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10 trucos de maquillaje que quitan años (y cinco errores que envejecen)

Coloretes rosas y máscaras de pestañas en negro restan años. Que se te vaya la mano con los polvos de sol te convierte en señora prematuramente.

El maquillaje es un arma poderosa para embellecer el rostro. El de la mujer y, cada vez más, también el del hombre. Puede borrar años de un plumazo o echarte encima un par de lustros si no se aplica con destreza. La línea que separa el acierto del fracaso absoluto es bastante delgada. Pedimos consejo a varios maquilladores sobre qué estrategias usar y de cuáles mantenernos alejadas. Empezamos con las que quitan años Foto: Antonio Croce, p-v 2019.imaxtree
Definición. Con la edad, la piel se relaja y los contornos se desdibujan. El párpado cae, el pómulo pierde turgencia… “Rodearte los ojos de negro rejuvenece. Pueden ser unas pestañas negras, bien rizadas, o perfilar el contorno del ojo, ya sea solo la línea superior, la inferior o ambas. Y lo mismo con los pómulos: un toque de colorete que marque la mejilla suavemente aporta volumen y frescura”, explica Baltasar González Pinel, global director de M.A.C. Cosmetics. Foto: Andrew GN, p-v 2019.imaxtree
Luminosidad. Con la edad, la piel se apergamina y refleja peor la luz. Por si fuera poco, el cansancio hace mella y cada vez, se marcan más las ojeras. Y empiezan a trazarse arrugas que forman claroscuros que no solo avejentan. “Los correctores suavizan las zonas oscuras y ayudan a que la cara se vea más rellenita, que es un signo de juventud. Lo mismo con la ojera: si la suavizas, la mirada parece más despierta, más juvenil”. Foto: Adeam, p-v 2019.imaxtree
Potenciar las cejas. Esta temporada sigue la tendencia de las cejas poderosas y despeinadas. “Si no tienes por naturaleza unas cejas gruesas, puedes rellenarlas con un producto específico. Incluso pintarte pelitos aislados, que recuerdan a los de una adolescente desenfadada”. Cuidado con la micropigmentación para cejas. “Muchas veces, las cejas micropigmentadas en negro viran hacia el azul. Y es horrible. Prefiero rellenar”. Lo que no recomienda en absoluto es moverlas de sitio. “Depilarse las cejas y pintarlas más arriba, como hace Raquel Mosquera, no va a dar más amplitud a la mirada. Solo crea un efecto de proporcionalidad antinatural en el rostro”. Ahora bien, en esto no hay reglas categóricas. “Hazlo si es tu seña de identidad y lo defiendes bien”. La cantante Alaska ilustra cómo unas cejas voladoras da carisma. Foto: Awake, p-v 2019.imaxtree
Más rubor. Uno de los trucos más elementales de belleza: sonrojar las mejillas para dar sensación de lozanía y juventud. “Para rejuvenecer los mejores son los rosados y corales”. Ojo con los tonos marrones: endurecen las facciones y es un peligroso viaje en la máquina del tiempo hacia tiempos pasados. Foto: Ferretti, p-v 2019.imaxtree
Labios carnosos. Los labios acusan con especial dramatismo la pérdida de tejido graso natural. Para disimular un labio fino, Baltasar no descarta contornear el labio por fuera para agrandarlo ligeramente. “Debe hacerse con suavidad, sin contornos geométricos que se carguen la naturalidad, salvo que ese sea el resultado buscado porque refleja nuestra identidad”. A la hora de aplicarlo, dos reglas obligatorias: buscar un perfilador del mismo tono que la barra de labios y colorear también el interior. “Con el propio lápiz podemos trazar líneas o puntos hacia el interior para que no se note un corte. Que el perfil sea de distinto tono al labio es un concepto algo anticuado, salvo que sea un código de identidad buscado”. Para ejemplo, Lydia Lozano. “Ha convertido ese rasgo en una seña muy suya”. Foto: Beccaria, p-v 2019.imaxtree
Sombras mate. Pese a la profusión de sombras con acabados iridiscentes y metalizados que se avecinan para esta temporada, González Pinel apela a la prudencia . “El acabado mate disimula muy bien los desniveles de la piel, que, desde la distancia, se proyectan como arrugas. Es la mejor opción para personas con arruguitas o demasiada textura en el contorno periocular. El brillo en zonas desiguales, por el contrario, hipertexturiza la tez”. Foto: Cavalli, p-v 2019.imaxtree
Más brillo. Uno de los mejores trucos con efecto lifting que podemos aprender de Jennifer Lopez es ese sempiterno brillo en la parte superior del pómulo. Pero ojo con que se nos vaya la mano con el iluminador. “Para fotografía e, incluso, en pasarela, se aplican grandes cantidades de maquillaje para contrarrestar el efecto de los focos. En la calle, si abusamos del iluminador, el efecto es antinatural”, explicaba en su reciente paso por Madrid Lisa Eldridge, directora creativa de maquillaje de Lancôme. Foto: Blumarine, p-v 2019.imaxtree
