Masajes bucales, inyecciones de bótox y otras terapias desconocidas para aliviar el bruxismo
Apretar y rechinar los dientes es un gesto involuntario que sobre todo aparece de noche y que deriva en dolores de cabeza y problemas dentales. Pero tiene solución.
Llevamos más de una década apretando y rechinando los dientes: el estudio más citado cuando hablamos de bruxismo es del año 2008 y ya entonces señalaba que siete de cada diez personas experimentaban esta actividad parafuncional, involuntaria y que provoca daños en la dentadura, rigidez en la mandíbula, dolores de cabeza y otras dolencias. En los últimos años la cosa ha ido a peor, ya que según señalan numerosos expertos situaciones de incertidumbre y nerviosismo como las crisis económicas o la pandemia disparan su presencia en las consultas de odontólogos, médicos maxilofaciales, estéticos y f...
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Llevamos más de una década apretando y rechinando los dientes: el estudio más citado cuando hablamos de bruxismo es del año 2008 y ya entonces señalaba que siete de cada diez personas experimentaban esta actividad parafuncional, involuntaria y que provoca daños en la dentadura, rigidez en la mandíbula, dolores de cabeza y otras dolencias. En los últimos años la cosa ha ido a peor, ya que según señalan numerosos expertos situaciones de incertidumbre y nerviosismo como las crisis económicas o la pandemia disparan su presencia en las consultas de odontólogos, médicos maxilofaciales, estéticos y fisioterapeutas. Aunque las causas del bruxismo todavía no han sido plenamente comprendidas, obedecen a una combinación de factores físicos, psicológicos, genéticos y de estilo de vida: cuando lo padecemos de día se le relaciona con emociones como la ansiedad, estrés, ira o frustración; de noche, también responde a trastornos del sueño como la apnea. Los estados de tensión, aseguran desde Hospital Quirón Salud, agravan las disfunciones de la articulación mandibular.
El Instituto Nacional de Investigación Dental y Craneofacial estadounidense define el bruxismo como una afección en la que una persona rechina, aprieta o cruje los dientes que puede ocurrir cuando se está despierto o dormido y afecta tanto a niños como a adultos. “Muchos casos de bruxismo son leves y pueden no requerir tratamiento; sin embargo, el bruxismo grave puede provocar daños en los dientes, dolor o cansancio en la mandíbula y dolor de cabeza. Dado que es posible rechinar los dientes mientras se duerme o no darse cuenta de que se está produciendo bruxismo, es importante conocer los signos y síntomas y recibir atención dental con regularidad”, aseguran. Entre los factores que tienen un papel en el desarrollo del trastorno incluyen factores psicosociales como el estrés, el estado de ánimo, la angustia, el nerviosismo o la tristeza; la genética; el consumo de alcohol o cafeína; el tabaquismo; o el consumo de ciertos medicamentos utilizados para tratar la depresión, las convulsiones y el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH).
El bruxismo, además, es muchas veces un mal silencioso: muchas personas no saben que lo sufren porque se trata de un hábito involuntario que, además, muchas veces se manifiesta mientras dormimos. Los síntomas, sin embargo, son muy comunes: los dientes aparecen aplanados, partidos, agrietados o flojos, además se desgasta el esmalte dental y aparece dolor o sensibilidad dental. En la mandíbula se suele notar dolor en los músculos, tensión en la zona y cansancio. Además, aparecen con frecuencia el dolor de cabeza o dolor facial.
Al ser un trastorno multifactorial los expertos aseguran que se puede beneficiar de enfoques multidisciplinarios para reducir sus síntomas, mejorar la calidad de vida y reducir el dolor.
