Tecnocremas
Los laboratorios nos sorprenden con fórmulas prodigiosas que mejoran la piel a la velocidad del rayo con ingredientes punteros.
Hemos entrado en la tercera fase.La casas crean fórmulas capaces de regenerar tejidos, imitar el proceso de renovación de las plantas o dar marcha atrás al reloj celular. Sus inventos acumulan hasta 10 años de investigación, un sinfín de patentes y colaboraciones con universidades. «Antes nos centrábamos en las arrugas y olvidábamos el resto. Hoy tenemos en cuenta otros parámetros, como la luz del rostro, clave para su juventud. También hemos logrado elevar la concentración de los activos», afirma la doctora Véronique Guillou, directora internacional de los laboratorios Armani. Otra buena no...
Hemos entrado en la tercera fase.La casas crean fórmulas capaces de regenerar tejidos, imitar el proceso de renovación de las plantas o dar marcha atrás al reloj celular. Sus inventos acumulan hasta 10 años de investigación, un sinfín de patentes y colaboraciones con universidades. «Antes nos centrábamos en las arrugas y olvidábamos el resto. Hoy tenemos en cuenta otros parámetros, como la luz del rostro, clave para su juventud. También hemos logrado elevar la concentración de los activos», afirma la doctora Véronique Guillou, directora internacional de los laboratorios Armani. Otra buena noticia, se tarda menos hoy en convertir un hallazgo en producto.
Cellular Power Infusion de La Prairie (390 euros).
Para alargar la juventud: Las algas suizas
«Cuando envejecemos, las células se comportan como la central de Fukushima. Liberan moléculas que dañan la piel». El símil sirve a Sven Gohla, doctor y vicepresidente del grupo La Prairie, para explicar los poderes curativos de las algas de nieve suiza. Una especie capaz de sobrevivir en condiciones extremas y con superpoderes: aporta energía a las células madre para que liberen nuevas unidades y renueven así la piel.
Vax’in for Youth de Givenchy (89 euros).
La fórmula antiestrés: las hormetinas
Sobre el papel sonaba descabellado. ¿Estresar la piel para rejuvenecerla? Pero en los laboratorios la idea cobró sentido. El investigador indio Suresh Rattan demostró que en cosmética también existen vacunas. Se pueden introducir tóxicos en el organismo y enseñarle a fabricar sus propias defensas. Los agentes agresores –conocidos hoy como hormetinas– incitan al cuerpo a crear una proteína llamada HSP70. Un prótido clave en la lucha contra la contaminación, los rayos UV, la mala higiene…
Ultra Correction Lift Serum Confort Día de Chanel (127 euros). Visionnaire LR 2412 de Lancôme (84 euros). Regenessence Serum de Giorgio Armani (95 euros). Skin Vivo Uniformity Día de Biotherm (72,70 euros).
Resucitar el rostro: las moléculas regeneradoras
Las moléculas tardan hasta 10 años en cocinarse. La espera merece la pena. Las alianzas con investigadores universitarios han dado lugar a cócteles capaces de regenerar el tejido sin dejar cicatrices. Algunos de estos descubrimientos se basan en las conclusiones de Peter Lorenz, un cirujano plástico y de reconstrucción obsesionado con la capacidad regenerativa de la salamandra y del feto. La traducción de sus hallazgos en cosmética ha inspirado tratamientos asombrosos que borran arrugas en dos semanas.
Re-Nutriv Ultimate Lift Age-Correcting de Estée Lauder (270 euros).
Concentrado de longevidad de Orquídea Imperial de Guerlain (428 euros).
Actuar sobre los genes: el Sirt-1
Se puede modificar el aspecto de nuestro cutis. Basta con controlar la manera en la que influyen los factores externos. La clave está en el ADN de la piel, y más precisamente en el Sirt-1, una sirtuina conocida como el «gen de la longevidad». Sus propiedades: alargar las defensas naturales y reparadoras del organismo. Las sirtuinas funcionan como escudo. ¿Cómo estimularlas? Con moléculas tecnológicas, como el resveratol, o con concentrados elaborados con orquídeas.
Ultimate Regenerating Serum de Shiseido (280 euros). Celular Elixir de Lancaster (95, 90 euros). Capture Totale One Essential de Dior (142 euros).
Milagro para la piel madura: las células madre
Uno de los retos de los laboratorios era aislar las células madre para descifrarlas. En la Universidad de Stanford lo lograron a mediados de la década pasada. Su proeza abrió la veda a nuevas investigaciones. El objetivo: crear tratamientos que actúen directamente sobre las células madre de las pieles maduras. «En su programa genético está escrito el devenir de la piel», dice Edouard Mauvais-Jarvis, director científico de Dior. Para resucitarlas se debe reescribir ese código. Ya existen cremas y sueros que lo hacen.