De cinco meses a varios años y hasta más de 3.000 euros: ¿cuánto cuesta eliminar un tatuaje?
Los láseres de última generación permiten por fin quitar definitivamente todos los colores, pero sigue siendo un proceso caro y largo.
Cinco meses y unos 900 euros. Pero también puede pasar de los 3.000 euros y necesitar varios años. Es el precio y el tiempo que cuesta la eliminación de un tatuaje. Aunque esta manifestación artística hace años que dejó de tener connotaciones carcelarias y se ha convertido ya en un elemento estético más, en muchos ámbitos sociales o laborales sigue estando mal vista. Puede suponer el rechazo en una entrevista de trabajo o acarrear complicaciones familiares en caso, por ejemplo, de que los padres de tu pareja sean creyentes muy conservadores, é...
Cinco meses y unos 900 euros. Pero también puede pasar de los 3.000 euros y necesitar varios años. Es el precio y el tiempo que cuesta la eliminación de un tatuaje. Aunque esta manifestación artística hace años que dejó de tener connotaciones carcelarias y se ha convertido ya en un elemento estético más, en muchos ámbitos sociales o laborales sigue estando mal vista. Puede suponer el rechazo en una entrevista de trabajo o acarrear complicaciones familiares en caso, por ejemplo, de que los padres de tu pareja sean creyentes muy conservadores, él o ella quiera una boda religiosa arropado por todo el clan y tú tengas un tatuaje muy visible en las manos.
Por no hablar de esos amores eternos que acaban en ruptura. Y a nadie le apetece llevar el nombre de su ex en el antebrazo. Ahí está Johnny Depp, que en los noventa bebía los mares por Winona Ryder como para tatuarse un categórico ‘Winona Forever’. Cuando se les rompió el amor, el protagonista de Piratas del Caribe lo modificó por un ‘Wino Forever’ bastante chusco (aún se ven los bordes del anterior), algo así como ‘siempre borracho’.
Puede parecer que nunca te va a pasar a ti, pero la vida da muchas vueltas, tus circunstancias cambian y los tatuajes llegan para quedarse de por vida. “Es fácil dejarse llevar por el frenesí del momento: vacaciones, estar con amigos, ser joven, una mal entendida rebeldía que lleva a tatuarse signos religiosos o políticos… Uno no se para a pensar en las consecuencias a futuro”, declara la doctora Adriana Juanes, dermatóloga en Instituto Médico Láser. “En mi consulta he tenido pacientes que me rogaban que se lo quitara porque les agredían por la calle por llevar cierto tipo de simbología extrema. También, opositores que, de pronto ven cómo no les van a aceptar en los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado (no están prohibidos, pero hay restricciones)”.
Cuando el tatuaje se convierte en un problema, surgen las prisas por quitarlo. Y no es un proceso de hoy para mañana. “Hay láseres que los eliminan en varias sesiones, pero hay que dejar dos meses entre sesiones para dar tiempo al cuerpo a eliminar los pigmentos atomizados. Para un tatuaje pequeño, perfilado y en negro, con tres sesiones y 5-6 meses suele bastar. Uno más grande puede requerir de 15 a 20 sesiones y varios años de trabajo. Puede sonar terrible, pero es una reducción significativa si tenemos en cuenta que hasta hace nada para uno grande podíamos necesitar hasta 50. Y 10, en el caso de los pequeños”. Si lo que quieres deshacerte de una micropigmentación desafortunada en las cejas o en los labios será suficiente con dos sesiones. Aunque el precio lo pone cada centro médico, lo normal es que cada sesión ronde entre los 200 euros, para diseños muy pequeños, y los 600, en los que son casi auténticos tapices corporales.
Así se borran: duele, pero se van del todo
Actualmente el láser más avanzado para la eliminación de tatuajes es el Picosure, de la empresa Cynosure. Realiza disparos muy rápidos (los ‘pulsos ultra cortos’) que duran una billonésima parte del segundo. “Además el ancho de pulso es mucho más corto que el de otros láseres anteriores. Esto permite un efecto fotomecánico muy potente con la mitad de energía, pero capaz de romper hasta la partícula de tinta más pequeña y minimizar daños en los tejidos colindantes. Por eso podemos eliminar todo tipo de colores, hasta los más resistentes”, destaca el doctor Ángel Martín, director médico de Clínica Menorca. Si alguna vez has intentado despedirte de un tatuaje habrás descubierto que el rojo, el azul y el verde daban mucha guerra. De hecho, lo normal es que no se fueran del todo, sino que quedara una especie de sombra sucia en la piel debida a los restos de pigmentos imposibles de eliminar. “Ahora, todos los pigmentos se fragmentan y esas partículas se eliminan de manera natural durante los días posteriores al tratamiento a través del sistema linfático”.
Pongamos que ya te has dedidido a decir adiós a ese tatuaje que te hiciste con tu ex hace dos veranos en Formentera. Indoloro, lo que se dice indoloro, no va a ser. Si ya te has hecho la depilación láser sabes a qué nos referimos. “Viene a ser como un ligero picotazo cada vez que el láser llega a la tinta en la piel, un poco más intenso que en la depilación láser. Dependiendo del umbral del dolor de cada uno puede ser más o menos intenso, pero soportable”.
Lo siguiente es tener en cuenta dónde está el tatuaje. “Algunas zonas anatómicas drenan mejor que otras. Cuanto más cerca esté el tatuaje de zonas con mucho riego o cerca de los grandes vasos linfáticos, más pigmento se llevará por el camino y más fácil será su eliminación. Es más rápido eliminarlo en el cuello o pecho que en los dedos de las manos o de los pies, porque hay menos riego. También influye la profundidad del tatuaje, la profesionalidad del tatuador, el color o la cantidad de tinta presente. En cualquier caso, lo importante es saber que en 2020 todos los tatuajes se pueden eliminar por completo”.