El consenso general es que la principal solución para el bruxismo es una férula de descarga. Este dispositivo se coloca habitualmente en la arcada superior de la boca, tiene un grosor de unos dos milímetros e impide apretar y rechinar los dientes. En la Unidad Dental de la Clínica Universitaria de Navarra indican que las férulas se suelen colocar durante el sueño y que además de evitar el desgaste, solucionan los otros síntomas derivados como dolores de cabeza, oído, cuello, etc. “La férula de descarga, también llamada férula de estabilización, miorrelajación o neuroprogramación muscular, es una pieza de material plástico (resina acrílica) y transparente que se coloca sobre los dientes de la arcada superior o inferior de la boca”, explican en Sanitas. “La férula disipa las cargas transmitidas por las fuerzas de la mordida durante el apretamiento o rechinar de los dientes, relajando los músculos faciales. Así, se alivia la tensión de la mandíbula, responsable de los dolores en esta articulación, pero también en la cabeza o las cervicales”. El material idóneo para una férula de bruxismo es el acrílico transparente y esta se confecciona mediante una toma de moldes para obtener la huella de la cavidad oral, que después se envía al laboratorio protésico dental, donde se realiza una férula de descarga 100% personalizada para cada caso. “A largo plazo, el bruxismo puede causar dolor, fractura de dientes, desgaste del esmalte y trastornos temporomandibulares. También problemas musculares de las articulaciones que pueden incluso inhibir la masticación y restringir el rango de movimiento”, añaden en Sanitas.
Según datos de Dentaly.org el precio de las férulas de descarga en España oscila entre los 200 y los 400 euros, a los que suele tener que añadirse algún gasto de ajustes y desde la Clínica Ferrús&Bratos señalan que si se le proporciona el mantenimiento adecuado, puede durar hasta 5 años.
Pero además de la férula, hay otras terapias que pueden ayudar, y mucho, a aliviar los síntomas del bruxismo.
Del masaje japonés al que puedes hacer en casa
Judit Jiménez, fisioterapeuta del centro de belleza Oxigen de Barcelona, está especializada en Kenkou, un “lifting” ancestral de origen japonés que resulta especialmente efectivo ante el bruxismo. Sus maniobras, primero muy pausadas y progresivamente más vigorosas, trabajan todos los músculos faciales para “desbloquearlos y reposicionarlos” en el caso de estar pensionados”, explica: “De esta forma, las personas que sufren de bruxismo encuentran una cura para mitigar la tensión creada en la zona cervical y mandibular”. El masaje dura 90 minutos y se recomienda realizarlo mínimo cada dos semanas. Asegura que el efecto de distensión es inmediato y dura varios días pero recuerda que el bruxismo es una disfunción y que debe atenderse de forma multidisciplinar, con tratamiento fisioterapéutico, odontológico e incluso psicológico.
Esta fisioterapeuta también recomienda realizar una sencilla rutina de masajes en casa para aliviar los síntomas del bruxismo: “Para realizar un automasaje efectivo en esta musculatura, nos va a hacer falta profundizar hasta llegar a los músculos pterigoideos, masetero y temporal, implicados en la masticación. Por tanto, las maniobras van a ser lentas y controladas. Podemos ayudarnos de la piedra de jade o el rodillo pero, siempre va a ser necesario el uso de nuestras manos”, comienza.
“Con un poquito de aceite en la zona, pondremos los nudillos de ambas manos en su lado correspondiente sobre la articulación temporomandibular y deslizamos hacia abajo mientras abrimos la boca, repetimos 15-20 veces”, explica. “El siguiente ejercicio lo realizaremos con los 4 dedos de ambas manos sobre la articulación del mismo lado y lentamente separamos los dedos, mientras una mano se desliza hacia arriba, la otra mano se desliza hacia abajo, repetir 15 veces por lado”.
“El último ejercicio es realizar presiones con los pulgares sobre la misma articulación y sin perder la presión, abrir y cerrar la boca, realizaremos 15-20 repeticiones”, describe esta fisioterapeuta, que recuerda que lo más importante “es ser constante con los ejercicios y repetirlos varias veces a la semana. Podemos aplicar frío después de los ejercicios para calmar la zona, pero para relajar y descontracturar la zona cervical, recomendaremos aplicar calor con un cojín de semillas o eléctrico”.
Eso sí, recuerda que aunque los masajes ayudan a aliviar las consecuencias del bruxismo pero no ayudan a eliminar sus factores causantes y recomienda “analizar las causas que lo están generando para atacar allí, cambiando de hábitos, reduciendo la implicación laboral, familiar, introduciendo nuevas formas que consigan aliviar el estrés y la ansiedad como por ejemplo el deporte, la meditación, probar nuevos hobbies o lo que el individuo necesite para aliviar su estrés y preocupaciones diarias”.
