Ir al contenido

¿Qué diferencia hay entre una barra de labios de 140 euros y otra de 30?

Dicen los expertos que a partir de los 30€ estamos pagando marca, experiencia y aspiración, ingredientes intangibles pero poderosos que mueven la industria de la belleza de lujo

Hace un par de días, la maquilladora profesional Christelle Ewa (más conocida como frenchtouchofmakeup en Instagram) publicó un vídeo en la red social probando la nueva barra de labios de la que todo el mundo habla: LV Rouge, de Louis Vuitton. “Muy caro para un pintalabios, pero bonito rojo”, decía. Ante los más de 5.000 comentarios de sus seguidoras, pronto grabó un nuevo clip, esta vez comparando el famosísimo labial que acaba de lanzar la marca francesa, con un precio de 140 euros, con otro de L’Oréal Paris que no llega a los 20 euros (una edición limitada con Mugler, color Red 1974). Aplica el primero a un lado de sus labios, continúa con el segundo al otro. ¿Alguien nota la diferencia? ¿Acaso hay alguna? Y si la hay ¿cuál es exactamente?

El lanzamiento del pintalabios de Vuitton es un acontecimiento por varios motivos. Primero, porque forma parte de la primera línea de maquillaje de la marca, llamada La Beauté. Segundo, porque detrás de esta barra (también de los bálsamos y de las sombras de ojos que completan la colección) está la reverenciada maquilladora profesional dame Pat McGrath, considerada una de las artistas que ha moldeado el lenguaje del maquillaje moderno. “El maquillaje es cultura. Es poder. Es presencia. Y es personal. Aplicado al maquillaje, el lujo es eficacia, artesanía y sensorialidad. Las texturas han de ser exquisitas; los colores, cautivadores, y las fórmulas deben cubrir sin dejar rastro. El verdadero lujo tiene en cuenta cada detalle, desde cómo se funde el pigmento con la piel hasta la sensación que una barra de labios produce al tenerlo en la mano. Es la fusión del arte y la tecnología, de la herencia y la de innovación”, explica en el comunicado de prensa. En el corazón de La Beauté yacen 55 tonos de barras de labios (un guiño a los números romanos que conforman las siglas LV) con una intensa pigmentación satinada o mate, una sensorialidad exquisita bajo la que subyace una fórmula que en la marca llaman de alto rendimiento, elaborada con ceras naturales de flores de rosa, jazmín y mimosa y enriquecida con manteca de carité y ácido hialurónico que contiene un 85% de tratamiento cosmético. Todo esto concede a los labios un color vívido durante ocho horas y una hidratación de 12 horas con un confort duradero.

“La barra de labios es presencia. Es una seña de identidad en una sola pasada. Es la forma con la que las mujeres se mueven por el mundo”, declara McGrath, que para hacer aún más sofisticado el producto ha colaborado con Jacques Cavallier Belletrud, Maestro Perfumista de Louis Vuitton, para empapar los pintalabios de una huella olfativa completamente exclusiva en la colección: los pintalabios están impregnados de una mezcla personalizada de mimosa, jazmín y rosa. Inspirado en los olores de las barras de labios clásicas del pasado, Cavallier Belletrud pasó cuatro años para “crear un aroma para un labial es un reto completamente diferente que hacerlo para la piel. El aroma se asienta mucho más cerca de la nariz de quien lo lleva, por lo que debe ser delicado pero expresivo, algo que seduzca primero a quien lo lleva y después a todos los demás”, y añade que “a diferencia de los perfumes tradicionales, que se sustentan en el alcohol, esta base debía funcionar con la cera y el aceite. Técnicamente es mucho más complejo. Pero con ingredientes naturales de la calidad más exquisita creamos un aroma que se sostiene suavemente y eleva el ritual al completo. Nos llevó cuatro años hacerlo como teníamos en mente y estoy muy orgulloso de ello”.

Esto no es todo: el diseñador industrial Konstantin Grcic ha diseñado los envases de la línea, minimalistas e inconfundiblemente lujosos, en aluminio y latón. “La sensación que produce al tenerla [una barra de labios] en la mano, el sonido de su cierre, la temperatura de los materiales... Todo ello es parte de la conexión emocional”, explica. “Eleva lo que suele ser un producto funcional del que uno suele deshacerse a una reliquia eterna”. Todo esto no es solo una preciosa barra de labios sino una invitación a formar parte del universo de la marca.

