestro aborto y en redes sociales se recopilan testimonios compartidos tras la experiencia en forma de hashtag. “Hace diez meses tuve un aborto espontáneo y apenas he podido hablar de ello a pesar de vivir en un entorno abierto, dialogante y comprensivo”, denunciaba Bonet en su cuenta de Instagram. Y aparecen nuevas iniciativas para apoyar el duelo, como la de las tarjetas benéficas con mensajes dedicados a animar ante la pérdida que ha lanzado la organización británica Miscarriage Association.
“Cada persona vive una pérdida de manera particular, pero para todas se trata de un proceso conocido como ‘estar en duelo’, explica Candela Molina, psicóloga sanitaria del Centro Psicológico Cepsim a S Moda. A diferencia del caso de las personas huérfanas o viudas, “ni siguiera existe una palabra para denominar a quienes la sufren. La pérdida de un hijo genera mucho dolor y este dolor se agudiza si la muerte es repentina. Los sentimientos más habituales tras la pérdida son la tristeza, la ira, la culpa, la ansiedad, la soledad, la apatía, el desamparo. Pero también puede darse lo contrario: insensibilidad y estado de shock”, señala.
En la forma de atravesar el duelo influirán diferentes factores. “Desde la capacidad de la persona para afrontar el malestar, la existencia o no de otros hijos o si se dan posibles dificultades para quedarse embarazada, hasta las condiciones del momento en el que se produce el aborto y cómo, entre otras”, detalla la psicóloga Victoria Trabazo a esta publicación. “La pérdida de un hijo que no ha nacido tiende a minimizarse, como si no hubiera nada de qué despedirse”, dice Candela Molina. “Cuando en realidad la familia tenía un proyecto vital, expectativas, una identidad como futuro/a madre/padre/abuelos, y principalmente afecto respecto al bebé”.
A ese proceso de negación de pérdida se le llama privación del duelo. Se materializa a menudo con expresiones de condolencia llenas de lugares comunes que, a pesar de las buenas intenciones, no hacen sino ahondar en la herida. Como explicaban los psicólogos Miguel Rizaldos y Virginia Fernández en este artículo de S Moda sobre qué no decir a los padres afectados tras un aborto espontáneo, frases como «si no ha seguido adelante es porque no tenía que nacer”, “tranquila, eres joven, ya tendrás más”, “lo mejor es que volváis a intentarlo en seguida” o “tienes que mirar hacia adelante” pueden resultar demoledoras e irrespetuosas.
“Cualquier duelo comienza aceptando que ha habido una pérdida, y en el caso del aborto espontáneo, la mayoría de mujeres y familiares viven ese momento como un shock donde no les ha dado tiempo a asimilarlo, por lo que se recomienda expresar ese impacto y las emociones que surgen de él”, dice la psicóloga Molina. “Hablar de lo ocurrido ayuda a aceptar la pérdida y por tanto, a superarla. Expresarse y llorar sin recrearse en el dolor y volver poco a poco a la rutina”, son las recomendaciones de Victoria Trabazo. Ambas expertas señalan que no siempre es necesario recurrir a la ayuda psicológica desde el principio pero, apunta Trabazo: “Si el dolor es muy intenso y/o dura más de lo esperado (a partir de los tres meses aproximadamente), puede ser necesaria intervención psicológica o incluso farmacológica” -a consultar siempre con especialistas-.
“La pérdida del embarazo es, tristemente, muy común. Aún así es algo de lo que no hablamos con mucha facilidad”, explica Ruth Bender-Atik, directora de The Misscarriage Association a S Moda. Sus tarjetas, concebidas para regalar a las personas afectadas por un aborto espontáneo, cuentan con una triple función: enviar un mensaje de apoyo, aportar una donación a la asociación y conseguir que la palabra miscarriage (en español, aborto espontáneo) se cuele en lo cotidiano de un comercio. “Las tarjetas llevan esta palabra escrita en su parte delantera, la intención es generar así conciencia pública sobre esto”. Se venden en tiendas de Reino Unido y en la web de Postmark online por 3,50 libras (unos 4 euros) y están disponibles para ser enviadas a todo el mundo.
El mensaje que mandan no aspira a ser el consuelo genérico habitual de las greeting cards. “Los han escrito nuestras voluntarias de la asociación y dicen lo que a ellas les habría gustado recibir tras sus propias pérdidas. Son de especial ayuda para los familiares y amigos que simplemente no saben qué decir”, explica Bender-Atik. “Ninguna tarjeta es adecuada para esto. Siento tu pérdida”, “Ojalá esto no te estuviera pasando. No sé qué decir, pero te prometo que estoy aquí para ti” o “Esto es una absoluta *****. Aquí va un abrazo en un sobre, un apretón. De mí para ti”, son algunas de las palabras que figuran en esas cartas. “Dentro además incluye nuestros detalles de contacto, por si necesitan ayuda por parte de la asociación”, apunta Ruth.
La redes sociales y los grupos de apoyo que se generan a través de ellas también han contribuido a la ruptura del tabú. Hasta 300.000 post acumulan etiquetas como ‘#misscarriage’, ‘#pregnancyloss’ y ‘#abortoespontáneo’, en las que las personas cuentan su experiencia, sentimientos o dejan mensajes de ánimo para dar visibilidad a esta realidad. “Es curioso que cuando al fin hablas y cuentas lo que te ha pasado, cientos de mujeres, conocidas y desconocidas, te escriban para asegurarte que a ellas les pasó lo mismo”, escribía Luna Miguel en su columna Algunos pensamientos sobre la desagradable experiencia del aborto, en Playground.