Así funcionan los parches anti acné que eliminan granos mientras duermes
Son la última locura llegada de Corea, no requieren receta médica y cuentan hasta con las bendiciones de los mejores dermatólogos.
Primero fueron las mascarillas faciales de hidrocelulosa. Luego llegaron los parches para las ojeras, las arrugas nasogenianas y hasta para el cuello. La última locura de la K-Beauty por atajar las imperfecciones a base de cosas que se pegan a la cara son los parches hidrocoloides anti espinillas (en inglés se dice ‘pimple patches’ y suena bastante mejor). Concebidos no para tratar el acné, sino para atajar ese grano impertinente que brota justo la víspera de una cita importante. Su uso es tan simple como limpiar bien la piel, aplicarlo sobre la espinilla o grano y dejarlo actuar toda la noche...
Primero fueron las mascarillas faciales de hidrocelulosa. Luego llegaron los parches para las ojeras, las arrugas nasogenianas y hasta para el cuello. La última locura de la K-Beauty por atajar las imperfecciones a base de cosas que se pegan a la cara son los parches hidrocoloides anti espinillas (en inglés se dice ‘pimple patches’ y suena bastante mejor). Concebidos no para tratar el acné, sino para atajar ese grano impertinente que brota justo la víspera de una cita importante. Su uso es tan simple como limpiar bien la piel, aplicarlo sobre la espinilla o grano y dejarlo actuar toda la noche. A la mañana siguiente, se despega y ahí está toda la inmundicia que horas antes llenaba la espinilla. El grano, según aseguran quienes lo usan, va desapareciendo con cada uso. Y de la rojez que lo rodea, tampoco. Al ser transparentes, también pueden aplicarse de día, aunque en este caso no conviene aplicar maquillaje sobre su superficie para no taponar la piel. Actúan de forma rápida, limpia e indolora. Y con ellos se ha desatado la locura ante la última revolución anti acné.
Los pioneros fueron los coreanos Acne Pimple Master Patch, de Cosrx. Un paquete de 24 parches cuesta poco más de 8 euros. Traduciendo: quitarte de encima esa espinilla impertinente te sale por apenas 30 céntimos. A día de hoy siguen siendo los parches número 1, pero, dado su éxito de ventas, muchas otras marcas han lanzado propuestas similares. Y con precios que no van más allá de los 15 euros por unos 25-30 parches. Entre ellos, los Killa Pimple Patch, de ZitSticka y los Roth Acne-Clear Invisible Dots, de Peter Thomas. Los hay hasta con dibujos: flores, en el caso de los Flower Power Acne Patches, de Sqish, planetas como los Over Zit Spot Patches, de C&C y hojas de marihuana, como los CDB Acne Patches de Truly Beauty, con aceite de cannabis que reduce la inflamación y borra las rojeces.
Manuel Fernández, dermatólogo experto en acné del Grupo Pedro Jaén, explica que estos tratamientos están bien para granos puntuales pero no para casos de acné severos. “La mayoría de estos parches llevan ácido salicílico, un compuesto exfoliante muy común en los productos antiacné por su acción queratolítica (descama la capa más superficial de la piel). También contienen ácido hialurónico, un agente hidratante que contribuye a contrarrestar la sequedad que suele provocar el ácido salicílico. Son ingredientes adecuados contra el acné, pero hay que tener en cuenta que estos parches son cosméticos y no medicamentos. Esto significa que los activos están en cantidades muy pequeñas con respecto a la concentración que encontramos en los fármacos. Además, no penetran más allá de la epidermis, por lo que su efecto tampoco será muy llamativo frente al acné”. La niacinamida, de acción calmante; el aceite de árbol de té, depurativo; y el hidróxido de sodio, regulador del pH, son otros de los principios activos que podemos encontrar en la fórmula de estos superventas sin receta médica. “Son útiles como medida puramente cosmética para disimular o eliminar más rápidamente algún granito puntual, pero no para tratar un verdadero problema de acné serio”.
Tapar tiene otra ventaja: reduce y mucho las ganas de manipular los granitos. “Es un acto poco recomendable porque o incrementa el riesgo de causar infecciones al diseminar las bacterias y por el propio traumatismo que causamos en la piel al presionar la zona o lesionarla con las uñas. Por otra parte, estos factores a su vez incrementan la posibilidad de dejar una marca o una cicatriz bastante fea”, advierte el doctor Fernández. El doctor Pedro Rodríguez, dermatólogo de la Clínica Dermatológica Internacional apunta que el hecho de que el parche se pegue justo sobre la zona de conflicto optimiza la acción de los activos. “Al ser de uso cosmético, en principio, no están desaconsejados para ninguna persona. Solo aquellas personas con tendencia al eccema podrían sufrir una pequeña irritación en la zona por el propio efecto de los ácidos que lleva para tratar la lesión”.
En cuanto al riesgo de que, al retirar el parche, te puedas arrancar la piel, los fabricantes lanzan un mensaje tranquilizador: el ácido hialurónico, la niacinamida y otros ingredientes hidratantes están ahí para garantizar la elasticidad de la epidermis. De esta forma, al pegar el tirón solo tendrás que despedirte del contenido de la espinilla y de nada más.