Ahumados vivos. La piel del párpado móvil pierde tersura con los años. Paralelamente, la piel bajo el arco de la ceja tiende a caer. Este panorama crea un lienzo flojo que complica los ahumados. “Añadir un poco de iluminador sobre la parte central del ahumando permite un mayor contraste”, señala Gemma Wheatcroft, maquilladora de Rodial. Foto: Balmain, p-v 2019.imaxtree
Tono natural. Métetelo en la cabeza: el fondo de maquillaje, siempre del mismo tono que la piel. Usarlo de un tono ligeramente más oscuro con la idea de que ‘un poco de moreno nos deja mejor cara’, en realidad, nos echa años encima. Eliecer Prince, maquilladora de Guerlain, sugiere que “ante la duda, optemos siempre por un tono ligeramente más claro. Añade luz a la piel”. Foto: Ferragamo, p-v 2019.imaxtree
Dibujar la mandíbula. Un sutil toque de contouring en la mandíbula disimula la pérdida de firmeza en el tercio inferior del rostro. “Mejor en un formato fluido: se difumina con más facilidad y hay menos riesgo de que se cuartee”, señala la maquilladora Cristina Lobato. Nada de repetir la maniobra en los pómulos para marcar huesos con la idea de que eso rejuvenece. A partir de cierta edad, la naturaleza ya se encarga de quitarnos grasa de los pómulos. Marcarlos porque lo has visto en pasarela, en el mejor de los casos, te hace parecer Angelina Jolie en Maléfica. En el peor, te añade diez años. ¿Y cuáles son los errores con la paleta de colores que te envejecen sin piedad? Foto: House of Holland, p-v 2019.imaxtree
Excederse. Maquillar no debe confundirse con embalsamar. Ni siquiera equipararse al maquillaje para fotografía por televisión, mucho más intenso para contrarrestar el efecto de los focos. Desde M.A.C, González Pinel se muestra implacable: “Para un maquillaje normal, hay que aplicar siempre las cantidades mínimas. Abusar es un error fatal. Puede quedar bien recién aplicado, pero al cabo de un rato empieza a craquelarse en las zonas de movimiento (alrededor del ojo, sobre el arco de Cupido, en la frente….). Entonces se forman como morcillitas de producto que agrandan las arrugas”. Foto: Juego de tronos, 5x05.cordon press
Bases muy espesas. No hay que confundir el espesor de una base con su capacidad de pigmentar. “Es un error habitual considerar que las bases fluidas son para pieles jóvenes y que, a medida que se cumplen años, hay que ir a fondos de maquillaje más compactos. El problema es que esa pasta tan densa (los maquillajes en barra, por ejemplo) nunca llega a adherirse a la piel por su textura cremosa. Al gesticular, volvemos a tener las morcillitas de las que antes hablábamos”. ¿Y qué alternativa hay cuando queremos camuflar venitas o lentigos solares? “Bases de maquillaje fluidas e hidratantes, pero altamente pigmentadas. Son ligeras, pero con alta capacidad de cobertura”.getty images
Ojo al polvo. El polvo es un arma de doble filo. Ayuda a matizar y fijar por más tiempo los colores. Pero puede causar un desastre si nos pasamos de la raya. “El polvo acrecienta el efecto de volumen sobre las partes altas de la arruga. Si lo usamos, que sea en la mínima cantidad para evitarlo”.getty images
Máscara de pestañas marrón. Tendemos a pensar que para un maquillaje natural es preferible maquillar las pestañas en un tono más suave. A partir de cierta edad, y más, si las pestañas no son muy largas o abundantes, es vía directa al desastre. “Soy defensor a ultranza de las pestañas en negro. Evitaría cualquier otra tonalidad. Cuando al marrón le da el sol parece gris y crea el efecto de ausencia de pestañas”. Foto: Akris, p-v 2019.imaxtree
Tostar, no broncear. Hay una larga distancia entre el dorado brasileño de Gisele Bündchen y el moreno marbellí de Gunilla Von Bismarck. “Los polvos de sol solo deben aplicarse, y de manera muy sutil, en pómulos, nariz y frente”. Insiste en que se trata de aportar un toque de color, como si viniéramos de pasear por el campo, no de parecer que regresas de estar tres meses en la isla de Supervivientes. “Abusar del polvo bronceador te hace parecer un chicharrón frito. No rejuvenece, retuesta de edad. Volvemos a lo de siempre: el rostro no es estático. Al gesticular, el color se va a desplazar, según se marquen las arrugas. Al cabo del rato parece que te han disparado un petardazo de humo, con arrugas donde se entrevé la piel blanca y concentraciones de pigmento en otras áreas. Y aquí no podemos echarle la culpa a la calidad del producto. Pasa con todos siempre que se abusa del producto”. Otro error que, más que avejentar, nos traslada a los años 80, es el pretender subir varios tonos a base de polvos de sol. “Nada de hacerte el body painting. Los polvos de sol jamás deben llegar a la barbilla. Mucho menos, al escote”.getty images