Esta idea de la barra de labios como una reliquia de lujo no es exclusiva de Vuitton. En el mercado existen opciones como un pintalabios rojo de Clé de Peau Beauté -la marca de maquillaje hermana de Shiseido- con un precio de 119 euros, el de Carolina Herrera que incluye una carcasa y un colgante y que cuesta 131 euros, los labiales de Hermès o Celine que están alrededor de los 70 euros, la barra de labios más exclusiva de Chanel que viene en un estuche de cristal facetado por 170 euros o el lujoso estuche bañado en oro de Dior con un precio de 550 euros. Sin embargo, este lanzamiento ha resonado por todas las redes sociales de manera singular.

Aunque numerosas influencers han mostrado ya con emoción sus nuevos pintalabios y sombras de Louis Vuitton en sus perfiles sociales, Christelle no es la única en plantearse lo adecuado del precio en el contexto actual. En otro vídeo reciente, Ivelisse Vásquez (lafashionistarealista en Instagram) lanza su reflexión sobre la nueva línea de maquillaje de Vuitton: “¿Qué nos está diciendo la marca con estos precios? (…) Nos está diciendo ‘you can’t sit with us’ -no te puedes sentar con nosotras- porque esto no es para todo el mundo. Están trazando una línea en la arena para diferenciarse de las demás marcas de lujo (…) Lo veo totalmente desproporcionado y esto yo creo que incluso aleja a algunas consumidoras como yo, por ejemplo, que podemos consumir maquillaje de gamas de lujo de Givenchy, de Dior, pero no necesariamente tenemos ropa ni bolsos de estas marcas en el armario, pero sí consumimos un maquillaje".

Más allá del lanzamiento, opina que las marcas de lujo “están intentando empujar el límite, normalizar unos precios que no son ni medio normales (…), llevan tiempo intentando como empujar ese límite para normalizar unos precios ridículos que en este momento actual en el que estamos viviendo con la situación económica a nivel mundial creo que no encajan nada”, añade, e invita a sus seguidoras a compartir su opinión “porque ustedes saben lo que están dispuestas a pagar por un maquillaje, pero tengan en cuenta una cosa. Cuando compran bolsos y ropa de lujo, quizá lo puedes tener muchos años y puedes incluso dejárselo en herencia a tu hija, puedes venderlo más adelante y ganarte un buen dinero, pero un pintalabios una vez te lo pones en tus labios ya no lo puedes vender y además acabará caducando”.

La sensación de desconexión con el contexto también la percibe Business Of Fashion, que es algo así como el periódico salmón de la industria de la moda, y que titulaba lo siguiente: ¿Es el momento de un pintalabios de 160 dólares? Louis Vuitton espera que sí.

En el universo del lujo -en el capitalismo, en realidad- un objeto cuesta lo que uno esté dispuesto a pagar por ello. Una cuestión importante es si uno sabe qué está pagando por ese precio (producto o marca, materia prima o aspiración), así que para saber si realmente hay una diferencia entre una barra de labios de 140 euros y una de poco más de 30, consultamos con una experta en la materia.

Cristina Carvajal es ingeniera química y divulgadora en Instagram (@caldesnud) y comienza explicando a S Moda que, en esencia, “en una barra de labios clásica, la base suele ser similar ceras, aceites y a veces mantecas, en función del acabado (si es mate pueden incluir algún matificante) y los de larga duración pueden incluir algún polímero para que genere un film que potencie la duración”. Lo que suele marcar la diferencia es la textura que dejan en los labios, el acabado y el color: “Sobre todo el color, ya que para afinar estos detalles se requiere más tiempo, más pruebas en el laboratorio y por lo tanto se encarece el producto”, apunta. En su opinión, no hay “diferencias sustanciales entre la fórmula de un pintalabios de lujo y otro de precio asequible. En la mayoría de marcas de lujo lo que estás pagando es la marca, de hecho es algo que se utiliza bastante de forma aspiracional. Una persona que desea un bolso de Dior, pero no puede adquirirlo porque se le sale de presupuesto, probablemente sí pueda permitirse un pintalabios”.

La experiencia de marca es una parte fundamental en el proceso de compra, y en el universo del lujo el precio final suele estar muy por encima del que tendría el producto sin ese sello. “En casi todas las marcas pagas una parte de packaging, marketing y marca. En un labial de 30€ ya estás pagando una parte de esto, a partir de ese precio, aún más”, apunta esta experta.

Sobre la firma

Más información

Archivado En