Susmie’s: cómo un viaje a Nepal llevó a dos amigas a crear una empresa millonaria

La historia de Laia Triquell y Marina Gaspar, dos jóvenes, que con solo 22 años, decidieron fundar una marca con la que ya facturan cuatro millones de euros

Las fundadoras de Sumie's Collection.

Susmie’s no nació de una idea predeterminada de negocio, sino de una experiencia profundamente personal. En 2019, Marina Gaspar y Laia Triquell viajaron a Nepal, donde pasaron tres semanas explorando el país. En un orfanato de Chitwan es donde conocieron a Susmita, una niña cuya alegría y amor por los colores se convirtió en la inspiración principal detrás de la primera colección de la marca.”Su energía y creatividad nos impactaron tanto que, nos inspiraron profundamente a crear la colección de Susmita”, nos cuentan las fundadoras. Así Susmie’s Collection empezó como un proyecto improvisado que rápidamente se transformó en un proyecto de vida.

Al principio, el propósito no era exactamente crear una marca, sino simplemente explorar el potencial de lo que habían visto en Nepal. Pero con el tiempo, la visión se fue perfilando: “Volvimos por segunda vez al año siguiente con un enfoque más claro, buscando proveedores que pudieran ayudarnos a traer esos productos que tanto nos habían gustado a Barcelona”, explican.

Los inicios de Susmie’s se dieron de una forma bastante espontánea. Empezaron a crear joyas en el garaje de su casa. A pesar de no contar con un presupuesto elevado, la clave de su éxito inicial fue su enfoque, que por aquel entonces, cuando el mercado no estaba saturado de propuestas, sentó precedente. No tenían presupuesto para grandes producciones, así que las primeras campañas no incluían modelos profesionales ni estudios de fotografía, sino que todo se hacía de manera orgánica: “Empezamos en casa de Laia, haciéndonos fotos entre nosotras, con nuestras amigas como modelos”, explican.

Desde un inicio, Laia y Marina compartieron la misma visión de crear algo único, algo que las representara a ellas como personas y como profesionales: “Desde el principio, teníamos claro que queríamos transmitir la esencia detrás de cada producto, mostrar el proceso creativo de forma cercana”, afirman. Fue esa autenticidad la que ha caracterizado a la marca desde su nacimiento, y la que ha resultado ser un valor diferencial. Con esa autenticidad como bandera, Susmie’s se fue diferenciando de otras marcas por su conexión genuina con su comunidad. “Nos obsesiona, en el buen sentido, la idea de desmarcarnos del resto”, dicen. Esta filosofía es lo que ha mantenido viva la esencia de la marca. La idea de ofrecer productos que se sintieran auténticos, originales y personales se convirtió en la columna vertebral de todo lo que hacen. Y ese ha sido el secreto de su crecimiento tan rápido.

La marca ha sabido diferenciarse en un panorama saturado de marcas de moda femenina. “Mientras otras marcas se enfocan en campañas perfectas, nosotras nos mostramos tal como somos, con un tono de voz orgánico y cercano”, afirman. Este enfoque ha ayudado a que Susmie’s sea percibida como una “marca influencer”, con una comunidad de más de 300.000 seguidores que se sienten identificados con su visión. A través de sus redes sociales, especialmente en Instagram, las amigas han logrado crear una conexión profunda con su comunidad. “Siempre hemos tratado nuestras redes como si fueran una persona más que una marca”, comentan. A pesar del crecimiento, las fundadoras siguen gestionando personalmente la comunicación de la marca, lo que asegura que la esencia de Susmie’s no se pierda. Este enfoque espontáneo y fresco ha sido fundamental para mantener la esencia de la marca, incluso en un entorno digital tan saturado.

Ni Laia ni Marina cuentan con una formación tradicional en el sector de la moda o empresarial. Ambas estudiaron publicidad, y lejos de seguir las normas establecidas, han optado por crear sus propias reglas, pero también han tenido que afrontar retos. “Expandir la marca ha significado enfrentarnos a desafíos en logística, distribución, gestión de números y personal. Todo ha sido un proceso de aprendizaje constante mientras lo hacíamos, y la experiencia ha sido increíblemente enriquecedora”, aseguran. Su aventura comenzó con una producción a pequeña escala de piezas de joyería hechas a mano, diseñadas en casa y vendidas bajo pedido para evitar sobrestocks. Lo que empezó como un proyecto íntimo y personal pronto ganó tracción, gracias a una estrategia de comunicación natural y cercana: redes sociales gestionadas por ellas mismas, colaboraciones orgánicas con chicas de toda Europa y un enfoque en la frescura y autenticidad de su contenido.

