‘Hop, step, jump’… y aparece Ana Peleteiro en la nueva película de Almodóvar

Antes de los Juegos, el director manchego eligió a la medallista en Tokio para un cameo en ‘Madres paralelas’

Ana Peleteiro, el pasado 9 de agosto en Madrid.J.J. Guillén (EFE)

Lo nunca visto, una atleta de una especialidad minoritaria como el triple salto no puede andar por Madrid sin tenerse que parar cada dos pasos para firmar un autógrafo, los menos, y para hacerse selfis con todo el mundo, los más. Es Ana Peleteiro, que el domingo 1 de agosto ganó una medalla de bronce en los Juegos de Tokio y dos semanas más tarde, al regresar a España, encontró una fama que no se imaginaba.

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Lo nunca visto, una atleta de una especialidad minoritaria como el triple salto no puede andar por Madrid sin tenerse que parar cada dos pasos para firmar un autógrafo, los menos, y para hacerse selfis con todo el mundo, los más. Es Ana Peleteiro, que el domingo 1 de agosto ganó una medalla de bronce en los Juegos de Tokio y dos semanas más tarde, al regresar a España, encontró una fama que no se imaginaba.

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“Parecía que iba con Messi o con Ronaldo, tan conocida se ha hecho Ana en 10 días”, dice su agente, Alberto Suárez, que achaca la fama de la atleta al hecho de que la final olímpica cayera en domingo y en horario de máxima audiencia en España, a la hora del vermú. Esa competición la dominó la venezolana Yulimar Rojas, compañera de entrenamientos de la saltadora gallega en Guadalajara y que con su victoria marcó un nuevo récord femenino mundial. “Y luego, cenando en un japonés de lujo en zona pija de Madrid”, continúa Suárez, “todo el mundo se levantaba de la mesa, gente mayor y jóvenes, para hacerse fotos con ella y felicitarla”.

Pero Ana Peleteiro, de 25 años, es también ya una estrella más allá del limitado mundo del atletismo. En redes se hizo viral un fragmento de su entrevista tras alzarse con el tercer puesto en la competición. En ella, acompañada de su amigo y también medallista, en gimnasia, Ray Zapata, cuando él aseguraba que son de color ella contestaba: “Somos negros, ¡qué de color! De color son ellos, que cambian más que el Sol”.

También en el cine, y eso que hasta el 1 de septiembre no se estrena la nueva película de Pedro Almodóvar. En el reparto de Madres paralelas, el filme del director manchego que inaugurará la Mostra de Venecia, figuran Penélope Cruz, Rossy de Palma y Julieta Serrano, chicas Almodóvar de toda la vida; actores consagrados, como Israel Elejalde y Aitana Sánchez-Gijón, que cumple un sueño trabajando con el director español más afamado; la joven murciana Milena Smit… y Ana Peleteiro. Una medallista de bronce olímpica, gallega con sangre africana, de la que se siente tan orgullosa como de la vida que vive, y de cómo ha logrado compaginar su profesión con este cameo. Unos intereses que los puristas consideran perniciosos y nocturnos porque distraen al deportista de su único objetivo, el rendimiento y la medalla, con la máxima excelencia en la pista de atletismo.

“Bueno, yo tampoco diría que actúo en la película, que formo parte del reparto”, explicaba la atleta-actriz antes de partir para Tokio. “Es solo un cameo, tenía que hacer de mí misma. Es una cosa muy cortita, pero para mí, para mis padres, que son fans de Pedro de toda la vida, el hecho de salir, aunque solo fuese una foto mía de fondo, que no es así... Por pequeño que sea, va a ser la leche”.

“Fue una cosa superrápida, una experiencia encantadora”, dice la atleta de Ribeira (A Coruña). “Yo iba con un poco de miedo, porque este mundo del cine ya es como un poco más... No sé, yo los veía como arrogantes, más fríos... Y para nada. Fueron encantadores tanto Pedro como Penélope y todo el equipo. Fueron increíbles y lo disfruté”. Y según se aprecia en el rodaje de la escena de la triplista que Agustín Almodóvar, productor de la película, retuiteó para felicitar a la campeona gallega el mismo 1 de agosto, hasta el director se muestra sorprendido por las habilidades de danzante de la atleta. “Pero si sabes bailar”, le dice tras la cámara el director al verla ejecutar una pirueta después del posado. “Sí, hice ballet”, responde ella, “pero hace muchos años”.

La llamada en febrero de la productora El Deseo, de Almodóvar, supuso, en cierta forma, la cuarta fase de un triple salto, un aterrizaje en la cima y no en la arena tras el hop, step, jump (bote, paso y salto). “Penélope Cruz hace de fotógrafa. Hace sesiones de fotos a diferentes personas y Pedro quería que una de ellas fuese una deportista, y en vez de coger a una actriz o una modelo, él, como siempre, reinventándose y rompiendo con todo, dijo, por qué no voy a coger a una deportista, que aquí las tenemos preciosas y encantadoras... Y que me escogiese a mí es todo un honor”.

Los 14,87 metros con los que Peleteiro quedó tercera en Tokio han marcado un récord nacional y son la 35ª marca mundial de la historia. A los 16 años fue campeona mundial júnior y hace dos lo fue en Europa. La atleta perdió un día por el rodaje en su camino hacia los Juegos. “Tengo alma de artista. No voy a ser artista, pero me gusta y ya que ahora tengo amistades de otros mundos, amigos increíbles...”, dice. “Quedar con gentes de otros gremios te hace tener conversaciones que no tienen nada que ver con tu día a día, y eso me hace sentirme viva. No solo valgo para unas cosas, valgo para otras muchas. Me gusta desconectar con gente muy alternativa, la verdad”.

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