En la calle Ortega y Gasset de Madrid hay un centro de estética y belleza en el que también se atienden casos de bruxismo. Patricia Garín, esteticista senior y terapeuta de The Beauty Concept, asegura que la manipulación manual puede mejorar y mucho la situación de una persona con bruxismo, tanto con masajes faciales como en la zona del cuello y trapecio o craneales: “Relajan toda la musculatura que rodea la articulación temporomandibular (ATM), aliviando así los dolores y molestias que nos puedan generar, por lo que indirectamente bruxaremos menos”, asegura. Desde su experiencia, los puntos más importantes para que un masaje sea efectivo para quienes tienen estas dolencias son el masaje intrabucal, las movilizaciones de cuello y los masajes craneales. A continuación, afirma, se nota “menos tensión, menos dolor de cabeza y que por las noches no se bruxa tanto, por lo que habrá un alivio notable”.
En casa recomienda utilizar pelotitas de yoga o los nudillos del dedo índice para trabajar y relajar la zona de la articulación de la mandíbula. También recomienda el efecto del frío: “Los masajes con los cryo stock, que son unos utensilios que ha creado Biologique Recherche y que se guardan en la nevera, nos vienen bien como antiinflamatorio en días que nos notemos muy cargados”, apunta. Y recomienda algunos ajustes sencillos que pueden ayudar a prevenir el bruxismo o mejorar nuestra situación: “Meditar antes de dormir, movilizaciones de cuello por la mañana y por la noche, ejercicios de yoga facial, y los masajes que hemos comentado”.
Desde la consulta de un quiropráctico también se pueden abordar los síntomas del bruxismo. El doctor Gonzalo Vidal Sierra, quiropráctico de Quiropráctica Vidal en Madrid, cuenta a SModa que la quiropráctica puede ayudar de manera multidisciplinar, combinada con fisioterapia y el soporte de un dentista especialista en ATM (articulación temporomandibular). “Los ajustes quiroprácticos en la zona del cuello y de la mandíbula, ayudan tanto a descomprimir posibles pinzamientos, como a estimular el sistema nervioso parasimpático, cuyo efecto es el de apagar el simpático”, explica. “Estos ajustes se combinan con neuromodulación, una terapia en fisioterapia, que ayuda a normalizar la tensión muscular de la mandíbula, estimulando localmente los nervios irritados. Una vez que la mecánica y el sistema nervioso están equilibrados, es hora de un especialista en ATM desde la odontología”.
Para que un masaje alivie los síntomas del bruxismo debe “trabajar por dentro”, afirma este doctor, “masajeando los dos músculos más fuertes de la mandíbula, que son el pterigoideo y el masetero, se consigue relajar la zona”. Y añade que “una buena higiene postural y la correcta alineación de las vértebras cervicales es también fundamental”.
La medicina estética también tiene algo que aportar a la solución del bruxismo. La doctora Carmen Danta, especialista en botox maxilar para bruxismo en la Clínica Marest en Sevilla, nos explica cómo funciona el tratamiento con neuromoduladores, que “relajan la musculatura mandibular, mejorando notablemente los síntomas del bruxismo, mediante pequeñas inyecciones que se aplican en menos de 5 minutos. Esta terapia se realiza normalmente en pacientes que son diagnosticados previamente por su especialista (odontólogo) y en muchos casos se trata al paciente de forma holística”.
La duración de su efecto, añade, depende de la gravedad y prevalencia de los síntomas, pero su recomendación es de seis meses de tratamiento, y lo repetiría si la sintomatología no mejora lo suficiente para el mayor confort del paciente. “Los pacientes acuden a la consulta con síntomas diversos, dolor de cabeza, dolor dental, pero sobre todo por tensión muscular en la mandíbula. Este tratamiento además de mejorar los síntomas del bruxismo ayuda con estos dolores adyacentes y a la vez previene el desgaste de las piezas dentales”. Este tratamiento tiene, además, un curioso efecto estético: “Hemos comprobado que, a nivel estético el uso de neuromoduladores les afina las facciones de la parte inferior del rostro”.
“Se consigue mejorar casi un 95% los dolores de cabeza y musculares, siempre que complemente con férula de descarga, prescrita por su especialista. Recomendamos también evitar los excitantes como el café, las bebidas con cafeína, no masticar chicles, tener buenos hábitos de vida y una buena higiene postural”, añade. Y aconseja, además, ejercicios de relajación como masajear la zona mandibular, también por dentro de la boca. “Y en muchos casos alivia especialmente los estiramientos de la musculatura cervical”.