Cuatro años después de sus primeros diseños, Susmie’s se ha transformado en una marca que refleja la esencia de sus fundadoras. Ahora, no solo diseñan joyas, sino también colecciones limitadas de ropa que han ampliado su alcance. Desde su casa-taller inicial hasta contar con un equipo alineado con sus valores, Susmie’s ha logrado vestir a figuras como Karol G y Ester Expósito, de una manera totalmente espontánea, posicionándose como una marca joven y con mucho potencial. Manteniendo los pies en la tierra, sus fundadoras siguen fieles a su filosofía de crecimiento orgánico y han demostrado que la autenticidad puede ser el mayor motor para construir una marca con alma, lejos de ser un fenómeno pasajero. Ambas coinciden en que el mayor factor que ha impulsado este crecimiento ha sido su forma de comunicarse con su audiencia: “Siempre hemos apostado por ser auténticas y transparentes. Nos enfocamos en lo que nos apasiona, mostrando el día a día detrás de la marca”, explican.

Susmie’s ha logrado escalar significativamente, alcanzando mercados internacionales como EE.UU. y Asia. A medida que han ido creciendo de manera orgánica con la marca, se han ido profesionalizando a nivel empresarial. “Al principio, no teníamos un plan de negocios estructurado, pero con el tiempo hemos aprendido a profesionalizar la empresa, incorporando expertos en áreas como marketing y fotografía”, nos cuentan. De hecho, este enfoque les permitió lograr una facturación de cuatro millones de euros en 2024, un 300% más que el año anterior. Expandirse a mercados internacionales como EE. UU. y Asia ha sido uno de los mayores retos. “Es un mercado enorme, pero la competencia es feroz”, reconocen. A pesar de estos obstáculos, la marca ha sabido encontrar su lugar gracias a su propuesta única de estilo de vida mediterráneo, lo que ha atraído a clientes en mercados como Dinamarca, Holanda y el Reino Unido.

La marca produce mayoritariamente en Europa, concretamente en Turquía y España, lo que les permite mantener un control cercano sobre la calidad. “Diseñamos con aproximadamente seis meses de antelación. Esto nos permite definir un “core” sólido para cada colección”, aseguran. Pero también son conscientes de que el mundo de la moda va a ritmo vertiginoso y les gusta mantenerse a la vanguardia de las tendencias, por eso dejan espacio “para incluir novedades en forma de cápsulas, accesorios o categorías específicas que estén en tendencia en el momento”. Todo ello vigilando siempre la máxima calidad, y atentas a nuevas oportunidades de negocio. “El principal desafío es conseguir que la marca sea realmente reconocida en mercados tan grandes. No solo buscamos entrar en nuevos mercados, sino consolidarnos”, añaden. Para lograrlo, Susmie’s continúa apostando por su autenticidad, ofreciendo productos de alta calidad que conecten emocionalmente con su audiencia. Pero, ¿cómo conectan naturalmente con la audiencia?

Detrás de cada pieza de Susmie’s hay un concepto claro: historias. Las diseñadoras no buscan crear para un tipo de mujer específico, sino para “todas aquellas que se sientan originales, únicas y auténticas, que comparten una manera de vivir la vida alegre, con colores y sin miedo a destacar”. La marca ha logrado captar la atención de mujeres que se sienten cómodas siendo ellas mismas. En este sentido, Susmie’s ha construido una comunidad en torno a estos valores, creando un vínculo emocional con su audiencia quemás que moda en sí, se ha convertido en un estilo de vida.

Susmie’s continúa su camino de expansión y crecimiento, enfrentando nuevos desafíos con cada paso. “Lo más importante ha sido rodearnos de un equipo talentoso que comparte nuestra visión”, aseguran. Aunque el viaje ha sido impredecible, las diseñadoras están comprometidas con el propósito que les llevó hasta aquí y con el futuro que aún queda por construir. Con la mirada puesta en los próximos cinco años, Laia y Marina están abiertas a nuevas oportunidades y a la expansión de la marca, pero siempre con el objetivo hacerlo de manera orgánica, respetando los valores sobre los que se asentó la marca. “Queremos seguir con la misma motivación e ilusión que nos ha llevado hasta este punto. No perdemos de vista que nuestra autenticidad es nuestra mayor fortaleza”, concluyen.

Más información

Archivado En