La doctora Pilar De Benito, especialista en medicina estética y cosmética, y directora médica de Slow Life House en Madrid, asegura que la toxina botulínica no solo elimina las arrugas sino que además permite acabar con las secuelas del bruxismo, entre las que incluye “dolor de cabeza, de mandíbula y oído, disminución de la apertura bucal y sensación de cansancio al masticar, tensión muscular constante en el rostro, insomnio, nudos constantes en las cervicales, erosión dental y hasta retracción o recesión gingival. Incluso se ha constatado su relación con un dolor intenso en las costillas llamado costocondritis a consecuencia de la inflamación del cartílago que rodea las costillas”. En su clínica aplican el llamado “shot” anti-bruxismo, una inyección que desbloquea los músculos maseteros. Esta toxina tiene la función primordial de relajar los músculos así que, según cuenta, después de aplicarlo, sus pacientes comunican “la sensación es como de flotar, un descanso inmediato que se nota en toda la zona mandibular, que se descarga de tensión y el hecho de que la boca deja de ‘crujir’ al abrirla”. Precisa que los efectos máximos se aprecian a los 15 días de la infiltración y se mantienen alrededor de cuatro meses.
El objetivo de este tratamiento no es alterar las facciones o rejuvenecerlas, pero como explica la doctora “sí es cierto que, a la larga, el bruxismo provoca mandíbulas tan desarrolladas -como cuando ejercitamos un determinado músculo en el gimnasio-, y que, al relajarse, permiten suavizarlas y afinar los rasgos”, añade.
Lo que dicen los odontólogos
“El bruxismo es una patología que consiste en apretar o rechinar los dientes de forma inconsciente. Puede ser diurno, nocturno o ambos, aunque suele ser más frecuente realizarlo durante el sueño. Al contrario de lo que se suele pensar, esta actividad no se realiza durante todas las fases del sueño”, explica la doctora Pilar Relimpio, odontóloga de la clínica que lleva su nombre en Alcalá de Guadaíra (Sevilla). “Suelen ser movimientos de corta duración y que derivan en microdespertares, estando involucrado en un descanso de mala calidad, con los problemas de oxidación celular que esto conlleva”, añade, y señala que además del estrés hay otros gestos que pueden desencadenarlo, como " la oclusión, la postura, la alimentación o los hábitos, como comerse las uñas o morder objetos”. Además, apunta que en los últimos años
se relaciona “con la respiración oral, cada vez más prevalente entre la población y que también está relacionada con el stress o con el uso de pantallas electrónicas. Las necesidades respiratorias son el principal factor determinante de la postura de los maxilares, la lengua y la cabeza; razón por la cual un patrón respiratorio alterado, como lo es respirar por la boca en vez de hacerlo por la nariz, modifica la postura de la cabeza y produce anomalías dentomaxilofaciales, así como sobrecarga de los músculos masticatorios. La hiperactividad de estos músculos deriva finalmente en el rechinamiento o apretamiento dentario”.
En su opinión es importante establecer la causa para encontrar una solución personalizada. “El tratamiento es multidisciplinar, pero para optimizar los resultados hay que establecer una rutina de hábitos saludables como evitar determinados alimentos y sustancias estimulantes, realizar ejercicios de estiramiento y auto masajes faciales, ejercicio físico, de respiración, higiene del sueño etc.”. A nivel odontológico, afirma, “se debe tratar la maloclusion si la hubiera, reequilibrarla con férulas, restaurar los dientes dañados y rehabilitar las funciones masticatorespiratorias”, y aquí destaca “la importancia de respirar, tragar y masticar correctamente, no solo para controlar el bruxismo sino para mantener la salud de todo el organismo”. También señala otras soluciones que ayudan a aliviar el bruxismo y a conseguir una mejor calidad de vida: “a nivel médico el tratamiento puede ir desde el uso de neuromoduladores a nivel muscular, al otorrinolaringológico en caso que existan obstrucciones de la vía aérea que impidan respirar por la nariz. Fisioterapeutas, quiroprácticos, podólogos y logopedas contribuyen a reequilibrar la musculatura”. El tratamiento psicólogico, añade finalmente, ayuda en la gestión de la ansiedad o el estrés.